No me acuerdo de Dean Moriarty
Recientemente en el blog de "El Impenitente"·discutíamos sobre algunos libros que era necesario leer a cierta edad y que
podían resultar poco atractivos si se leían antes o después. No recuerdo a qué
edad leí “On the road” pero tuvo que ser alrededor de los veinte años, recuerdo
eso sí que me gustó bastante, aunque no sentí la misma necesidad de abandonarlo
todo y ponerme en camino hacia ninguna parte tal y como le ha sucedido a
cientos de lectores desde que el libro fue publicado, quizás porque en la
psicología del isleño viene implícita la convicción de que cualquier viaje
acaba siempre física y espiritualmente en el mismo punto en el que comenzó.
Pero lo cierto es que
repito que “On the road” ha sido una inspiración para millones de lectores de
todo el mundo durante décadas, fue la biblia del movimiento conocido como
“Generación Beat”, un adelanto de la revolución de los sesenta y una historia
cuya influencia se puede rastrear incluso en las manifestaciones artísticas más
recientes.
En su crítica de “El País” del pasado viernes Carlos Boyero
se preguntaba cómo nadie, en los más de cincuenta años transcurridos desde su
publicación, había llevado un libro tan popular a la pantalla. La respuesta es
sencilla: nadie había osado hacer alto tan absurdo y en su lugar se había
optado por narrar otras historias que captaban el mismo espíritu del original
literario (como “Easy Rider” o la ya mencionada “Into the wild” por aludir
únicamente a dos títulos bastante conocidos) o por el contrario acercarse de
forma tangencial a la historia de la gestación del libro, aunque a este
respecto tan sólo tengo referencias de una película de 1980 llamada “Heart
Beat” y basada en un libro de Carolyn Cassady (el personaje que interpreta
Kirsten Dunst en la cinta que hoy nos ocupa)
El problema de la adaptación de “On the road” es doble, en
primer lugar no se trata simplemente de un libro muy leído sino de un libro por
el que mucha gente siente verdadera pasión, no creo que, por poner un ejemplo
reciente, la heterodoxa adaptación de “Anna Karenina” levantara comentarios tan
negativos como los que ha originado esta película pero no es un problema de
esta adaptación en particular, posiblemente con cualquier otra hubiera sucedido
lo mismo, hay libros que simplemente no se pueden llevar a imágenes en
movimiento sin causar malestar a alguien, en especial si se trata de una
historia inadaptable porque en realidad “On the road” no tiene argumento ni va
sobre nada en particular, el libro es básicamente la descripción de una serie
de viajes a través de Norteamérica (entendido este concepto en su sentido más
meridionalmente amplio) en la que se mezclan un batiburrillo de sexo, drogas,
alcohol, música bebop, literatura extrema y una filosofía de vida con un
marcado tono “naíf” que ya por entonces (aun siendo la post-adolescencia una
época decididamente naíf siempre y cuando pertenezcas como mínimo a la clase
media) me pareció lo más flojo del libro en contraposición a la pura narración
de los diversos viajes del protagonista y sus amigos que sigue siendo
insuperable. Un batiburrillo en fin admisible en literatura pero insoportable
en cine.
De hecho es paradójico que una película elementalmente
dirigida a los lectores del libro (me resulta imposible creer que los no
lectores se hayan enterado de algo) resulte tan molesta en su autoconsciente
condición de adaptación fiel de un original literario, una pretensión –la de la
fidelidad- difícil en cualquier caso y totalmente absurda en este caso, así uno
no puede evitar sentir cierta repulsión cuando contempla cómo se introducen con
calzador historias como el affaire de Sal Paradise con la chica mexicana o la
visita a la casa de Old Bull Lee (el alter ego de William Burroughs)
fundamentales en el libro pero absolutamente inapropiadas desde el punto de
vista de la narración cinematográfica. Así que, paradójicamente “On the road”
deviene en una película que existe únicamente para que los lectores apasionados
del original literario la pongan a parir.
Mención aparte merece el apartado de las interpretaciones,
aquí entramos en un terreno bastante subjetivo y a nivel personal los actores
que interpretan a Sal Paradise (Jack Kerouac) y Dean Moriarty (Neal Cassady) me
parecen más cercanos al aspecto que deben tener un par de estudiantes de primer
año de universidad algo alocados que a la pareja de rudos beatniks que siempre
nos han mostrado las fotos de los auténticos protagonistas del viaje
Sin embargo la elección de casting más comentada ha sido la
de Kristen Stewart para el papel de Mary Lou (Luanne Henderson) la esposa-niña
de Moriarty y uno de los personajes femeninos más recordados del libro, por lo
visto la actriz estuvo bastante interesada en conseguir el papel e incluso
dicen que estuvo de alguna manera involucrada en la financiación de la película
en lo que parece uno de esos intentos desesperados de estrella de saga ñoña
para adolescentes por escapar del mortal encasillamiento.
Lo cierto es que, a pesar de que la delectación del
realizador del filme por mostrar escenas de la Stewart liando porros y poniendo
caritas lascivas pueda parecer algo redundante, me parece que la interpretación
de esta actriz al menos está bastante más cerca de parecerse a la clase de
basura blanca cabeza de chorlito que Luanne debía ser en la realidad.
En resumidas cuentas “On the road” es una película que sirve
únicamente para que los lectores del libro puedan satisfacer su curiosidad y su
visionado no pasa de ser precisamente una mera experiencia curiosa.