Sunday, September 29, 2013

PRIMEROS DISPAROS DEL OTORÑO

1. DON´T STOP BELIEVIN Hace unos años escuché una noticia sobre un accidente de tráfico en el que dos mujeres jóvenes, que iban cada una en un coche diferente, quedaron malheridas y en estado de shock. Más tarde cada una de ellas fue enviada por equivocación al domicilio de la otra y ni ellas ni sus familiares cayeron en la cuenta del error hasta días más tarde
El impostor es un gran documental pero en absoluto me pareció una historia increíble, de hecho a medida que se desarrollaba la trama encontraba absolutamente lógicas todas y cada una de las circunstancias aparentemente absurdas que se desarrollaban en la pantalla, tal vez porque me reforzaba en dos ideas que ya hace tiempo que considero verdades casi absolutas: primero que todo el mundo cree lo que quiere y/o lo que necesita creer y segundo es que cuando la gente se empeña en que algo pase, algo pasará. Más que una historia rocambolesca, que lo es, “El impostor” es una fascinante disquisición sobre el autoengaño, una práctica imprescindible para sobrevivir en el mundo de hoy. Además el documental cuenta con el impagable testimonio de su protagonista principal, una personalidad terrible y fascinante que podría por sí sola protagonizar una serie de televisión de al menos dos temporadas.
2. EL HOMBRE MACINTOSH Es posible que sin el éxito de “La red social” esta película nunca se hubiera hecho, la implantación de las nuevas tecnologías en la sociedad moderna puede resultar un tema apasionante pero quizás no como para dar juego a una película de entre noventa y ciento veinte minutos de duración. Pero el insospechado éxito del filme antes mencionado demostró una vez más que no hay tema insulso o aburrido si se lleva a la pantalla con maestría. Y ese es precisamente el fallo de “Jobs”
Con la excusa de hablar del nacimiento y expansión espectacular de un programa informático “La red social” trataba más bien de la compleja personalidad de su creador, un individuo cuyas únicas motivaciones para avanzar en la vida eran el odio y el resentimiento de clase. En cambio “Jobs” usa como pretexto la historia del nacimiento y desarrollo de la marca “Apple” para hablar de….nada. La película no funciona ni como biografía por sí sola ni tampoco como metáfora del comportamiento humano o de la sociedad estadounidense durante las diferentes épocas que abarca, una actuación desangelada de Ashton Kutcher, una dirección sin nervio (al frente de la película hay un don nadie que apenas ha hecho algo que valga la pena mencionar) y sobre todo un guión que no se define sobre lo que quiere contar contribuyen a una película que sólo se ha ganado el desdén y el desinterés de crítica y público. Según he oído Aaron Sorkin está trabajando en su propio biopic, veremos si consigue confirmar la teoría de que no hay historia mala sino historia mal contada.
3. FAST AND FURIOUS Hasta que llegó la figura de Fernando Alonso a nuestras vidas no recuerdo que la Formula 1 fuera un deporte especialmente popular en nuestro país, todo lo más llegaban de vez en cuando noticias como la legendaria rivalidad de Ayrton Senna y Alain Prost (y su trágica conclusión) o las circunstancias del dramático accidente de Niki Lauda que ha permanecido en la memoria colectiva tanto de los aficionados como de los profanos de este deporte. Lo que no sabía yo es que la historia completa fuera tan fascinante.
Ron Howard es un director con una extensa carrera, y por más que nunca haya hecho nada que se pueda calificar de obra maestra (premios de la academia aparte) está claro que es un experimentado profesional que conoce bien los trucos de su oficio y es capaz de hacer una película tan simple (aplicado el término en el sentido más positivo de la palabra) pero tan tremendamente entretenida como esta. Está claro que una parte del mérito se debe a la historia propiamente dicha, el enfrentamiento dentro y fuera de las pistas del británico (personaje que no conocía) James Hunt y del austriaco Niki Lauda, el primero un individuo guapo, encantador y juerguista, verdadera encarnación del hedonismo que caracterizó parte de la década de los setenta (el marco histórico es tan importante en esta película que posiblemente fue una de las razones por las que se hizo) y un individuo que persigue el éxito a causa de las múltiples y agradables consecuencias que trae consigo, el segundo un hombre frío, pragmático y no demasiado sociable que por el contrario sería un presagio de la clase de pilotos que dominarían las carreras en el futuro y para el que el éxito es un objetivo que se basta por sí mismo como forma de autoafirmación personal.
Hay que destacar también el buen hacer del dúo protagonista (Daniel Brühl y Chris Hemsworth) y, como hemos señalado, el de Ron Howard capaz de construir una sencilla pero vibrante historia que es también, de forma intencionada o no, un canto a una época ya desaparecida para bien o para mal en la que morían una media de dos pilotos por temporada y en la que los playboys dominaban el mundo.

Monday, September 23, 2013

DIEZ PASOS VACILANTES EN LA ZONA CREPUSCULAR. SEXTO PASO. THE INVADERS

Emitido por primera vez el 27 de enero de 1961, “The Invaders” es una obra maestra, no ya dentro del ámbito de la serie que estamos comentando, ni siquiera dentro del ámbito de la televisión, es una obra maestra del arte visual de la segunda mitad del siglo XX. No podría ser menos cuando se trata de un episodio que, además de estar incluido dentro del tono general de calidad de la serie, está por añadidura basado en un relato del gran Richard Matheson y cuenta también con una banda sonora a cargo de Jerry Goldsmith amen de una interpretación inolvidable de Agnes Moorehead. En una casa decrépita, construida en medio de un paisaje yermo que recuerda a los tiempos de la Gran Depresión, una mujer de aspecto rudo (única habitante del lugar) recibe de forma inesperada la visita hostil de unos seres de otro planeta con unas características físicas que les hacen especialmente aterradores. El capítulo consiste básicamente en la narración de un combate brutal y atávico entre la mujer y los diabólicos invasores, todo se desarrolla sin el más mínimo diálogo (de hecho es esta una entrega de la serie en la que la, habitualmente entrañable presentación de Serling dentro del escenario en el que tendrá lugar la acción, resulta tan fuera de lugar que sin duda debió haberse omitido) a excepción de los primitivos sonidos de la lucha sin tregua. El peso de la narración descansa en la esforzada actuación de Moorehead, la cuidada fotografía, una esmerado diseño de producción -que convierte el marco físico en el que se desarrolla el capítulo en un protagonista más del argumento- y la partitura de Goldsmith capaz de ejecutar toda suerte de efectos sonoros que describen en cada momento el desarrollo del drama de una forma mucho más eficaz que cualquier diálogo, en fin un conjunto de elementos que mantienen al espectador en un estado constante de tensión ante la incapacidad de adivinar qué va a suceder en la siguiente escena. Incluso sin el desenlace final y la explicación de todo, “The Invaders” sería una pieza magistral de la ficción moderna por sus propios méritos de puesta en escena, pero dicho desenlace (por más que, de nuevo, nos suene hoy en día a recurso demasiado utilizado y necesitemos por lo tanto hacer el esfuerzo de colocarnos en la perspectiva del espectador de entonces) supone un valor adicional por lo que comporta de replanteamiento de todo lo visto hasta ese momento. En resumen un episodio imprescindible, incluso si han decidido no aventurarse en el mundo propio que ofrece esta serie yo les rogaría que al menos vieran “The Invaders”.

Friday, September 13, 2013

ULTIMOS DISPAROS DEL VEARANO

Drama que no termina de arrancar debido a su desmesurado tamaño, esto se refiere tanto a su duración en minutos como al elevado número de personajes subsidiarios que habitan el drama (la mayor parte de los cuales por añadidura se quedan en un mero esbozo), la cantidad de historias paralelas que apenas se vislumbran y sobre todo por las exageradas intenciones de su director que es también el autor del guión original. Un detalle este último que me sorprendió dado que mientras veía la película imaginaba que estaba basada en alguno de esos novelones sureños americanos. No es en absoluto una mala película pero resulta bastante olvidable, prefiero las historias que pinchan y cortan como “Take Shalter” o incluso “Shotgun Stories”, las dos películas previas de Jeff Nichols que por desgracia sólo tienen en común con esta la presencia del gran Michael Shannon. Matthew McConaughey parece estar ensayando para un biopic de Jeff Bridges.
Tres historias cada una de las cuales merecería por sí sola una película. Unidas las tres conforman una suerte de nueva versión de “A sangre fría” (un libro que particularmente he visto siempre como una confrontación entre el sueño y la pesadilla americana) que resulta algo desequilibrada en conjunto. En esta ocasión el extenso metraje está más que justificado debido al carácter segmentario del filme, un carácter que inevitablemente trae consigo el hecho de que algunas historias seducen más que otras, la primera me pareció magistral por más que a algunos les pueda dar la sensación de estar viendo un secuela de “Drive”, la segunda quizás no tan potente como la primera pero poseedora de un sugerente aroma a “film noir” (además de constituir una particular vindicación de mi muy odiado Bradley Cooper), la tercera pese a ser la que verdaderamente da sentido a todo lo visto hasta el momento resulta bastante menos interesante y su conclusión transmite cierto desagradable regusto a complacencia. Pese a todo ello considero “The place beyond the pines” uno de los títulos más interesantes del verano y una prolongación de las buenas sensaciones que Derek Cianfrance ofreció en “Blue Valentine”, aunque repito que no me hubiera importado que los 140 minutos de metraje del filme hubieran estado dedicados a contar la historia de “handsome Luke”, el gran perdedor americano.
Una crítica excesivamente lisonjera de Jordi Costa me llevó a ver este “slasher” cuyo único aliciente es que los personajes victimas de la agresión de turno y las escenas en las que interactúan cuando no están corriendo para salvar su vida resultan algo más interesantes de lo que suelen ser en este tipo de filmes (en el que la única función de las víctimas es ser asesinadas de las formas más divertidas que se pueda imaginar). No está mal pero sinceramente es un tipo de cine que hace veinte años que pasó de moda.

Thursday, September 12, 2013

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Las circunstancias que me impedián proseguir con mi actualización semanal han terminado. Así que...