...but i am un chien andalusia

Una advertencia antes que nada. El doblaje de “Sin limites” (en el original “Little ashes” título que usaremos de ahora en adelante) debe estar preparado para soportar uno de los doblajes más agresivos que se hayan visto. En concreto había un personaje en la película que yo estaba rezando para que no volviera a salir más para no tener que oír de nuevo esa horrible voz. En serio, comparado con esto lo de “El Resplandor” es un buen trabajo.



De hecho creo que uno de los méritos de “Little ashes” es conseguir salir adelante a pesar de este pesado baldón.

La película en teoría gira en torno al célebre encuentro que tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes de Madrid entre Luís Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca, tres genios que alcanzaron fama mundial y tuvieran una influencia decisiva en sus respectivas artes (bueno quizás Buñuel no tanto pues opino que, como dijo Woody Allen, su estilo es tan característico que es imposible que cause ninguna influencia).

De todas maneras si algún mérito tiene esta película no reside en la descripción de las circunstancias que rodearon la vida de estudiante del célebre trío, ni en sus ínfulas de revolución cultural ni tampoco en el entorno político de la España de aquel entonces. El mérito empieza cuando el argumento abandona lo general y desciende a lo concreto, y lo concreto es la relación que se establece entre Lorca y Dalí, una relación de la que queda aparte Buñuel cuya figura histórica no sale muy bien parada en esta película -en la que se le retrata como un violento homófobo- a pesar de que es interpretado por un actor (el desconocido Matthew McNulty) que es un millón de veces más guapo que el autentico Buñuel.



Pero como digo más allá de quienes eran Federico García Lorca y Salvador Dalí la historia se centra en lo que fueron el uno para el otro y en la compleja naturaleza de sus relaciones, con Lorca padeciendo las contradicciones de su educación católica y Dalí las de su primordial deseo de ser una figura de fama mundial. Es pues (y prescindiendo de la veracidad de lo que se cuenta) una historia de amor entre dos seres humano y no entre un poeta y un pintor. Y es cuando la película se centra en eso cuando logra sus mejores momentos si exceptuamos una escenita acuática en la que al director se le fue la mano en el aspecto bucólico, algo que queda más en evidencia si la comparamos con una escena previa que aún siendo más sencilla resulta mucho más emotiva.

También me gustaría destacar la escenificación de ese último encuentro entre los dos hombres en los convulsos días del comienzo de la guerra civil con Lorca preparado ya para marchar hacia el martirio y Dalí convertido en un histrión sumergido ya para siempre en el personaje que había creado.



Buena parte del mérito a la hora de narrar esta historia reside en el trabajo de los actores que interpretan a los dos genios, el también desconocido Javier Beltrán y el conocidísimo Robert Pattinson que en “Crepúsculo” daba vida al vampiro abstemio más famoso del mundo.





Tengo entendido que Pattinson rodó “Little ashes” antes que “Crepúsculo”, si no es así olé sus cojones y si fue así resultaría curioso saber si con posterioridad a su gran éxito se hubiera atrevido a interpretar a un personaje tan excéntrico que además protagoniza en la película escenas con una fuerte carga homo erótica.
En resumen una película que creo que merece la pena que ver aunque les recomiendo que, si es posible, lo hagan en la versión inglesa, ojala alguien me hubiera hecho esta recomendación a mí.