Sunday, October 23, 2011

Okerbideak ezpaitaki mintzaerarik, berdin tratatzen baitu erdalduna eta euskalduna.



En este blog hemos hablado varias veces del terrorismo de ETA. Una de ellas fue el nueve de enero de 2007, poco después de que el atentado de la T4 pusiera fin a la tregua de 2006. Fue ese el momento que aproveché para analizar la relación entre la historia de la banda y mi propia biografía, así como a comentar las que, a mi entender igualmente, habían sido las características de aquél proceso negociador. Repasando aquella entrada encuentro que lo escrito en los cinco primeros párrafos de la misma sería de perfecta aplicación al momento que estamos viviendo.

Yo personalmente había gastado ya todas mis esperanzas en aquella tregua de hace cinco años por eso no me había sentido demasiado interesado por el creciente rumor de que el fin estaba cerca, ni tampoco por esa Conferencia de Paz que, a base de invitar a algunas personalidades con cierta experiencia en la resolución de conflictos (esos de los que González Pons dijo que no tenían ni puñetera idea de lo que pasaba en el País Vasco, algo con lo que podría estar de acuerdo para añadir acto seguido que el mismo González Pons posiblemente tampoco la tiene), trataba de dar cierto prestigio internacional al proceso. Posiblemente el anuncio del 20 de Octubre me hubiera causado el mismo efecto (¿Qué diferencia podía haber entre la “tregua indefinida” del 2006 y el “cese definitivo” de 2011?) de no ser por el apabullante tono de acontecimiento histórico con lo que todas las instituciones del país sin excepción (desde la Corona hasta Pep Guardiola) han dotado a dicho anuncio. Un ruido mediático al que desde luego ya no se puede quedar uno indiferente.

En primer lugar me sigue asombrando el irrefrenable optimismo con el que una vez más ha sido acogida esta declaración, es posible que haya fundamentos para ello (fundamentos que en el caso de que existan, y como suele ser habitual, no están al alcance del conocimiento público), pero ¿de verdad a nadie se le ocurre que es demasiado pronto para dar por muerta a la bicha? ¿nadie siente un cierto desasosiego cuando escucha a tantas personalidades declarar con esa alegría cosas como “mis hijos no conocerán lo que es convivir con atentados” o “ya nadie tendrá que mirar debajo del coche antes de ir a trabajar”? ¿de verdad resistiría este país una nueva decepción después de tanto jolgorio y zapateta zapaterista?

Sin embargo vamos a admitir que sí, que esta vez estamos ante el principio del fin y que el cese definitivo al que alude el comunicado es exactamente eso. Pero como digo esto no sería más que el principio, y teniendo en cuenta el largo y polvoriento camino que queda por recorrer tampoco hay que echar tanto las campanas al vuelo. No entro ya en cuestiones menores como la exigencia de que la banda declara de forma oficial y pública su disolución, de hecho en estos dos años sin tiros, atentados, extorsiones o secuestros hemos vivido bastante bien, no veo problemas en que dicha disolución siga siendo tácita en lugar de explícita. En cuanto a la entrega de las armas, en lo que a mí respecta pueden dejar enterradas donde quieran que las tengan las cuatro mierdas que le deben quedar, tampoco me parece relevante. Y por lo que se refiere a pedir perdón…bueno yo es que nunca he sido partidario del perdón, ni de pedirlo ni de exigirlo, si yo fuera una víctima directa o indirecta de un atentado que alguien me pidiera perdón me parecería un insulto y como persona no afectada directamente me parece una exigencia poco práctica y además innecesaria.

Pero repito que todo esto son cuestiones menores, aquí hay varios problemas que son los que van a suscitar los mayores quebraderos de cabeza de este proceso. En primer lugar está el tema de los presos, una cuestión muy peliaguda.

Descartada una amnistía general (la Constitución prohíbe expresamente el “indulto general” que viene a ser más o menos lo mismo, de hecho es posible que en el tenebroso proceso de elaboración de la Carta Magna se incluyera esa cláusula precisamente para evitar esa cuestión en un proceso como el que nos encontramos) lo que queda es un procedimiento bastante complicada. Admitida la separación de poderes que más o menos rige en nuestra democracia me resulta complicado pensar en alguna clase de directriz dirigida a facilitar la libertad condicional a según qué presos, supongo que en los casos de etarras sin delitos de sangre no habría tanto problema pero aquellos otros con elevadas condenas serían harina de otro costal ¿cómo justificar medidas de gracia a hombres condenados por delitos tan graves como los de Hipercor o las voladuras de casas cuartel? Recordemos además que existe la doctrina Parrot que establece que la reducción de pena no se aplica sobre el máximo de 30 años que establece la ley, sino sobre cada una de las condenas consideradas de forma individual, una forma de cadena perpetua encubierta que el poder judicial se sacó de la manga precisamente para evitar que el tal Parrot saliera a la calle con el mismo desparpajo con el que lo hizo el horrible De Juana Chaos.




Y eso sólo hablando de los presos que ya han sido juzgados y condenados, todavía falta hablar de los que están en espera de juicio o que incluso aun no están en manos de la justicia, es improbable pensar que estos hombres y mujeres no será enjuiciados como si el proceso de paz no hubiera sido puesto en marcha. Así pues y salvo que el gobierno próximo se entrega a una poco probable lujuria de indultos individuales a cada Consejo de Ministros me resulta muy complicado adivinar cómo se irá resolviendo esta cuestión.




La otra gran cuestión es la de la política. La ilegalización de Herri Batasuna pudo en su día haber sido contemplada con algo de inquietud por aquellos que lo consideraron una clara violación del espíritu de la libertad ideológica consagrada por la Constitución, pero qué duda cabe que ha contribuido a la derrota de la banda tanto o más que cualquiera de las espectaculares actuaciones policiales que hemos presenciado. A medida que aumentaba la sensación de que la lucha armada (kale borroka incluida) estaba llegando a un callejón sin salida, el hecho de carecer igualmente de una voz política y legalizada estaba dejando al mundo abertzale completamente fuera de cualquier clase de influencia en la sociedad vasca. Desde que se produjo esa convicción, el tema de la vuelta al escenario público de la izquierda radical se convirtió en una cuestión igual de importante o incluso más importante que el eterno tema de la liberación de los presos. Desde que aquella ilegalización se produjo, todos los intentos por volver a los parlamentos, diputaciones y casas consistoriales habían sido torpedeados por la justicia. Incluso el hecho de que la última de estas formaciones (Bildu) fuera finalmente avalada por el Tribunal Constitucional se interpretó como parte de un pacto previo que tuvo como contrapartida la declaración del 20 de Octubre. En tiempos no muy lejanos se producirá igualmente un pronunciamiento de dicho Tribunal con respecto a Sortu, pronunciamiento que, de inclinarse asimismo por la legalización, podría ser igualmente interpretado como otra contrapartida de ese hipotético pacto (te legalizo la mitad ahora y la otra mitad después). Como todavía mantengo la ilusión de que el más alto tribunal del país es una institución independiente de cualquier influencia política, no me queda más remedio que deducir que la legalización de Sortu sería una buena noticia y que el efecto de su no legalización dejaría al menos a Bildu en el espectro político. Además qué diablos ¿de verdad alguien es capaz de establecer diferencias entre una y otra formación?



El último asunto peliagudo sería el que hace referencia a las víctimas y sus familiares. Este colectivo ha experimentado una curiosa evolución en lo que se refiere a su papel en la sociedad, del ninguneo más extremo (una actitud que ni siquiera podía considerarse algo premeditado) a adoptar una forma de organización que incluso puede influenciar políticamente el desarrollo tanto de este proceso de paz, como de la próxima campaña electoral. Las victimas del terrorismo (hablando siempre en relación a los términos en los que suelen expresarse sus representantes oficiales) siempre han visto con recelo cualquier tipo de negociación, tregua o declaración de intenciones pacíficas de la banda. Es posible que esta actitud responda a una legítima desconfianza (que yo mismo comparto como he dicho) ante un proceso tantas veces fracasado pero puede ser también que estemos ante un proceso más difícil de entender.

Cuando has tenido que enterrar a un hijo cortado en cuatro pedazos o cuando necesitas cada día tres cuartos de hora para conseguir usar el servicio es difícil ser un adalid de la paz. La muerte violenta y la mutilación son traumas duros de aceptar, todo el que ha pasado por ello necesita tener la certeza de que su ordalía tiene algún sentido, que ha servido para algo. Las víctimas del terrorismo jamás aceptaran (yo desde luego no lo haría) una salida al conflicto que no incluya todos los puntos anteriormente mencionados (el anuncio de la disolución, la entrega de las armas, la petición de perdón) y que omita específicamente cualquier medida de gracia colectiva o individual para presos condenados por asesinato. Es justo y legítimo que su actitud sea esa y nadie puede reprocharles lo contario pero mucho me temo que su próximo papel en esta historia será el de incomodo obstáculo para la resolución definitiva. Por mucho que estemos ante una derrota total de la banda no es posible que esto termine sin algún tipo de contrapartida penitenciaria. Es algo que hemos podido comprobar en muchos otros procesos de paz, hemos visto hace poco como casi un millar de presos palestinos (muchos de ellos terroristas con sangre en las manos) eran liberados en una negociación pública y notoria entre Hamas e Israel (un estado muy poco sospechoso de ser “blando” con el terrorismo). Hace también poco tiempo vimos como en Irlanda del Norte criminales que habían cometido actos terribles fueron liberados como parte de los acuerdos de paz. Por mucho que cueste creerlo el individuo protagonista del siguiente vídeo tan solo pasó doce años en la cárcel.



En resumen es posible que las víctimas tiendan a sentirse cada vez más insatisfechas a medida que el proceso avance porque en todo proceso paz de paz negociado tienen que ser inevitablemente dejadas al margen




Es posible que tras la impresionante declaración del día 20 (o mejor dicho tras la impresionante reacción a dichas declaraciones) el asunto se paralice hasta que se forme el nuevo gobierno. No creo que el hecho de que posiblemente sea el Partido Popular el que forme dicho gobierno constituya un obstáculo para la negociación, sobre todo porque estoy convencido de que las condiciones de dicha negociación han sido previamente pactadas también con el Partido Popular. Por de pronto Mariano Rajoy ha hecho una declaración muy mesurada a este respecto, así como el resto de su equipo sin que haya habido más notas discordantes que las de los zombies Aznar y Mayor Oreja. La caverna mediática ha reaccionado también con virulencia, bien por legítima ideología bélica, bien por temor a que este asunto pueda hacer que la derrota socialista sea menos aplastante (temor infundado de todos modos, al PSOE no lo salva ni el descubrimiento de El Dorado). En la anterior tregua Rajoy mostró también su apoyo inicial para luego dar un paso atrás influenciado por el ala más derechista de su partido y por el susodicho entorno mediático. Sin embargo el líder de la oposición descubrió que su servilismo al ala más desagradable de la derecha española contribuyó en gran medida a su derrota en las elecciones de 2008, y es de esperar que en esta ocasión se deje guiar por el sentido común.

Hasta que llegue el momento de que se concrete en hechos la ya célebre declaración del pasado viernes sólo queda decir que existe una gran posibilidad de que la guerra (porque esto ha sido una guerra por más que muchos se empeñen en decir que no) haya terminado, y que en ese caso dicha guerra la habremos ganado nosotros, por lo que hora sería ya de ir pensando también en destruir nuestras propias armas (ley de partidos políticos, doctrina Parrot y tal) y reducir el conflicto vasco a lo que nunca debió dejar de ser: una simple cuestión de reparto de poder y de bailes regionales. No resulta demasiado alentador pero la idea de encender la radio a las 06.30 de la mañana y no volver a escuchar la noticia de ningún otro atentado será suficiente consuelo. Suponiendo que tal cosa finalmente llegue a suceder.



5 Comments:

Blogger 3'14 said...

Pues sí, a mí también me flipan bastante algunos comentarios con exceso optimismo que he podido escuchar... En mi opinión, soy más de esperar el paso del tiempo y ver si realmente se puede dar por terminado este sinsentido.

6:23 AM  
Blogger El Impenitente said...

Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que creer en la independencia de la justicia española.

El ruido mediático de la declaración ha tenido mucho que ver con el oportunismo electoral. Las lágrimas de Rubalcaba fueron conmovedoras.

De acuerdo con lo de las víctimas. El dolor no legitima, aunque si yo fuese víctima dudo mucho que pensase lo mismo.

No está mal venir a una conferencia de paz cobrando por tu presencia. Por medio millón de euros me persono en un acto de exaltación de Sergio Ramos y coreo su nombre con frenesí.

La clave estuvo en el resultado electoral de Bildu. Resulta que pueden ganar y ahora la cosa cambia. Desde dentro la cosa es más fácil, desde luego. Otra cosa es la capacidad de gestión de mentes radicales y absolutamente politizadas (ya sabes que tengo contactos en Donosti, donde gobierna Bildu). Aunque viendo la gestión de PSOE y PP (y del PNV. Todo partido que se eterniza en el poder tiende a confundirse con una banda mafiosa) en el gobierno central, autonomías y ayuntamientos en los últimos años tampoco tienen nada que perder.

Estaremos atentos.

11:58 PM  
Blogger SisterBoy said...

¿Y cobrando eso te presentarías en un homenaje a Raul? He ahí el límite de tu corrupción.

Dejar a las víctimas cualquier poder de decisión es como pedir a los padres de un asesinado que formen parte del tribunal.

8:56 AM  
Blogger Slim said...

yo al de sergio ramos si, para el de raul subirme la tarifa ;-)

pues yo estoy muy contenta, y optimista. sea porque esten ya acabados, sea por los mediadores, sea por las elecciones, sea por lo que querais ese anuncio es la mejor noticia que he oido en meses en el telediario.
creo qe en españa en general y en el pais vasco en particular se merecen empezar a vivir en paz.aunque haya concesiones, que las habrá.

11:01 AM  
Blogger El Impenitente said...

Raúl, dos millones. Jorge Lorenzo, cinco. Lance Armstrong, diez. Santiago Cañizares, la Reserva Federal de los USA.

1:13 PM  

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