Dillinger e morto
Se habla de Public Enemies con spoilers.
No soy muy admirador de Michael Mann y de su sorprendentemente corta carrera que podríamos decir que comenzó –hablando en términos de gran público ya que antes había rodado una primera adaptación de “El dragón rojo” llamada “Manhunter” muy contaminada por la grasienta estética de Miami Vice y que hoy por hoy queda como un filme curioso por el hecho de ver a Anibal Lecter interpretado por otro actor y por la presencia de un joven William Petersen- con su versión del clásico de aventuras “El último mohicano” de la que únicamente guardo el desagradable recuerdo de una machacona melodía que no dejaba de sonar prácticamente en ningún momento.
Después de eso vinieron “The insider” (un ejercicio de realidad-ficción que desentonaba por su total ausencia de clímax dramático lo que tampoco hacía de ella una película demasiado memorable), “Ali” (tópico biopic hagiográfico perfectamente prescindible e incluso intercambiable por la visión del grandioso documental “When we were kings”). “Collateral” (un thriller bastante absurdo y además muy perjudicado por la presencia del detestable Jamie Foxx) y “Miami Vice” que naturalmente no me molesté en ver.
Mención aparte merece “Heat” que tardé mucho tiempo en ver y que está considerada con justicia la mejor de la filmografía de Mann y una de las últimas grandes películas de acción
Así pues teniendo en cuenta estos antecedentes, y algunos comentarios previos que había leído por ahí, lo cierto es que no tenía muchas expectativas sobre “Public enemies” y de hecho me decidí a verla únicamente por el hecho de que su argumento giraba en torno a las fechorías de los grandes atracadores del medio oeste durante la época de la Depresión, un tipo de historias que siempre me han resultado fascinadoras.
De entre todos los forajidos itinerantes que proliferaron en aquellos años Dillinger fue siempre el rey debido a sus casi increíbles hazañas criminales y también a su aspecto de seductor canalla que le asemejaba más a una estrella de cine que a un asesino, sobre todo si le comparamos con el lombrosiano aspecto de algunos colegas del mundo del hampa como Pretty Boy Floyd, Baby Face Nelson o Alvin Karpis (todos ellos personajes secundarios de la película)
De la figura de Dillinger se han hecho que yo sepa dos filmes biográficos. El primero de ellos, rodado en 1945, era una película no demasiado estimable que presentaba al gangster (interpretado por Lawrence Tierney que también daba vida al jefe de la banda de “Reservoir Dogs” y al que el cachondo de Tarantino hacía decir la frase “está más muerto que Dillinger”) como una maquina de matar, el típico villano sin fisuras al que se podía acribillar sin remordimientos. ¡Si hasta salía el autentico padre del criminal en el prólogo de la película haciendo el clásico discurso de “el crimen no paga”!
La segunda película la dirigió John Milius en 1973 y es bastante mejor que la primera, de hecho es, y sospecho que seguirá siendo, la mejor que se ha hecho sobre el personaje en cuestión. Además una película que cuenta en con Warren Oates, Ben Johnson y Harry Dean Stanton en su reparto tiene de entrada mis simpatías aunque los tres se hubieran limitado a bailar el can can (bueno también estaba por allí Richard Dreyfuss, qué le vamos a hacer).
Aparte de estos dos ejemplos la figura de Dillinger ha aparecido de forma directa o indirecta en infinidad de películas, series, documentales y hasta en un capítulo de Los Simpsons (formaba parte del jurado infernal elegido por Ned Flanders para juzgar a Homer por comerse la rosquilla maldita) y ha sido desde su muerte un icono de la historia negra de los Estados Unidos.
Hablando ya de Public Enemies la pregunta era cómo enfocaría Michael Mann (también coautor del guión) esta nueva versión de la vida del bandido y la verdad es que el resultado es un poco desconcertante porque teniendo todas las papeletas para ser una mala película al final no me lo ha parecido ni mucho menos.
En primer lugar, y a excepción de la propia figura protagonista (interpretada por Johnny Depp que suele ser un actor solvente cuando su amigo Tim Burton no le obliga a hacer el gilipollas) y el de su novia Billie (Marion Cotillard), Public Enemies es una película sin personajes, algo inexplicable teniendo en cuenta la larga duración del metraje y especialmente grave en el caso de Melvin Purvis (Christian Bale) cuyo antagonismo con el enemigo público numero uno era el gran argumento de la versión de 1973 y que aquí queda desdibujado por la superficialidad con la que se trata el personaje.
Otra vertiente desaprovechada de esta historia es la dimensión mediática de la figura de Dillinger en la época en la que vivió y de la esquizofrenia de una sociedad que por un lado castigaba con brutalidad el delito y por otro lado sentía y todavía siente una morbosa fascinación por los fuera de la ley en todas sus variantes, desde los forajidos del antiguo oeste hasta los asesinos en serie modernos. De nada de esto es posible hacerse una idea clara viendo el filme si exceptuamos la excelente escena del mensaje publicitario gubernamental en la sala de cine.
Por si fuera poco la historia de las fechorías de Dillinger se ve alternada por interludios románticos con su novia, algunos de los cuales bordean peligrosamente la ñoñeria aunque por fortuna no llegan a caer de lleno en ella hasta el epílogo que cierra la historia.
Y repito que a pesar de todo ello la película me ha gustado. Puede que sea el innegable magnetismo con el que Johnny Depp interpreta al personaje, algo que se prolonga en su relación con Billie. O puede que haya sido el acompasado ritmo con el que está filmada la historia, que no se me hizo larga en absoluto a pesar de sus dos horas y veinte minutos de duración, que además está filmada (excepto por los interludios antes mencionados) de un manera muy sobria incluyendo las escenas de acción, tan propicias a los excesos en este tipo de producciones. Vamos que, la película está más cerca del estilo de “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” (salvando las distancias) que del de “Arma Joven”.
En resumen una película muy estimable que sin renunciar a los postulados ortodoxos del cine biográfico procura buscar su propio camino cosa que consigue en buena medida.
14 Comments:
yo quiero ver a johnny deep y su innegable magnetismo!!
Pero si solo has dicho cosas malas!!!
A mi no me ha gustado exactamente por los 3 puntos que tú enumeraste. Además claro está, por la fotografía desconcertante.
En cuanto a la fotografía es posible que algunas escenas me hayan resultado muy oscuras pero es una sensación contaminada por los comentarios que había escuchado previamente. Aún así dista mucho de ser un uso agresivo de la fotografía como herramienta dramática al detestable estilo de Traffic.
Quizás me haya gustado porque me impliqué en la historia, me sentí interesado por lo que le pasaba a Dillinger a pesar de que mucho antes de entrar a verla me sabía al dedillo sus hazañas. Supongo que cuando eso pasa todos los defectos que le encuentras son cuetiones menores.
Ya estoy de vuelta, esta no la he visto y le tengo ganas, supongo que por los mismos motivos que Slim ehem... Así que no he leído nada, me voy al post anterior, que Up sí la he visto :)
Yo estoy deseando verla... pero admito que también tengo mis dudas. Lo que más me ha gustado de tu post son tus comentarios sobre las pelis anteriores de Michael Mann, porque has dicho verdades como puños sobre filmes sobrevalorados. A mí también me pareció ridícula Collateral -es más, no puedo evitar reírme en algunos de sus momentos más absurdos- y tampoco entiendo qué hay de especial en el biopic de Alí o en la machacona y sensiblera El último mohicano. Aún así, me sigue hipnotizando Heat, y quizá por eso, y porque cada día me gusta más el gran Johny Depp, estoy deseando ver este Public Enemies... Ya te contaré ;-)
A mí me aburrió a ratos porque no existen los personajes. Luego el tema de las estética no me dejó entrar en la película, como leí en otro sitio parece que estás viendo el making of en lugar de la peli de verdad.
Sobre tu clasificación de las pelis de Mann, creo que solo estamos de acuerdo en Heat y en Ali (que le pasa lo mismo que a ésta, no hay personajes).
a mi el ultimo mohicano me gustó, esos paisajes y daniel day lewis antes de volverse raro...
Amigos si una de sus motivaciones es ver a Depp muy fancy con traje y chaleco a los años treinta sus aspiraciones quedaran colmadas.
A mí de el último mohicano sólo me gustó el indio malo, que miedo daba.
Yo siempre he sido muy fan de Madeleine Stowe.
Yo la detesto, pone siempre la misma facha ya sea en una escena en la que se está tomando un café o en otra en la que un indio arapahoe está a punto de cortarle el pescuezo
A mi es que las pelis de gángsters me pierden. Y en Enemigos públicos salen tommy guns a cascoporro.
La película me gustó en lineas generales: historia, fotografía, banda sonora, actores,... Si bien se le pueden poner algunas pegas como la presencia de la chica, como bien tu dices, que para mi gusto sobra; o que el señor Mann se líe alguna que otra vez con los personajes (cosa que no me extraña porque efectivamente, están desdibujados - aunque no me parece mal del todo - y porque esto sucede en momentos en los que la acción es trepidante).
Me encanta la ambientación de la época y el vestuario (el señor Depp está realmente guapetón con esos trajes y abrigos carisísimos) y me encantan algunos planos, bonitos y estéticos a más no poder.
Creo que esta película me dará para hablar un poco. Veremos si el calor y sopor no pueden conmigo.
Doc y también fusiles browning y pistolas del 45 nunca se ha matada con más elengancia que en aquella época.
Bolboreta estaré atento a tu crónica y no olvides que un duro cinéfilo tiene que cumplir obligación haga el tiempo que haga, como los carteros.
No me ha disgustado, pero tampoco me entusiasmó... Me pesaron demasiado sus carencias y, sobre todo, los excesivos elogios de la crítica. Eso sí, Depp estaba guapísimo. Dejo mis impresiones en my home ;-)
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