Thursday, February 09, 2012

Take me out to the ball game

Así sin prepararlo ni nada resulta que el comentario sobre “J. Edgar” está de algún modo relacionado con el que se podría hacer sobre “Moneyball”. En la película de Clint Eastwood hablábamos de si el conocimiento previo sobre la figura histórica del que fuera director durante más de cuarenta años del F.B.I. podía o no ser un factor determinante a la hora de apreciar la película. Yo particularmente opinaba que no podía ponerme en el lugar de alguien que no tuviera ese conocimiento previo. Con “Moneyball” me pasa al revés.



Posiblemente no hubiera ido a ver esta película si no se hubiese hecho con nominaciones tan importantes a los Globos de Oro (posteriormente refrendadas en las de los Oscars), de no ser por eso esta producción aparecería con toda la pinta de ser el típico estreno de temporada protagonizado por una estrella y centrado en un argumento familiar para el gran público (americano). Pero repito que esas nominaciones permitían suponer que quizás estábamos ante algo de más enjundia. Tras verla confieso que todavía no he sido capaz de decidirme sobre si tal cosa es cierta.

Como es bien sabido los americanos hacen películas básicamente sobre sus propios asuntos, esto es algo lógico, si el resto del mundo comprende o no las particularidades propias de la sociedad estadounidense es algo que no parece interesarles aunque lo cierto es que la mayor parte de las veces los argumentos de dichas películas pueden ser asimilables por un espectador foráneo que incluso carezca de un conocimiento previo que el espectador yanqui sí posee. En el caso del deporte es también sabido que el interés del público de ese país se centra básicamente en el football, el baloncesto y el baseball. Con el segundo de estos deportes no hay problema, es también una disciplina bien conocida en el resto del mundo, con el football puede haber algo más de complicaciones, por más que (al menos a mí me lo parece) sea una práctica tremendamente aburrida, existe la noción básica de que el objetivo de cada equipo es llegar a la línea de meta del equipo contrario. Con el baseball en cambio parece imposible que nadie que no viva en un país donde este deporte sea una afición mayoritaria (cosa que aparte de en USA sucede en sitios como Japón, Cuba, Venezuela y alguno que otro más) puede entender algo sobre de qué demonios va este deporte.




Sin embargo repito que esto tampoco tendría que ser un inconveniente, el mayor o menor desconocimiento sobre estos tres deportes no ha sido antes ningún hándicap para poder asimilar películas como “Hoosiers” y “Blue Chips” (si hablamos de baloncesto) o “Any given Sunday”, “Friday night lights” y “The program” (si hablamos de football). Incluso el misterioso baseball ha sido llevado al cine sin problemas en títulos como “El orgullo de los yanquis”, “For love of the game” y “Campo de sueños”. Quizás el secreto resida en que eran filmes que se servían del juego como un medio para tratar asuntos de mayor calado social, digamos que no era una experiencia endogámica.




Con “Moneyball” en cambio sí que existe esa sensación de endogamia. En palabras simples durante la mayor parte del metraje no tenía la más mínima de qué me estaban contando y me encontraba perdido en una tremolina de vocabulario esotérico, estadísticas incomprensibles, anécdotas desconocidas y en resumen toda una compleja mitología destinada única y exclusivamente para iniciados. Repito que en los títulos anteriormente mencionados el deporte era el medio, en “Moneyball” el deporte lo es todo.

No obstante haciendo un titánico esfuerzo se puede intentar esbozar algo del argumento de la película que narra la historia de Billy Beane (personaje real al que da vida Brad Pitt), el manager de los Oakland Athletics, un equipo modesto al que Beane ve perder año tras año contra los grandes nombres de la liga por una simple cuestión de diferencia presupuestaria (bueno, esto sí que nos suena de algo por aquí). El manager decide intentar forzar un cambio en esta implacable dinámica y, con la ayuda de un asesor con ideas innovadoras (interpretado por el joven actor Jonah Hill conocido sobre todo por su papel en “Superbad”), decide programar los fichajes de la próxima temporada basándose únicamente en objetivos criterios estadísticos, introduciendo así un cambio radical en los tradicionales métodos de selección de jugadores que se basaban en todo tipo de variables, algunas tan bizarras como la de que un candidato no podía ser contratado porque tenía una novia fea y eso transmitía falta de seguridad en si mismo.

Un argumento en el fondo tan clásico (un orden establecido que se subvierte por medio de una revolución liderada por la iniciativa de un grupo reducido de individualistas) se puede aplicar a muchos aspectos de la sociedad y contarse de muchas maneras diferentes. La manera en la que se cuenta aquí es, como hemos comentado, terriblemente críptica y además sorprendentemente desapasionada, eludiendo deliberadamente cualquier momento de clímax dramático que en otras circunstancias abundarían en películas de argumento semejante. De hecho las únicas escenas con alguna carga emocional parecen colocadas de un modo forzado como si los autores del filme quisieran humanizar al personaje de Beane que de otro modo se asemejaría a un autómata.



En definitiva y en mi opinión “Moneyball” pertenece a una categoría de hacer cine (que en todo momento me recordó a la también incomprensiblemente prestigiosa “Zodiac” por más que me siento incapaz de explicar de forma razonada dicho parecido) que se esfuerza por contar una historia despojándola de cualquiera de las características que convierte al cine en un espectáculo capaz de contar una historia que cause algún tipo de implicación en el espectador.

5 Comments:

Blogger Slim said...

a mi de beisbol me encanta Ellas dan el golpe, me gustaba bastante geena davis que por cierto no se dónde se habrá metido en los últimos años.

y Brad Pitt, que tal está? esta es de las buenas o de las malas pelis de Brad?

10:51 AM  
Blogger Mer said...

SPOILERS

Yo tuve la suerte de que jugué al Softball en el insti y me lo pasé pipa. Me parece uno de los juegos más divertidos que hay.

Así que entiendo algo de segunda y tercera base. Pero tampoco creo que aquí haya mucho que entender para entrar en la peli.

Nada más terminar la peli pensé que era lo contrario a Jerry Mguire, o más bien era "Jerry mcguire sin todo lo divertido". Pero es que ahí está la clave. Lo grandioso de Moneyball es que cuenta algo épico (en el cine de Hollywood, el baseball siempre lo es) a través de las matemáticas y la estadística. Así que se le quita TODO (los travellings, los primeros planos, los excesos, los "enseñame la pasta") para darnos lo esencial. Una especie de documental frío y sobrio, desprovisto de toda pasión.

Además el prota es así como lo vive. El tío se coge el coche y se va a tomar por culo. No quiere ni verlo. No está ahí gritando como un loco. Es la pasión comedida.

Y yo creo que lo mejor de la peli es que en realidad no nos cuenta la historia de un visionario que sentía un gran amor por su equipo, sino de un hombre obsesionado por un equipo y por una asignatura pendiente. El final es un poco como el de "El juramento" de Sean penn, él no creo que se quede por el amor al club. Se queda porque está atado a ese sueño. Está atrapado y seguirá y seguirá hasta que lo consiga.

1:17 PM  
Blogger SisterBoy said...

Bueno para empezar es que "Jerry Mcguire" para mí no tiene nada de divertido :).

Ya digo que Moneyball juega un poco al estilo Zodiac al despojar a la historia de todos los recursos tradicionales de la dramatización, no me gustó esa técnica entonces y no me gusta ahora.

Creo que Beane se queda porque su ilusión era derrotar a un equipo grande usando una táctica que nadie había usado antes, y admitir un fichaje por un grande con una millonaria oferta económica de por medio sería traicionar algo que ha convertido en el gran objetivo de su vida (después de todo no hay que olvidar que hasta ese momento ha sido un perdedor).

Slim, Brad Pitt está bien, o al meno no está como en "¿Conoces a Joe Black?" lo cual ya es decir mucho.

4:07 PM  
Blogger Adso said...

No entiendo nada de Beisbol pero me encantó Zodiac, así que no se si debería verla. En realidad, se me pasó, porque pensaba ir a verla.

2:07 PM  
Blogger SisterBoy said...

Lo malo es que para ver esta opino que SÍ hay que entender de baseball.

3:26 PM  

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