La noche del actor

Yo tenía una casita a la orilla del mar, en California del Sur. Con motivo de mi cumpleaños, el 18 de agosto de 1962, había organizado una gran fiesta en la playa. Había muchos niños y numerosos actores amigos míos. Habíamos encendido una gran hoguera, con la que cocinábamos el maíz, preparábamos el malvavisco y cosas por el estilo. De repente, algo llamó nuestra atención y levanté la mirada hacia lo alto de la duna. Su chofer bajaba hacia nosotros, llevando en brazos a Charles Laughton hasta la playa…Se sentó, ahí, sobre la arena. Se hizo un silencio emocionante. ¡Quizás había quinientos niños! Laugthton se puso a recitar para nosotros “El rey Lear”, y luego sonetos de Shakespeare. Estuvo haciéndolo hasta casi las tres de la madrugada…Al acabar la jornada me abrazó, y su chofer se lo llevó, devolviéndolo al hospital. Jamás volví a verle.



Shelley Winters