Thursday, June 16, 2011

No significa cuánto.



En primer lugar me gustaría que leyeran este artículo.

La intervención del escritor Javier Marías en el affaire Dominique Strauss Khan resulta bastante insólita incluso viniendo de un literato que, al menos en su faceta como columnista de El País Semanal, parece querer alimentarse únicamente de esa extraña raza que conforman los lectores indignados de la sección de cartas.

Analicemos el texto por partes. Lo primero que llama la atención es que Marías califique lo sucedido como un hecho “incomprensible y absurdo”, una afirmación que parece provenir de alguien que ha pasado demasiado tiempo imbuido en las ficciones que pueblan sus libros, ficciones (las de sus libros y las de todos en general) que se caracterizan precisamente por ser un territorio donde todo resulta mucho más comprensible y lógico que la realidad, que no está sujeta a ninguna regla literaria que la haga asimilable.

Ya en el segundo párrafo el escritor prosigue agitando la bandera de la inverosimilitud preguntándose cómo una camarera de pisos puede entrar en una habitación ocupada (supongo que algo tendrá que ver la sobrecarga de trabajo que suelen tener estas profesionales independientemente de la categoría del hotel en el que trabajen), o cómo un hombre sale desnudo de la ducha sin llevar un albornoz o al menos una toalla (manías personales, yo me estuve duchando con la ropa interior puesta hasta los 13 años por lo menos), pero estas objeciones se quedan en nada ante la sorpresa del columnista por el hecho de que uno de los hombres más poderosos del mundo dedique parte de su valioso tiempo y se juegue además su carrera política en estas correrías de hotel.

Ay mi querido Marías ¿cómo es posible que algo así te parezca tan extraño? ¿No ha sido el sexo la perdición de los hombres desde el principio de los tiempos? ¿Por qué fueron expulsados Adán y Eva del paraíso? ¿Por qué si no se hizo el rey David acreedor del desprecio de Dios cuando decidió correr detrás de Betsabé? ¿Acaso los por mucho tiempo inmaculados Kennedy no eran unos maniacos sexuales? ¿No hubiera preferido Clinton machacársela con un ladrillo antes de pasar a la historia por sus becariadas? ¿No hay en estos momentos millones de hombres sentados sobre su culo preguntándose cómo diablos echaron toda su vida a rodar por un minuto de calentura?





Sin embargo la cosa se pone peor a partir del tercer párrafo cuando Marías empieza una sórdida disquisición sobre el carácter de las presuntas agresiones sufridas por la camarera, se habla de penetración bucal y anal por más que en todo lo que he leído sobre el caso es la primera noticia que tengo de que tal cosa pudo habar sucedido. Pero lo verdaderamente inquietante es la clase magistral que J.M. sobre la imposibilidad de agredir a una mujer por alguna de estas dos vías, como si él fuera una autoridad en la cuestión (supongo que no se trata de eso) y si la, por desgracia, larga y multivariada casuística del tenebroso mundo de las agresiones sexuales no fuera otro de los muchos territorios en los que no rigen las leyes de la lógica a las que tan adicto parece Marías. Recuerdo en cierta ocasión como un jurista experto en el tema describía un caso de violación que comenzaba con la víctima declarando que “había sido subida con violencia a una motocicleta”, el letrado manifestaba que por mucho que resultara insólito que alguien fuera subido con violencia a una moto el hecho fundamental es que la víctima no había consentido, todo comentario que obvie esta cuestión no son más que digresiones que entendíamos como más propias de otros hombres públicos célebres por su rijosidad.





El artículo de Marías prosigue en el siguiente y último párrafo donde estalla en un brillante final en el que asegura que quizás lo que pudo haber pasado es que el viejo verde le ofreciera dinero a la camarera por echar un aquí te pillo aquí te mato, y que todo el jaleo posterior vendría a cuento de una discrepancia en torno al pago o al carácter de los servicios contratados, vamos, que se retoma aquel viejo adagio de “señora es usted una puta, lo único que falta por determinar es el precio”. En fin repito que aquí caben dos explicaciones, o al bueno de Marías se le ha ido la olla y ha terminado por desconectarse completamente de la realidad o ha escrito el artículo pensando en la reacción del respetable que se manifestará (o no) en la sección de cartas al director de dentro de dos semanas. Ya se verá.

13 Comments:

Blogger Slim said...

a mi lo primero que me llama la atencion es que diga que el secreto de sumario "se respeta en todos los paises democraticos menos en españa", me parece insultante y ademas es mentira.

lo segundo es lo de tus calzoncillos en la ducha...jajaj perdona!! no lo he podido evitar.

para mi todo esto se reduce a lo que entiende un tio por un NO, joder que no es tan dificil!!

11:48 AM  
Blogger 3'14 said...

Que fuerte! Vamos, que según este "señor" lo presumible sería que esta mujer consentió a cambio de dinero, si no de ninguna otra manera se entiende lo que pudo suceder en esa habitación.. vaya, vaya... ni las declaraciones primeras modificadas a posterior del supuesto agresor le hacen intuir que tal vez, de lo que se pueda tratar es del más que habitual caso de hombre con poder que cree poder tener en todo momento cuanto quiera y como lo quiera y que, en el supuesto de que las cosas fueran como tan increiblemente se suponen para él que la prensa narra, no contempla que a la camarera, una mujer con un trabajo muy por debajo en cuanto a categoría del excelentísimo director (o ya ex-director) del FMI, se le pasase por la mente en esos momentos de estupefacción que sería despedida si se negase... de ahí que quedase paralizada y no gritase como supone el señor Javier Marías que hubiese tenido que hacer... En fin, yo no estaba presente, eso no quita que deba haber una investigación y los que tienen que resolver el asunto así lo hagan. Creo que opiniones tanto como la mía propia, como la del señor Marías están de más.

Ah! y actualiza rápido porque entrar en tu blog y tener que contemplar las fotos tan desagradables que has adjuntado se me hace francamente duro... No se quien me provoca más vomitera, si Sostres o Dragó... puag!!

12:16 PM  
Blogger SisterBoy said...

Desde luego yo tampoco estaba allí y no sé lo que pasó, sólo digo que lo que cuenta la mujer pudo haber pasado tal y como lo cuenta, y sinceramente la creo más a ella que a él.

1:06 PM  
Blogger 3'14 said...

Sí, sister, la opinión que podamos tener cada uno no tiene la misma relevancia que la que puede emitir un periodista, escritor, columnista desde un artículo en un periódico, es más, con frecuencia nos formamos opiniones en base a la información que recibimos (y así va todo...). Es por eso que me parece, como decía al principio de mi comentario: muy fuerte. Muy fuerte lo que escribe el flipado de Javier Marías. Por cierto!! Yo los medicamentos vía oral según él me los tomo hablados... ains...

2:38 PM  
Blogger El Impenitente said...

Sostres es peor. Ha hecho falta la foto finish, pero Sostres es peor.

Yo también le creo más a ella, aunque no sea más que porque el poderoso es el otro. El débil no tiene por qué tener la razón pero, una vez más, se trata de tomar partido, no de tener razón. No sé por qué no podemos nunca dejar de tomar partido en cualquier situación.

Y tampoco entiendo el por qué Marías se mete en este fregado. Sobredosis de Perry Mason, quizá. O será que, como insinuas, esté tatando de batir el record de cartas la director y ese sea su único reto. A lo mejor a Marías el sexo no le mueve mucho y por eso hay cosas que no entiende. Pero me parece que a él su ego le pone más que pasar seis semanas en la mansión Play-boy.

Por cierto, Hugh Hefner anda un tanto desolado pues se iba a casar y su conejita (de veinticinco años, él se gasta ya ochenta y largos) ha cancelado la boda. Siempre serán amigos, no obstante. Creo, Sisterboy, que debiéramos ir a su mansión a acompañar al bueno de Hugh en estos duros momentos y quedarnos una temporada. Sí te aconsejo que no les digas a las chiquitas que nos encontremos por allí que te duchaste hasta los trece años con la ropa interior puesta. Podrían pensar cosas raras.

1:34 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

A Marías no me lo tomo en serio desde que escribió, hace la tira de años ya, una columna en la que contaba que una noche de insomnio había llamado a un teléfono erótico pero no obtuvo los resultados esperados (supongo que hacerse una paja) porque la mujer del teléfono le susurró con voz sensual "llevo ropa interior color carne" y eso a Javier le recuerda a abuelas con fajas gigantes y tiendas de ortopedia.

1:53 AM  
Blogger SisterBoy said...

El Caso H.H. es otro triste ejemplo de las desgracias del Viagra, antes de la invención de la diabólica pastilla uno tenía la certeza de que llegados a cierta edad se acabaría el infierno pero ¡ah! ahora ya se sabe que los hombres estaremos haciendo el pinga-pato hasta cinco minutos antes de la incineración.

Lo de la ropa interior color carne lo comprendo, aunque para explicarme bien tendría que hacer otra confesión de carácter personal y dado el "exito" de la última que he hecho creo que me lo quedaré para moi.

11:46 AM  
Blogger bolboreta said...

No hay por donde coger el artículo. Madre mía, cuanta idiotez junta...

En cuanto a lo de oral/bucal, me remito a la RAE: Perteneciente o relativo a la boca. Lo mismo para ambos términos. Ande amos a parar...

De lo de la ropa interior, sé de gente que se baña con ropa en el mar, pero lo de la ducha no lo había oído/leído nunca. Cuanto menos interesante :)

6:48 AM  
Blogger SisterBoy said...

No sigan con sus pullas o ya no cuenta más intimidices!!!

8:45 AM  
Blogger bolboreta said...

Oh, intimidez, ¡qué buena creacción! ;)

1:41 AM  
Blogger 3'14 said...

confesiones! confesiones! creo haberme perdido la última hecha, esa que dices que causó tanto éxito. Que alguien con alma de "Sálvame" me lo explique.

6:25 AM  
Blogger SisterBoy said...

Segundo párrafo del comentario de Slim

8:30 AM  
Blogger 3'14 said...

Lo había leído (no creas que no), pero pensé que se trataba de una broma O_O

10:54 PM  

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