Friday, March 16, 2012

¿A qué dedica el tiempo libre?



Podríamos coger el comentario de hace algunas semanas acerca de “Margin Call” y, sustituyendo el término “drama financiero” por “drama político”, nos quedaría algo bastante parecido al comentario que merece “Los idus de Marzo”. Efectivamente la sensación que transmite el visionado de esta película resulta tan sobriamente placentera como la de “Margin Call”, resulta muy difícil pasar un mal rato viendo esta clase de filmes aunque uno tampoco tiene ninguna sensación de pérdida dejándolas pasar para verlas dentro de un par de años en la tele.

El título que nos ocupa hoy se aparece como un producto con algo más de empaque, posiblemente debido al carácter de estrella de George Clooney, actor, director y co-guionista del filme. Al contrario que en “Buenas noches y buena suerte” (una película con más pretensiones artísticas pero también mucho más aburrida que ésta) Clooney opta por un tono decididamente clásico en esta recreación de unas primarias demócratas en el que predomina el mismo tono desencantado y cínico de otros títulos de temática semejante, estoy pensando en nombres como “El político” (All the king´s men), “The best man” y sobre todo en “El candidato”, una película de 1972 protagonizada por Robert Redford (cuyo estatus de sex symbol con cerebro de aquella época podría equipararse al del Clooney del siglo XXI) que interpreta asimismo a un aspirante demócrata que tiene que ir desprendiéndose de sus elevados ideales liberales en el imprescindible camino enfangado que conduce a la cumbre.




Aunque toda la acción transcurre en torno a la figura del Gobernador Morris (inspirada según dicen en George Clinton), no es éste en teoría el protagonista de la película, ese papel le corresponde al personaje interpretado por Ryan Gosling, el ególatra jefe del gabinete de prensa del candidato que se revela casi desde el principio como un animal político cuyo única lealtad está con aquellos que le pueden seguir proporcionando un puesto de privilegio en el gran juego de gobernar el país.

“Los idus de marzo” tiene, como hemos dicho, una factura que no por clásica resulta menos eficiente, en ella la acción transcurre de forma fluida, con diálogos magnéticos y golpes de efecto brillantes (aunque no por ello menos previsibles y en cierto modo algo ingenuos) y todo sostenido por un cuadro de actores de primera fila. De hecho sólo por contemplar el espectáculo que ofrecen Gosling, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti haciéndose hijoputeces el uno al otro valdría la pena pagar la entrada del cine




La conclusión de la película resulta tan pesimista como suelen serlo todas las de este subgénero incluyendo las antes mencionadas (con la excepción de “The best man”, algo que incluso estropea un poco este excelente filme) y sobre todo incide en la conocida paradoja de todo candidato a la presidencia, cuyo discurso se enmascara de un torrente de meliflua palabrería que hace hincapié en virtudes como la de la humildad cuando detrás de todo candidato se esconde antes que nada un individuo dominado por una denodada soberbia. Una paradoja que hace recordar aquel cuento de Isaac Asimov que describía una sociedad en la que la sólo se permitía acceder al cargo de presidente a aquellos individuos que en realidad no querían serlo.

En definitiva “Los idus de marzo” es un estreno recomendable para todos aquellos espectadores dispuestos a contemplar una aceptable producción cinematográfica dirigida a la parte del gran público que desea contemplar algo con más enjundia que digamos un “Battleship” o alguna otra cosa por el estilo.

6 Comments:

Blogger Slim said...

fuimos a verla estos dias que estamos de vacaciones, y nos gustó mucho, bueno a mi más que a mi santo, ¡claro que a mi me encanta Ryan Gosling!
me resultó muy entretenida y nada rollera, quizá algo previsible porque ya te imaginabas como iba a acabar el candidato. pero muy buena peli.

9:51 AM  
Blogger SisterBoy said...

Lo dicho, un rato agradable ¿qué más se puede pedir?

10:35 AM  
Blogger El Impenitente said...

Hablando de hijoputeces estoy leyendo ahora sobre Aníbal Barca y Escipión el Africano y, realmente, siempre se ha cumpido aquello de Churchill de que los de enfrente son los rivales, los adversarios. Los enemigos están aquí, conmigo, sentados a mi espalda. Son los de mi bando.

1:00 AM  
Blogger SisterBoy said...

Todo lo cual se resume en el castizo dicho; ¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!

9:36 AM  
Blogger Adso said...

¿El personaje de Morris se fija en George Clinton? ¿George Bush, Bill Clinton o una mezcla de ambos? Yo no se por qué, al verlo pensaba en Camps, jaja. Por otra parte, con un reparto tan increíble es difícil no hacer una como mínimo entretenida película.

3:29 PM  
Blogger SisterBoy said...

Yo cuando veo a Camps no pienso en nada :)

5:13 PM  

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