WHO RIGS EVERY OSCAR NIGHT? (3)
THE TIMES ARE A CHANGING BACK
Un agudo (aunque no necesariamente acertado) comentario a propósito de “Barton Fink” resumía su argumento en “la historia de un autor teatral que se marcha a Hollywood a trabajar como guionista pero equivoca el camino y va a parar directamente al infierno”. Repasando la larga y provechosa trayectoria de los hermanos Coen encuentro que muchos de las historias que cuentan podrían ajustarse a esta definición, el mismo tono pesadillesco que presidía aquella obra podría también aplicarse a otras como “Sangre Fácil” (el infierno es un muerto que no termina de morir), “Fargo” (el infierno es un absurdo plan criminal que no deja de complicarse), “El hombre que nunca estuvo allí” (ídem), o “Un tipo serio” (el mundo se convierte en un universo regido por un Dios castigador que no tolera ni siquiera una corrupción de bajo nivel). En “Inside Llewyn Davis” el infierno es el sofá en casa de un amigo.
Con un estructura circular (muy propia de un relato del averno por cierto) la película, con la excusa de narrar las desventuras de un aspirante a cantautor folk de principios de los años sesenta (o como dijeron en una entrevista los propios Coen, “los sesenta antes de los sesenta”), se convierte en una tenebrosa pesadilla de la que su protagonista no puede escapar y que le obliga a vagabundear por un Nueva York sombrío y neblinoso en busca de un éxito esquivo en medio del desprecio, la indiferencia o el paternalismo de los que le rodean. En el relato se introducen elementos metafóricos, premonitorios y surrealistas mezclados con otros de una humanidad desbordante, en concreto la imagen de un Llewellyn martirizado por el sueño conduciendo de noche por una fantasmagórica carretera nevada se encuentra entre las escenas más dolorosamente tristes firmadas por el dúo y tienen más valor aún cuando transmiten esos sentimientos por un personaje asocial que sólo se preocupa de su tambaleante carrera. “Inside Llewellyn Davis” puede ser muchas cosas pero es sobre todo el retrato definitivo de la frustrada lucha de la inmensa mayoría de los artistas por escapar a una mediocridad predeterminada y posiblemente la mayor desmitificación de la vida bohemia que se haya hecho filmado nunca. La película está nominada a “Mejor Fotografía” y “Mejor mezcla de sonido” (Dios sabe qué será eso por cierto), posiblemente no consiga nada. Una lastima.
GANGSTA´S PARADISE
En el año 1965 se instauró en Indonesia un régimen militar responsable de una represión anti comunista que generó entre 500.000 y 1.000.000 de muertos, de este genocidio ignorado por la Historia en general y por la cultura occidental en particular (a algunos posiblemente sólo les suene por ser el marco espacio temporal en el que tenía lugar la acción de la película “El año que vivismo peligrosamente”) trata este documental nominado para un Oscar de la Academia a la categoría homónima.
La principal aportación de “The Act of Killing” al género documental reside en una forma absolutamente novedosa a la hora de tratar el tema de un genocidio histórico. Para ello cuenta con la inapreciable ayuda de la absoluta impunidad en la que se mueven los perpetradores de dicho genocidio, unos hombres que no sólo no han pagado jamás por sus crímenes sino que además disfrutan de una privilegiada posición social. No existen por lo tanto excusas, disimulos, mentiras o falsos arrepentimientos motivados por el deseo de eludir el castigo por que no hay ningún castigo que eludir, la consecuencia de esta situación es una absoluta sinceridad y una elocuencia espeluznante a la hora de narrar las masacres que estos individuos (que forman parte de una organización paramilitar y se auto califican de gángsters) llevaron a cabo hace más de cuarenta años.
El segundo elemento que define la peculiaridad de este documental es precisamente el modo de llevar a cabo la representación de la masacre, que yo recuerde a lo largo del metraje no hay ni una sola imagen documental de la época en la que tuvieron lugar los hechos, y los apuntes históricos se reducen a algunas notas sobrescritas en la pantalla, el medio de contarnos esta historia se resumen en el propio título de la película, los responsables del filme piden a los antiguos verdugos representen (todos ellos grandes aficionados al cine americano) que escenifiquen aquellos crímenes como si de una película se tratara, algo a lo que todos se prestan de forma entusiasta provocando un espectáculo tan impactante como grotesco y definitivamente no apto para todos los gustos, de hecho considero el visionado de este documental como uno de los más desagradables que recuerdo.
ESA NIÑA SÍ ESA NO ESA NO SOY YO
La única representación española en la próxima gala de los Oscars la encontramos en la categoría de mejor cortometraje, se trata de una historia que tiene lugar en algún país africano en conflicto al que llegan una pareja de médicos españoles. Se trata de una producción que sólo destaca por el despliegue de medios con el que ha sido rodado (debe ser el corto más caro de la historia cinematográfica nacional), el resto es una historia barata y de un marchamo paternalista extremadamente irritante.
Un agudo (aunque no necesariamente acertado) comentario a propósito de “Barton Fink” resumía su argumento en “la historia de un autor teatral que se marcha a Hollywood a trabajar como guionista pero equivoca el camino y va a parar directamente al infierno”. Repasando la larga y provechosa trayectoria de los hermanos Coen encuentro que muchos de las historias que cuentan podrían ajustarse a esta definición, el mismo tono pesadillesco que presidía aquella obra podría también aplicarse a otras como “Sangre Fácil” (el infierno es un muerto que no termina de morir), “Fargo” (el infierno es un absurdo plan criminal que no deja de complicarse), “El hombre que nunca estuvo allí” (ídem), o “Un tipo serio” (el mundo se convierte en un universo regido por un Dios castigador que no tolera ni siquiera una corrupción de bajo nivel). En “Inside Llewyn Davis” el infierno es el sofá en casa de un amigo.
Con un estructura circular (muy propia de un relato del averno por cierto) la película, con la excusa de narrar las desventuras de un aspirante a cantautor folk de principios de los años sesenta (o como dijeron en una entrevista los propios Coen, “los sesenta antes de los sesenta”), se convierte en una tenebrosa pesadilla de la que su protagonista no puede escapar y que le obliga a vagabundear por un Nueva York sombrío y neblinoso en busca de un éxito esquivo en medio del desprecio, la indiferencia o el paternalismo de los que le rodean. En el relato se introducen elementos metafóricos, premonitorios y surrealistas mezclados con otros de una humanidad desbordante, en concreto la imagen de un Llewellyn martirizado por el sueño conduciendo de noche por una fantasmagórica carretera nevada se encuentra entre las escenas más dolorosamente tristes firmadas por el dúo y tienen más valor aún cuando transmiten esos sentimientos por un personaje asocial que sólo se preocupa de su tambaleante carrera. “Inside Llewellyn Davis” puede ser muchas cosas pero es sobre todo el retrato definitivo de la frustrada lucha de la inmensa mayoría de los artistas por escapar a una mediocridad predeterminada y posiblemente la mayor desmitificación de la vida bohemia que se haya hecho filmado nunca. La película está nominada a “Mejor Fotografía” y “Mejor mezcla de sonido” (Dios sabe qué será eso por cierto), posiblemente no consiga nada. Una lastima.
GANGSTA´S PARADISE
En el año 1965 se instauró en Indonesia un régimen militar responsable de una represión anti comunista que generó entre 500.000 y 1.000.000 de muertos, de este genocidio ignorado por la Historia en general y por la cultura occidental en particular (a algunos posiblemente sólo les suene por ser el marco espacio temporal en el que tenía lugar la acción de la película “El año que vivismo peligrosamente”) trata este documental nominado para un Oscar de la Academia a la categoría homónima.
La principal aportación de “The Act of Killing” al género documental reside en una forma absolutamente novedosa a la hora de tratar el tema de un genocidio histórico. Para ello cuenta con la inapreciable ayuda de la absoluta impunidad en la que se mueven los perpetradores de dicho genocidio, unos hombres que no sólo no han pagado jamás por sus crímenes sino que además disfrutan de una privilegiada posición social. No existen por lo tanto excusas, disimulos, mentiras o falsos arrepentimientos motivados por el deseo de eludir el castigo por que no hay ningún castigo que eludir, la consecuencia de esta situación es una absoluta sinceridad y una elocuencia espeluznante a la hora de narrar las masacres que estos individuos (que forman parte de una organización paramilitar y se auto califican de gángsters) llevaron a cabo hace más de cuarenta años.
El segundo elemento que define la peculiaridad de este documental es precisamente el modo de llevar a cabo la representación de la masacre, que yo recuerde a lo largo del metraje no hay ni una sola imagen documental de la época en la que tuvieron lugar los hechos, y los apuntes históricos se reducen a algunas notas sobrescritas en la pantalla, el medio de contarnos esta historia se resumen en el propio título de la película, los responsables del filme piden a los antiguos verdugos representen (todos ellos grandes aficionados al cine americano) que escenifiquen aquellos crímenes como si de una película se tratara, algo a lo que todos se prestan de forma entusiasta provocando un espectáculo tan impactante como grotesco y definitivamente no apto para todos los gustos, de hecho considero el visionado de este documental como uno de los más desagradables que recuerdo.
ESA NIÑA SÍ ESA NO ESA NO SOY YO
La única representación española en la próxima gala de los Oscars la encontramos en la categoría de mejor cortometraje, se trata de una historia que tiene lugar en algún país africano en conflicto al que llegan una pareja de médicos españoles. Se trata de una producción que sólo destaca por el despliegue de medios con el que ha sido rodado (debe ser el corto más caro de la historia cinematográfica nacional), el resto es una historia barata y de un marchamo paternalista extremadamente irritante.
8 Comments:
Muchas gracias hijos mios, sus sabios consejos han vuelto a convertir este blog en un sitio legible.
Me esperaba una necrológica.
Me alegra no haber perdido de todo el ojo. Sabía que la película de los Coen sería buena. Ahora ya sólo me falta el pequeño detalle de comprobarlo por mí mismo.
Y de nada. Ya sólo te falta volver a instalar la foto de John Kerr que te acompaña, que hace tiempo que no sale.
Solucionado lo de la foto del perfil.
¿Una necrológica de PSH? Era un gran actor y su muerte verdaderamente me ha impresionado pero por alguna razón no se me ha ocurrido escribir sobre él.
Me hizo gracia que, tras la muerte de PSH, saliese publicada la noticia de que habían encontrado a Charlie Sheen en su apartamento de Manhattan y la noticia era que lo habían encontrado vivo, lo cual resultaba sorprendente.
No he leído el post.. no he visto ninguna. Aunque están pendientes. Cuando lo haga, volveré.
Excelente trabajo, joven Padawan... Aunque yo sigo sin ver tu foto de perfil...
A mi si que me sale la foto, y la entrada bien organizada. Bravo sisterboy!!
Despues de leer tu entrada lo único que se me ocurre es "Yo no soy esa que tu te imaginas una señorita tranquila y sencilla..." ¿cómo tienes esa facilidad para sacar mis recuerdos musicales a flote???
Pues en cuanto pueda meto la letra de "Una estrella en el jardin"
Yeah, a mí me gustó mucho. Creo que es una película sensacional y me alegra que se pongan los puntos sobre las jotas en cuanto a la validez de Bob Dylan. Sí, había una escena folckie antes de la aparición del judío errante.
El personaje me recuerda mucho a ciertos héroes del Greenwich Village neoyorquino que yo adoro, Phil Ochs, Karen Dalton y tantos otros que mordieron el polvo (el primero se suicidó y la segunda murió en la indigencia) sin haber rebasado nunca la tan odiada por ellos (y mitificada por los que no tenemos ni puta idea de lo que es) escena "underground".
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