Friday, November 24, 2006

Abecedario del crimen, capitulo IV. Life after death

Este capitulo de la Biblia del Mal pertenece a la categoría de aquellos que es preferible no leer si se quieren evitar pesadillas y cafés matutinos arruinados así que sirva este prólogo como aviso.

El 22 de Julio de 1793 fue guillotinada Charlotte Corday condenada por el asesinato de Jean-Paul Marat. Tras la ejecución el verdugo mostró la cabeza a la multitud y luego en ademán de despreció la abofeteó. Los espectadores advirtieron entonces que las mejillas de la mujer se cubrían de rubor. Dado que resulta muy dudoso que un cadáver conserve la capacidad de ruborizarse sólo cabía deducir que la Corday todavía estaba viva.

El hecho desató una polémica en medios científicos de la época durante la cual el anatomista alemán S.T. Soemmering manifestó que “la separación de la cabeza del cuerpo no implica necesariamente la muerte técnica, por un tiempo breve en la cabeza de la víctima se mantienen vivos el sentimiento, la personalidad y el ego. Si siguiera circulando aire por los órganos vocales las cabezas cortadas hablarían.”

La mayoría de los médicos se mostraron escépticos pero se sembró la semilla de la duda. Casi un siglo más tarde, en el año 1880 el doctor Dassy de Ligniere se propuso llevar a cabo un experimento macabro. El 7 de septiembre fue ajusticiado un asesino de nombre Menesclou, tres horas después de la decapitación Menesclou “despertó” gracias a una transfusión de sangre de perro. La piel recobró su color, se afirmaron los rasgos, se crisparon las cejas y los labios balbucearon.

Un cuarto de siglo más tarde se produjo otro incidente que reafirmó estas tesis, durante la ejecución de otro asesino, un hombre llamado Languille. La cabeza recién cortada del hombre rodó por el suelo hasta que acabó irguiéndose sobre su base sellando así el cuello temporalmente de manera que la hemorragia se redujo al mínimo. Después de que los párpados y los labios se contrajeran rítmicamente por espacio de unos segundos, la cabeza entrecerró los ojos y pareció que se moría. En ese momento el doctor Beaurieux que se hallaba presente en la ejecución llamo al condenado por su nombre, lentamente los ojos se abrieron, miraron en torno, vieron al doctor, se concentraron en él y le devolvieron la mirada, segundos después los ojos volvieron a cerrarse. Beaurieux gritó una vez más y una vez más Languille volvió en sí y miró quizás con más agudeza que antes, tras lo cual entrecerró los párpados definitivamente.

A lo largo de los años se produjeron nuevas investigaciones que concluyeron que efectivamente la decapitación no es instantánea sino que todos los elementos vitales sobreviven al trauma, se trata de una vivisección salvaje seguida de entierro prematuro. O en palabras algo más poéticas pronunciadas por Dassy de Ligniere después de su experimento “Esta cabeza separada del cuerpo, ha oído las voces de la muchedumbre. El decapitado se siente caer en la cesta. Ve la guillotina y la luz del día.”

A pesar de lo graves que puedan ser sus crímenes estremece pensar en el destino del condenado que además de pasar por el trance de la decapitación debe pasar también por el trago de ser consciente aunque sea por unos segundos de que su cabeza ha sido separada de su cuerpo. Así debe haber sido siempre excepto en el caso del maniaco Peter Kürten el vampiro de Dusseldorf que antes de ser ejecutado en 1931 (también por decapitación, manera que tenían en Alemania en aquellos años de ajusticiar a los condenados aunque en lugar de guillotina se usaba la primitiva hacha) pidió al verdugo que tras cercenar su cabeza la sostuviera por los cabellos y la hiciera mirar a la parte inferior de su cuerpo ya que, según sus propias palabras, ver fluir la sangre de su cuello cortado sería para él el mayor (y también el último) de los muchos placeres que este asesino hiperhedonista había experimentado en su vida.

Como ilustración de esta historia les dejo con la que, que yo sepa, es la única filmación de una ejecución por guillotina de la que se tenga noticia


13 Comments:

Blogger 3'14 said...

Me lo pensaré para futuras guillotinas... ;)

1:59 AM  
Blogger Zar Polosco said...

Lo de ver la ejecución me lo salto, que ya he tenido bastante.

3:16 AM  
Blogger Unknown said...

Pero ningún ejecutado ha interpuesto reclamación, ¿verdad? Pues a seguir cercenando, caballeros.

8:14 AM  
Blogger JRB said...

Por tanto, mientras haya perfusión sanguínea cerebral hay vida.

Supongo que por esta razón decapitaban a los monarcas franceses pero nadie pierde el tiempo en guillotinar a nuestros borbones.

9:27 AM  
Blogger Queer Enquirer said...

Tu blog me desconcierta. No sé si te prefiero hablando de cine o de guillotinas. Hace un par de años jamás hubiera dicho que tenías este lado oscuro...

1:20 PM  
Blogger Max said...

En lo del café tenías perfecta razón y la cosa es que como dice una propaganda local, “America runs on Dunkin” e incluso hay camisetas en donde dos “cups” descartables de café hacen de baterías (y uno se vuelve como el conejito de Duracell, supongo). Pero eso es predecible, acá la silla eléctrica es más popular que la guillotina.

5:13 AM  
Blogger SisterBoy said...

Bienvenido max, gracias por tus enigmaticas palabras y felicitaciones por tu avatar, pasaré por tu blog en devolución de visita.

Acabo de darme cuenta de que la opción para permitir comenarios anónimos estaba desactivada, disculpas a mis lectores anónimos, ya he solucionado el problema

6:23 AM  
Blogger Slim said...

pues yo creia que lo hacias a proposito, no se, que habias tenido un trauma con algun comentario anonimo..:)
respondiendo a vargtimen, mejor que no decapiten a los borbones, pasarian a la historia como maria antonieta, esa estupida de la que nadie se acordaria, y sin embargo todo el mundo piensa en ella cuando se habla de guillotinas.

7:56 AM  
Blogger SisterBoy said...

Y ademas la sangre caeria a BORBONtones (es mi blog y tiene que reirse)

10:17 AM  
Blogger 3'14 said...

je je

10:22 AM  
Blogger andrés said...

y es por todo esto por lo que siempre le digo a mi madre que nunca pienso sentar cabeza. Y eso porque ando por europa porque en cierto país norteamericano tendría que dejarlo en un "nunca pienso sentarme".

muy bonito el video

5:39 PM  
Blogger Tomás Ortiz said...

Cuando te pones trascendente... Está claro que el vampiro de Dusseldorf era un cachondo, a pesar de sus extraños hábitos. Y lo importante es no perder el humor ni siquiera cuando estás condenado a muerte...
Saluditos apretados

1:36 AM  
Blogger foscardo said...

lo mejor de guillotinar es que a los guillotinados les deja de doler la cabeza. Lo peor es que les empieza doler el cuello. La filamción es curiosa. Pero solo se ve de un lado, una lastima. Curiosamente y sobre los borbones... el ultimo guillotinado de la familia (y hasta el momento) fue elDuque de Cadiz, ex de la nietisima de franco que se encontró con un cable a mitad de camino y a la altura del cuello mientras practicaba esqui en aspen EEUU.

3:59 AM  

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