Valkiria
Película dirigida por Bryan Singer e interpretada por Tom Cruise junto a un puñado de buenos actores británicos y el actor alemán Christian Berkel, que tendrá siempre el futuro asegurado ya que parece imprescindible acudir a él cuando algún director necesita de alguien al que le siente bien el uniforme de la Whermatch (por lo visto también aparecerá en Inglourious Bastards).
La historia es bien conocida para alguien con un mínimo de conocimientos históricos: en 1944 un grupo de militares planeó el asesinato de Hitler y el derrocamiento de su régimen pero fracasó en el intento. De este modo se da por hecho que, en circunstancias culturales normales, el espectador entrará a ver “Valkiria” sabiendo de antemano todo lo que va a suceder en el filme. Algunos consideran esto un handicap pero yo no lo veo así y hay abundantes ejemplos de ello aunque mi preferido es el de “United 93”, película en la que el conocimiento previo de lo que se va a narrar no consigue restar un ápice de interés (e incluso de suspense) al drama que se representa siendo este su mayor acierto.
De este modo el poco entusiasmo que genera el visionado de “Valkiria” no hay que achacarlo a este aspecto ajeno al espectáculo cinematográfico sino a la poca pericia de sus realizadores. Por poner otro ejemplo en una antigua película biográfica sobre Erwin Rommel se narran, en una pieza separada, los mismos hechos que en “Valkiria” (algo lógico ya que el zorro del desierto fue una de las victimas colaterales del fallido golpe de estado) y hay que decir que la escena del atentado resulta también mucho más emocionante que en el filme dirigido por Bryan Singer.
“Valkiria” es una película correcta filmada de un modo bastante clásico y que usa, con la eficiencia de un burócrata del séptimo arte, los recursos habituales del drama, los mismos que se pueden ver en multitud de producciones -ya hablemos de “Pearl Harbor” o de “Leyendas de pasión”- y que por consiguiente causa los mismos efecto que el visionado de cualquiera de esas películas.
No es algo que me moleste excesivamente porque no me esperaba otra cosa, sabía más menos que la estrella Tom Cruise interpretaría al clásico héroe impecable e infalible en todos sus actos (y que cuando falla nunca es por culpa suya) y que el guión se desarrollaría con el habitual ciclo de principio, nudo y desenlace enriquecido por escenas de suspense y momentos trascendentes que sabemos que lo son porque aumenta bruscamente el volumen de la banda sonora y porque se congela la imagen de los actores (un recurso que puede servir tanto para una gran producción de Hollywood como para un culebrón venezolano). De todos modos incluso en ese desarrollo clásico se aprecia un cierto desequilibrio entre una introducción demasiado brusca y unas explicaciones demasiado superficiales de los motivos de la conjura, dos secciones de la película que quizás se sacrificaron en post de un largo clímax que llega a resultar un tanto empalagoso en su búsqueda (fallida por añadidura) de la tensión permanente.
Me ha llamado la atención de forma especial el hecho de que, en esas mencionadas explicaciones superficiales de los motivos de la traición, se mencionaran ciertos ideales marcadamente humanistas. Se habla por ejemplo de “salvar Europa” o “cerrar los campos de concentración” e incluso se hace alguna referencia a la condición de católico de Stauffenberg (el personaje que interpreta Cruise). No conozco en profundidad la verdadera historia del coronel tuerto y de cuales eran sus verdaderas intenciones aunque no hay que dejar de señalar que este hombre, al igual que muchos de los otros que participaron en la intentona, pertenecían a una élite militar que miraba con desprecio a Hitler (“ese cabo de Bohemia”) y a sus ideales. Una élite militar y política que había tolerado (cuando no habían colaborado en ella) la subida al poder de los nazis que se les presentaban como la solución menos mala a la desastrosa situación económica y social de la Alemania de entre guerras. Se diría que cuando el desastre militar era ya inevitable (los más avispados incluso intuían ya que la guerra estaba perdida nada más comenzar) decidieron tratar de salvar Alemania -y de paso sus propios pellejos- tratando de aniquilar al régimen que habían tolerado, alentado o, cuanto menos, al que habían prestado juramento.
De todos modos el hecho de que esta motivación pudiera resultar demasiado cínica y deba ser edulcorada con elevados ideales resulta perfectamente coherente con el tono de esta producción cuya visionado no recomiendo a los que habían decidido no verla pero que tampoco desaconsejo a los que ya tenían previsto hacerlo.
9 Comments:
Como no tenía interés en verla, visto lo visto, otra menos para echar a la larga lista de pendientes.
Pues a mí sí me apetecía verla, pero tantas pelis pendientes...
Sip en temporada de Oscar todos queremos ver las peliculas candidatas, de hecho creo que el proximo post será un doble con Frost vs Nixon y La duda y luego habrá uno sólo para la de El curioso caso de Benjamin Button y a ver si así se acaba la racha oscarizable.
A ustedes les digo
a) Si ya habían decicido no verla hicieron bien
b) Si habían decidido verla adelante salvo que eso les quitara tiempo para ver otras cosas decididamente mejores (como la de Frost vs Nixon) o más promisorias (La duda, etc...
por lo poco que he oído, parece que la conspiración era para sacarse de encima a Hitler, por sus "errores" como estratega militar. todo lo demás parece no estar demasiado claro. parece que el cambió político no era tan claro, y que el tema de los campos de concentración, mucho menos. Pero es una peli de Cruise, con todo lo que eso implica.............
El plan más bien era negociar un armisticio que evitara la invasión de Alemania (en especial la invasión por los sovieticos) algo a lo que Ingleses y Americanos hubieran quizás accedido porque ellos también querían frenar la expansión soviética.
Esta me la suda bastante, pero ayer fuí a ver Revolutionary Road y me superencantó. Un poco efectista, sí, pero es que esas discusiones de matrimoniada son tan estupendas...
Y Benjamin Button me ha decepcionado harto. A priori tenía un montón de componentes para que me gustara: Nueva Orleans, bonito vestuario, exquisita fotografía, el transcurrir de los años... pero se queda en un coñacín bonito de ver. Creo que esperaba demasiado después de lo maravillosa y buenísima que me pareció "Zodiac". Ya contarás.
Pues la verdad se me estan quitando bastante las ganas de verla. Ya decidiré
Uf, pues ahora no sé si ir o no ir a verla... Lo cierto es que me daba algo de pereza y tras leer tu comentario, veo que no me va a entusiasmar. De todas formas, no acabo de saber qué fue del Bryan Singer de la fabulosa Sospechosos habituales. ¿Es que el talento era únicamente del guionista y del reparto? A veces me pregunto si con historias tan buenas como esa hasta un director como Antonio del Real sería capaz de rodar una obra maestra...
Bueno Cinephilus supongo que este hombre estará bajo el celebre síndrome de "Riddley Scott"
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