Tuesday, November 08, 2011

Europa Europa

1. MELLON COLLIE AND THE INFINITE SADNESS



Al margen de filias o fobias creo que es de justicia considerar el hecho de ir a ver una película de Lars Von Trier como uno de las cosas más interesantes que se pueden hacer en lo que al cine europeo se refiere. Yo que he visto casi todo lo que ha hecho en pantalla grande (sí, supongo que algún día tendré que terminar de ver “Rompiendo las olas” pero tampoco es algo que me esté volviendo loco por hacer) desde luego así lo considero, y eso que de toda su producción yo salvaría más o menos la mitad, por fortuna “Melancolía” está en la mitad buena.

A partir de este punto yo esperaría a verla para seguir leyendo.




Llegados a este punto abandonamos el terreno de la descripción y entramos en el de la especulación. Lo primero que hay que decir es que, incluso aunque fuéramos incapaces de establecer el significado profundo de la evidente metáfora que contiene este segundo segmento, el perturbador cuento apocalíptico que se describe y la belleza de las imágenes que lo ilustran bastarían para justificar el visionado de esta película. Pero me parece casi un deber tratar de comprender lo que Lars Von Trier trata de contarnos (sobre todo cuando tengo la sensación de que al menos en esta ocasión no está de cachondeo y es que por lo que cuentan las relaciones de Trier con la depresión son algo más que artísticas).

Como digo la conexión de carácter simbólico entre la enfermedad de Justine y la llegada a la orbita terrestre del planeta “Melancolía” (nombre con el que antiguamente se conocía a la depresión) es más que evidente, el planeta intruso aniquilará la tierra tal y como la depresión ha aniquilado socialmente a Justine.

Sin embargo en este terreno tan pantanoso de la interpretación hay algunas escenas que me parecen sugerentes, una es aquella con la que se inicia la película, esa en la que Justine y su novio tratan de acceder trabajosamente al lugar donde tendrá lugar la ceremonia (y el resto del drama), algo que podría parecer una simple anécdota pero que resulta interesante poner en relación con esas otras escenas en las que primero a Justine y luego a Claire les resulta físicamente imposible atravesar un pequeño puente. Si estuviéramos ante una de las historias materializadas por David Lynch estas escenas podrían ser pistas de que estaríamos ante una de sus habituales dislocaciones en el tiempo y el espacio, esas que tienen lugar en el interior de la mente humana y son provocadas por un hecho traumático que se intenta resolver con la invención de una realidad alternativa.

Así pues toda la película podría ser un sueño o una alucinación de la mente alterada de Justine (la propia muchacha habla de una pesadilla que además es escenificada en una de las estampas que ilustran el prólogo de la película), un territorio imaginario cuyos límites están marcados por los abruptos accesos que dificultan la entrada y prohíben la salida. En ese territorio es en el que en el primer capítulo la enfermedad de la joven pone de relieve la personalidad de los que le rodean, posteriormente será la catástrofe cósmica la que provocará una revelación aún más radical: el suicidio de su cuñado (Kiefer Sutherland) y el derrumbe moral de su hermana significan la derrota de la racionalidad y el materialismo ante el triunfo de la locura, en resumen el mundo se transforma en algo que por fin Justine comprende.

Por último me gustaría hacer mención al milagroso trabajo de Kirsten Dunst, una actriz que se lanza al vació sin red ejecutando un trabajo extraordinariamente exigente tanto en el aspecto dramático como en aspecto físico, esperemos que sea el inicio de una cambio de registro en su carrera (y no es que no sigamos adorándola en películas como “A por todas”).



2. LOS PROBLEMAS CRECEN




En el año 2005 los hermanos Dardenne escribieron y dirigieron “El niño”, la historia de un delincuente de poca monta (Jeremie Renier) que decide aumentar sus ingresos vendiendo a su hijo recién nacido. Posteriormente la extremada reacción de la ignorante madre obliga al hombre a deshacer el trato de tal modo que la miserable pareja decide conservar al niño durante su incierto futuro.

En la producción de la que nos ocupamos ahora en principio el único nexo de unión con aquella historia es la presencia de Renier también en el papel de padre. Y aunque cronológicamente es imposible que el joven protagonista de “El niño de la bicicleta” sea aquel hijo malvendido yo he tenido la sensación de que estaba presenciando una secuela de la película de 2005. Cryil, un chico de once años, se aparece como el triste resultado aquella familia disfuncional. Abandonado en una institución pública su único empeño consiste en establecer relación con su padre, un empeño que se simboliza en la recuperación de una bicicleta cuya posesión defenderá con uñas y dientes y que aparece de forma omnipresente durante todo el metraje.

El estilo de “El niño de la bicicleta” es semejante al de otras películas de los cineastas belgas (al menos de las dos que he visto), y se abona a una forma de narrar que opta por prescindir por completo de cualquier recurso estilístico que adorne o complemente la narración, no hay apenas banda sonora musical, la fotografía es neutra, los desconocidos actores (con la excepción del papel que interpreta Cecile de France a la que se pudo ver no hace mucho en “Más allá de la vida”) hacen su trabajo sin estridencias y no existe el uso del montaje como eje dramático. El mayor mérito de los Dardenne estriba en que consiguen narrar una historia de fuerte contenido emocional sin cargar las tintas en ninguno de los aspectos en los que el cine más convencional haría hincapié, una historia que por lo demás resulta bastante ortodoxa. De hecho más que a otros títulos, aparentemente más cercanos que tratan el tema de la infancia desasistida (como “Los 400 golpes” o “El niño salvaje”), “El niño de la bicicleta” me ha recordado a alguno de esos cuentos clásicos en los que un infante descarriado duda entre abandonar la protección de un hada madrina o abandonarse en el camino del mal (vamos, que me pareció en ocasiones estar viendo una adaptación moderna de “Pinocho”).

5 Comments:

Blogger 3'14 said...

A temor de volverla a cagar aviso a quien lea estos comentarios y no haya visto ninguna de las dos pelis que mi comentario puede contener SPOILERS!!!!!!!!!!!!!!


Que interesante y enriquecedor tu comentario respecto a Melancolia, sin lugar a dudas una entrada que aporta una nueva visión a mi hasta ahora punto de vista. SPOILERS: se me había pasado por completo la escena que cuenta todo lo que sucede como un sueño... Pero guarda relación con las imágenes de los cuadros que cambia y que me tuvieron tan obsesionada... Así pues, no creo que la segunda parte sea producto de la mente de Justine. Uff... Me siento impotente e incluso cierta rabia cuando no acabo de entender todos los significados de los símbolos en una peli. Me siento idiota.
termina de ver Rompiendo las olas. joder! esta entre las buenas no, entre las muy buenas!

De la de los Dardenne decir que, con la aparente sencillez con la que está narrada esta historia consigen hacer una gran película. SPOILERS:¿No te quedaste al final con la angustia esperando que en cualquier momento el niño cayera fulminado de la bici por un traumatismo craneal o algo así? Yo sí...

1:59 PM  
Blogger SisterBoy said...

Es imposible tratar de entender todos los aspectos de esta película, pero ¿y lo entretenido que es disertar sobre ella? siempre digo que esas películas deberían cobrarlas al doble de precio de la taquilla porque te entretienen mucho tiempo más que 120 minutos.

En la de los Dardenne tenía la sensación de que al niño no le iba a pasar nada, quizás porque en las otras dos películas que los hermanos que había visto (El hijo y El niño) pasaba más o menos lo mismo.

3:14 PM  
Blogger 3'14 said...

¿La hora en la que se ha publicado tu comentario guarda un significado oculto? :D

Si cobrasen, no el doble, si no por lo que te llega a entretener una peli la del danés me hubiera costado una fortuna.

3:59 PM  
Blogger SisterBoy said...

¡Santo cielo pi!, esto lo coge un director de terror japones y no veas la peli que saca de la coincidencia.

10:55 PM  
Blogger Slim said...

me averguenza decir que no he visto la de dardenne pese a haberla publicitado en el blog como pelicula bicicletera.
quiza este a tiempo todavia.
la otra me da pereza...y eso que a mi Rompiendo las Olas me gustó

11:17 AM  

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