Wednesday, January 27, 2010

Una semana de bondad

Cuatro películas de estreno más o menos reciente, de todas ellas considero que sólo la segunda debería verse antes de leer sobre ella.

SODOMA Y CHABOLA





Aunque “El cónsul de Sodoma” fuese una mala película (que yo creo que no lo es) y aunque resultara ser una manipulación espuria de la vida y obra del poeta Jaime Gil de Biedma (hecho sobre el que no me permito opinar ya no soy un entendido en el tema) creo que seguiría siendo un filme que pertenece a una categoría no muy frecuentada en nuestro cine y un camino por el que vale la pena continuar: me refiero a las biografías de figuras pertenecientes al ámbito más reciente de nuestra cultura y que no tratan de ocultar los aspectos más oscuros de la vida de dichas figuras.

Me refiero con esto a que encuentro apasionante el hecho de poder ver reflejadas en la gran pantalla las circunstancias de personajes que están o estaban hasta no hace mucho entre nosotros y que además dichas circunstancias no sean un insulso encadenamiento de tópicos como suele suceder en algunas recientes recreaciones de nuestro pasado más inmediato (como sucedió con el telefilme que narraba el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981). En definitiva una biografía de las que pinchan y cortan como esas que frecuentemente suelen abordar otras cinematografías con menos escrúpulos que la nuestra a la hora de meter el dedo en la gallega sin importar quien pueda sentirse molesto, en un ejercicio que considero de lo más saludable. ¿No sería fantástico que pudiéramos hacer en nuestro país el equivalente a lo que hizo Oliver Stone con George Bush o Stephen Frears con la mismísima casa real británica? A este respecto considero que incluso el aguerrido intercambio de reproches que han sostenido los autores de la película con algunos personajes públicos que aparecen retratados en ella (Juan Marsé sin ir más lejos) es una muestra de lo bien que le sentaría a nuestra sociedad que se prodigaran más las películas del estilo de la que ahora nos ocupa.

Pero dejando atrás estas consideraciones extra cinematográficas hay que añadir que “El cónsul de Sodoma” me ha parecido una obra muy estimable y digo esto desde, repito, un desconocimiento casi total del personaje protagonista (para ser totalmente sinceros no supe quien era hasta que se conoció la noticia de su fallecimiento en 1990 y jamás he leído ninguna de sus poesías).

De este modo encuentro que la descripción de los avatares de la vida de Gil de Biedma y de sus numerosas contradicciones (un burgués que compaginaba su vida de empleado de lujo en la empresa familiar con la poesía, la militancia izquierdista y la homosexualidad) resulta además de interesante, muy bien contada y con un ritmo excelente (si exceptuamos la precipitada, quizás por inevitable, resolución de la historia que desmerece un poco lo visto hasta ese momento). Algo difícil de conseguir teniendo en cuenta que el argumento abarca un período de casi treinta años de nuestra historia. Cabe hablar por lo tanto de una gran maestría a la hora de narrar tanto las circunstancias de la vida íntima del personaje (algo a lo que no es ajeno el arriesgado trabajo de Jordi Molla) como el contexto en el que se desarrolló, esa España que, pese a que todo, soportó sumisamente la mezquindad de la dictadura a la que sólo inquietó una minoría muy politizada y una elite cultural diletante y con muy poco que perder.

En la mayor parte de los comentarios que se han podido leer sobre la película se hace hincapié sobre el, para algunos, excesivo contenido sexual del filme. Esta queja podría ser admisible si no estuviéramos hablando de alguien cuya forma de entender la sexualidad era tan determinante tanto en su vida como en su obra y no solamente porque dicha sexualidad se consideraba ilegal e inmoral (y no sólo por el régimen sino también incluso por los correligionarios políticos del poeta) sino porque buena parte de ella se manifestaba de una forma sórdida a través de amantes comprados con dinero o con una suerte de protectorado muy próximo a la esclavitud.

En resumen reitero mi impresión de que películas como “El cónsul de Sodoma” marca un camino que nuestra industria haría muy bien en proseguir incluso si se tratara de un producto vulgar y chapucero (que no lo es para mí) por más que, desgraciadamente, la controversia se haya reducido de forma casi exclusiva a la sección de cartas al director del diario “El País



LA ULTIMA TENTACIÓN DE LAWRENCE GOPNIK



No tengo forma de hablar de “A serious man” sin desvelar lo que yo entiendo como su sentido final así que no recomiendo leer esto si se tiene intención de ver la película. La descripción de las penalidades a las que se ve sometido el infortunado protagonista de esta historia podría considerarse como una muestra de la maestría de los hermanos Coen a la hora de narrar sus historias pero sin alguna suerte de interpretación sobre el significado de lo que se está viendo podría quedar como un puro ejercicio de sadismo no carente de humor (negro, pero humor al fin y al cabo), un ejercicio de nihilismo o incluso una muestra más de la agudeza de los artistas de origen judío a la hora de diseccionar las contradicciones que sufrieron en su infancia debido a su pertenencia a esa religión tan aparentemente compleja (en este punto añadiría un deseo de que nuestros cineastas se plantearan la misma tarea en lo que se refiere a la creencia mayoritaria en España de no ser porque en este país nadie se toma tan en serio una religión que por otro lado tampoco es demasiado compleja). Pero quiero creer que detrás de todo eso subyace al menos un nuevo intento de plantear la eterna cuestión acerca de si vivimos en un mundo regido por el caos o por alguna suerte de providencia divina.

A este respecto no puedo evitar comparar la nueva entrega de los hermanos Coen con otro filme de fuerte contenido religioso como fue “Señales” M. Nihgt Shyamalan. En ambas películas se muestra a las claras una marcada maestría de sus autores (aunque por caminos bien diferentes) a la hora de narrar un argumento que sin embargo no podría ser admirado del todo sin alguna clase de interpretación sobre el significado de lo que se expone. “Señales” no dejaba de ser la historia de la pérdida y la posterior recuperación de la fe por parte de un religioso que ha caído en el escepticismo a raíz de una desgracia personal. El hecho de que el Todopoderoso desencadene una cataclismo de alcance planetario con el único objetivo de que uno de los pastores de su rebaño recobre la certeza de la existencia de orden superior omnipotente no debería suponer ninguna novedad cuando hablamos de un ser supremo acostumbrado ha hacer sentir su presencia de una forma tan caprichosa como aterradora.

En el caso de “A serious man” estaríamos ante la historia de otro miserable ser humano sometido a uno de los extravagantes experimentos con los que el altísimo acostumbra a torturar a sus criaturas. Un dilema moral que se inicia cuando el profesor Gopnik es objeto de un intento de soborno por parte del alumno asiático. A partir de ese momento Gopnik es castigado de forma inmisericorde con toda clase de desgracias cuyo común denominador parece ser la constatación de que la vida carece de cualquier clase de finalidad. El hombre trata de buscar un significado a toda esa locura (el humillante adulterio de su mujer que le obliga incluso a financiar el funeral del amante, la indiferencia de sus hijos, la marginación que sufre en su trabajo debido a unos anónimos injuriosos, el menosprecio de sus vecinos gentiles, la insoportable carga de un hermano trastornado,...) en los doctores de su religión pero lo único que encuentra son fantoches que parecen empeñados en reafirmar la cada vez más persistente sensación de que vive en un universo en la que la única ley es la del absurdo. A esta conclusión parece llegar finalmente Gopnik cuando decide que en un mundo en el que el bien y el mal son conceptos carentes de sentido el aceptar un soborno a cambio de aprobar a un alumno no es más un acto vulgar. Y es entonces cuando el angustiado profesor (que hasta ese momento, y como él mismo se había hartado de repetir, no había hecho nada malo) es objeto del castigo celestial personificado en ese camello devenido en ángel de la muerte cuyo rostro sólo se muestra al final de la película.

Al igual que el personaje interpretado por Mel Gibson en “Señales” nuestro protagonista descubre que al final sí existe la providencia divina aunque en su caso no se trata de un Dios justo (por más que se sirve de métodos terribles para demostrar su existencia) sino de un sádico que le ha hecho objeto de una broma cósmica.



THE PASSENGER


La visión de “Up in the air” no es un ejercicio en absoluto desagradable al menos durante una buena parte de su metraje. El ritmo es ágil y dinámico, la historia (que es la del empleado de una empresa dedicada a despedir por encargo y que está perfectamente adaptado a una vida que le hace estar de viaje durante once meses al año) es interesante, los diálogos son ingeniosos y George Clooney parece haber sido traído al mundo para interpretar el papel protagonista (sus encantadoras sonrisas y sus ladeos de cabeza están más que justificados en esta ocasión). Tampoco desentonan las dos coprotagonistas Natalie Keener (que al contrario de lo que se ha dicho por ahí no se come a Clooney con su actuación) y Vera Formiga (que se come a Clooney, a Natalie y al sursum corda y es sin duda el gran descubrimiento de este filme).


Sin embargo hay un determinado momento en que lo que se estaba convirtiendo en una película más que estimable empieza teñirse de una moralina que, no por esperada, deja de tener un sabor algo desagradable. Me refiero a ese momento en el que el personaje protagonista parece ser castigado por la heterodoxa forma de vida que con tanto acierto había defendido en su confrontación con el personaje de la joven ejecutiva que amenaza con terminar con sus costumbres viajeras. El hecho de que una existencia alejada de los convencionalismos (que consideran casi una obligación el formar una familia y tener una residencia permanente) merezca esa reconvención dirige “Up in the air” hacia sus momentos más flojos, algo que ni siquiera un final ciertamente atípico consigue solucionar.


TRISTES PRESAGIOS DE LO QUE HA DE ACONTECER



Al contrario que en el caso de “A serious man”, la última película del casi imprescindible Michael Haneke podría ser apreciada como un delicado ejercicio de estilo sin necesidad de explicación o análisis sobre su significado, posiblemente porque ni siquiera pretende tenerlo. A esta sensación contribuye el hecho de que el argumento se presente en forma de thriller (una localidad rural de la Alemania de los años anteriores a la Primera Guerra Mundial que se ve sacudida por una serie de monstruosos hechos de violencia gratuita) inconcluso un poco al estilo de “Caché” (el anterior estreno de Haneke si no contamos el auto remake de “Funny Games”)en el que, al igual que en el caso de “La cinta blanca”, lo importante no era determinar quien era el responsable de los hechos que desencadenaban el drama sino los efectos que dicho drama tenían sobre los personajes que lo sufrían.

Pero esto no impide que la acción se desarrolle a través de un encadenamiento de escenas magistralmente filmadas y dotadas de una carga de suspense en ocasiones casi insoportable de tal manera que la forma no sólo se impone al fondo sino que incluso puede permitirse prescindir de él. Pero no faltan, por descontado, los análisis que tratan de encontrar un sentido simbólico en el argumento que se desarrolla. Son los que han querido ver, en esa aterradora confrontación entre los adultos y los niños de la aldea maldita, una alegoría sobre el cataclismo que se abatiría sobre Europa en los meses siguientes a la época en la que se desarrolla la acción e incluso comentan el hecho de que los chicos protagonistas del drama son, por su edad, los que conformaran los cuadros de la futura revolución nacional socialista.

¿Es una casualidad que la acción tenga lugar en Alemania en 1913?. Quizás no pero ¿es lo que vemos algo exclusivo de la época y el lugar donde tiene lugar la acción?. Los niños que sufren la violencia de sus mayores (ya sea a través de los absurdos rituales de una religión castrante o de las meras agresiones sexuales de un depravado) ¿no podrían haber protagonizado la misma historia en una localización y en un tiempo no muy lejano, incluso en nuestros días? Supongo que sí por lo que hay que deducir que las intenciones de Haneke al elegir el tiempo y el espacio en el que se desarrolla el asfixiante drama están muy cerca de lo que deducen los analistas del filme. En cualquier caso es la de “La cinta blanca” una experiencia que nadie debería perderse.

18 Comments:

Blogger JRB said...

1. "El cónsul de Sodoma". No la he visto y no me llama mucho la atención, pero me fío de tu criterio. Y cuánta razón llevas al decir que en este país no se puede hacer algo como "The Queen".

2. "Un tipo serio" tiene cosas que me gustaron. Ese alumno asiático y sus tácticas de soborno. Ese prólogo con el supuesto fantasma. Y su mensaje. No podemos encontrar explicación ni alivio espiritual cuando las cosas se tuercen. No podemos estar seguros de nada ni llegar a comprender totalmente nada. Pero por muy mal que estemos, siempre puede llegar algo peor, ya sea un tornado o su equivalente en forma de radiografía. De todas formas a mí la película se me hizo muy pesada, lentísima, reiterativa... y su protagonista me ponía de los nervios. ¿Quién puede reaccionar de esa manera tan sumisa y felpudista a todas las desgracias de la vida y a todas las humillaciones a las que le somete su horrorosa mujer?

3. "Up in the air". De acuerdo en prácticamente todo. Lo mejor la rubia. ¿Quién demonios es esa actriz? ¿Dónde se había metido hasta ahora? Buen ritmo, buen Clooney, bastante sosita la chica joven. Me gustó ver a la morena gordita de "Criaturas Celestiales" como la hermana de Clooney. Pero al final todo se tuerce por la misma moralina conservadora y rancia que ya se intuía en "Juno": hay que casarse para no estar solos. Para tener una mujer, unos niños y un perro que te reciban al llegar a casa despues de un largo día de trabajo. Todo lo demás es llevar una vida incompleta. Menudo elemento debe ser el Jason Reitman.

4. "La cinta blanca". Peliculón. Y diga lo que diga me quedo corto. También opino que si la película se desarrolla en 1913 será por ese motivo. De todas formas la historia es extrapolable a cualquier sociedad. Cambia a esos niños que agreden al retrasado o al hijo del rico por los típicos adolescentes de ahora que graban una paliza con el móvil y no te varía mucho la historia.
Y quien dice los niños dice los adultos, que menudos son también los de la película.

4:05 PM  
Blogger Deckard said...

Me gustó la de los Coen bastante después de verla. Cuando acabó pensé "pero que mierda es esta", pero luego dando vueltas a lo visto me reconcilié con ella.

Up in the air, bien pero ya está. Y prácticamente te la sabes desde que empieza. Vartigmen, no comparto que "hay que casarse para no estar solos" sea el mensaje de Juno para nada. En esta sí.

1:21 AM  
Blogger Deckard said...

Sisterboy, me ha llegado un mensaje falso tuyo por facebook. Cambia la contraseña o algo, el mensaje te da un link de una supuesta foto mía, pero te saca de facebook para pedirte el login y password.

1:22 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

Muy de acuerdo con el análisis de la primera película. Efectivamente lo más cercano son esos telefilms que se han puesto de moda ahora sobre el 23-F, o el recién estrenado sobre Suárez (y en otra línea, el del crimen de Fago o el de Dolores Vázquez). Con lo bonito que sería tener una piliculita sobre la guerra entre Esperanza y Gallardón, otra sobre cómo se preparó el acceso al poder de Letizia Ortiz, otra sobre el 11-M...

3:45 AM  
Blogger SisterBoy said...

Ya he cambiado las contraseñas de facebook de todos modos a partir de ahora todos mis mensajes en esa plataforma deberan incluir la palabra CALASPARRA, si no la incluyen no la obra. Y sobre todo no abran jamás ningún correo mio que contenga la palabra "amor".

Ra yo estaba pensando más bien en la apasionante historia de porque el Principe no se casó con Eva Sanumm

8:22 AM  
Blogger Ra está en la aldea said...

Yo pensé en lo mismo, pero no sé si se lanzarían a hacer un telefilm con un final tan amargo.

10:39 AM  
Blogger JRB said...

Deckard, no me he explicado bien. El mensaje de "hay que casarse para no estar solos" es el de "Up in the air", no el de "Juno". Pero aquella también tenía sus dosis de moralina conservadora, o eso me pareció en su momento (ahora apenas la recuerdo). Diferente mensaje, pero del mismo corte.

11:16 AM  
Blogger Deckard said...

Creo que en Juno una vez que ella decide no abortar se la tachó de conservadora simplemente por eso. Pero creo que la película va sobre la búsqueda de la felicidad a través de la perfección (por eso Juno busca a la pareja ideal para el bebé). Pero finalmente se da cuenta que no hay relación entre los dos términos y Jennifer Garner termina siendo madre soltera pero feliz a pesar de cumplir el estereotipo que ella misma buscaba.

12:37 AM  
Blogger Fernando J. López said...

Hmmm... Ahí va mi opinión :-)
1. El consúl de Sodoma está basada en una biografía más que estimable compuesta por su autor -según sus propias palabras- "como un tríptico de Bacon". En ella quería recoger al poeta, al hombre de éxito y al crápula, dando una visión compleja y emocionante de uno de los mejores poetas del siglo XX. La película, sin embargo, no sabe qué hacer con su magna fuente literaria -ni con la poesía de Biedma ni con la biografía en que se basa- y el guión es atropellado, torpe y lleno de brochazos simplistas que no ayudan a entender al personaje. Por otro lado, desaciertos de reparto como el de la nefasta Bimba Bosé desacreditan cada escena en la que aparece. Por lo demás, la peli no es tan terrible como pudo ser, pero sí que se muestra incapaz de atrapar -o de reinventar, por qué no- a un personaje tan fascinante como Biedma.
2. A serious man: tomo nota. Me daba pereza..., pero tu comentario me decide a intentarlo.
3. Up in the air: lo siento, pero cada vez me interesa menos la pirueta verbal graciosilla y oportunista de Raitman. Tras el tufo conservador de su "no abortes" en Juno, ahora nos planta a Clooney para darnos una horita de peli ingeniosa y divertida y otra horita de moralina made in Hollywood. Una pena, pudo ser algo que, evidentemente, no fue.
4. Haneke... I love him. Aún no he ido a verla por falta de tiempo (quiero ir con mi chico y esta semana anduvo fuera), así que será la película que caiga este lunes. Me muero por sentarme ante sus imágenes...
Besotes

5:28 AM  
Blogger SisterBoy said...

Mmm esta controversia sobre Juno empieza a intrigarme, definitivamente voy a tener que verla y opinar por my own.

Ya me contaras qué tal La cinta blanca

9:34 AM  
Blogger JRB said...

En "Juno" no es ya el hecho de que la chica quiera tener el niño (estaría bueno que porque una madre decida tener a su hijo en vez de abortarlo, tengamos que tacharla de conservadora), es toda la película en general. (SPOILER) Creo recordar que Juno desestimaba como posibles padres adoptivos a Jason Bateman y Jennifer Garner porque intuía que había comportamientos poco rectos en él que no casaban con su fachada de arquetípica pareja del sueño americano.
No sé, será cosa mía, pero las películas de este hombre me parecen demasiado políticamente correctas y por momentos con una moralina muy chapada a la antigua.

5:47 AM  
Blogger bolboreta said...

Sólo comento las dos últimas porque son las que he visto pero decir de El cónsul de Sodoma que por una parte me tienta (no conozco apenas nada de Gil de Biedma y puede ser un incentivo para empezar) y por otra me da una pereza que me muero. Además, Bimba me echa para atrás. Mucho.

En cuanto a Un tipo serio, ésta sí que la quiero ver porque es de los Coen y porque el argumento me parece de lo más interesante. Además, como bien dijo Von Trier en boca del zorro de Anticristo, "Chaos reigns".

Up in the air no me gustó. Y no me gustó porque, a pesar de ser entretenida y contar con un reparto interesante, creo que Reitman no sabe qué hacer con las ideas que podrían llegar a ser buenas películas de estar bien pensadas y desarrolladas. Totalmente de acuerdo con lo que aquí se ha comentado acerca de la moralina y el conservadurismo imperante, tanto en esta cinta como en Juno. Ambas están sobrevaloradísimas y, espero que, al igual que sucedió con Juno, no se lleve gran cosa en los Oscar.
Un apunte para modificar un par de erratas: se trata de Vera Farmiga y Anna Kendrick (Natalie Keener es el personaje). Y usted disculpe el atrevimiento.

La cinta blanca es una maravilla. Como bien sabe, la disfrute mucho y creo que merece más de un visionado. Haneke es un maestro a la hora de ponernos las cosas difíciles como espectadores y en su última película nos atrapa como nunca. Imágenes hermosas, una historia magnífica aunque perfectamente extrapolable, buenas actuaciones... Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Colosal.

3:51 AM  
Blogger SisterBoy said...

Las correcciones son siempre bien venidas siempre y cuando sean, valga la redundancia, correcciones correctas. Esto de escribir las críticas en el curro mirando a diestra y siniestra por si aparece el Jefe de Negociado es bastante propenso a cometer errores.

Efectivamente "La cinta blanca" es extrapolable a casi a cualquier época y lugar incluyendo por supuesto nuestro país, Almodovar lo intentó en "La mala educación" pero no tuvo fortuna esta vez.

4:03 AM  
Blogger SisterBoy said...

Las correcciones son siempre bien venidas siempre y cuando sean, valga la redundancia, correcciones correctas. Esto de escribir las críticas en el curro mirando a diestra y siniestra por si aparece el Jefe de Negociado es bastante propenso a cometer errores.

Efectivamente "La cinta blanca" es extrapolable a casi a cualquier época y lugar incluyendo por supuesto nuestro país, Almodovar lo intentó en "La mala educación" pero no tuvo fortuna esta vez.

4:03 AM  
Blogger 3'14 said...

Hola Sister!
Acabo de ver "A serious man", y bueno, como de esta lista todavía no había visto ninguna, no comenté en su día. Espero añadir a mi lista de visionados "La cinta Blanca", lo que no se es cuando sucederá eso...

Pues eso, guapo, que me ha encantado! jaja, ese rabino! Con la historia del no judío y sus dientes marcados... simplemente genial! La verdad es que debo ser muy sádica, porque me he reído bastante (aunque eso sí, no en plan carcajadas, si no "pa-dentro", ya me entiendes)
Bueno, escribiré alguna "crítica" en mi blog, así no le dejo morir, que pobrecillo, lo tengo agonizando ;)

4:24 PM  
Blogger SisterBoy said...

Naturalmente que yo también me he reido pero, como tú bien dices, estos hermanos provocan una risa llamemosle.."insana". Espero a leer tu crónica

11:33 PM  
Blogger 3'14 said...

Acabo de ver "La cinta blanca". Esta no hace reir como la de los Coen...
Una película extraordinaria, impecable, imprescindible. Y me quedo corta.
Haneke es un maestro en extraer de sus personajes los seres más inhumanos que la propia humanidad podría soportar. Y lo más aterrador, desde esa "normalidad" tan de actualidad, tanto hoy en día como en 1913... Y no se si, lo que sucede cada vez con mayor frecuencia (en apariencia) es consecuencia de nuestro propio legado, o va implícito en la naturaleza humana (por contrario que parezca relacionar la calidad humana con la crueldad más desgarradora)
Tremendo este hombre en "hacernos pensar" sin verter una sóla opinión, ni juicio en su discurso...

6:05 AM  
Blogger SisterBoy said...

No voy a decir que Michael Haneke es uno de los mejores cineastas que tenemos en Europa y en el mundo, pero sí creo que es uno de los más inteligentes.

Sus peliculas son de las pocas que apelan al cerebro del espectador y no a su corazón o a sus genitales y eso es algo muy importante, sus estrenos son de lo poco que podemos calificar como un acontecimiento cinematográfico y social.

Larga vida al barbas

8:33 AM  

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