Esta semana he visto...
Además de ser un melodrama como de costumbre excesivo
(Fassbinder se declaró siempre un gran admirador de Douglas Sirk), “El
matrimonio de María Braun” funciona como una evidente metáfora sobre la
Alemania de post-guerra, la acción se inicia (después de un prólogo que
merecería entrar en alguna clasificación sobre los mejores comienzos de
películas de la historia ) precisamente durante el comienzo de la ocupación
aliada tras la guerra y concluye en pleno apogeo de lo que se conoció como
“milagro alemán”, de hecho el propio personaje de María Braun podría ser
considerado en sí mismo también como una metáfora, alguien empeñado en progresar
sin detenerse en ningún tipo de consideración moral como forma de borrar de la
historia un denigrante pasado del que sin embargo es imposible desprenderse, un
pasado encarando asimismo por ese marido militar al que la guerra, la cárcel y
el exilio mantiene siempre alejado de una mujer que sin embargo no dudará en
llegar al asesinato (en una escena particularmente ridícula aunque esto es algo
que no debe extrañar a ningún espectador familiarizado con la obra del cineasta
alemán) para protegerle.
Hannah Schygulla más sexy que nunca (y eso que parecía
difícil estar más sexy que en “Atención a esa prostituta tan querida”) aunque
mi chica Fassbinder favorita siempre será Irm Hermann
Tengo el honor de haber sido uno de los primeros que vio la
película “Memento” en España, fue durante el festival de Sitges, recuerdo que
aquel año también se proyectaba “Following”, el primer largometraje (es un
decir) de Christopher Nolan y recuerdo también que tras leer la sinopsis me
entraron grandes deseos de echarle un vistazo (incluso antes de que “Memento”
me dejará tan impactado, tanto a mi como al resto de la en ocasiones insoportable
audiencia festivalera) pero todo el que ha estado en un festival de cine sabe
bien que sólo dividiéndose uno en ocho partes sería capaz de ver todas las
cosas que le gustaría.
Después de la mala impresión que me causó “Gangs of New York” no me quedaron muchas ganas de
volver a ver otra macro película firmada por Martin Scorsese, ¿Pensaba acaso
que el director de las cejas pobladas había perdido su acreditada capacidad
para sacar adelante proyectos tan complejos en duración y contenido? ¿Sería “El
aviador” un nuevo fiasco?
Ahora mismo no recuerdo cómo recibió el público aquel
estreno del año 2004 pero desde entonces muchas personas cuya opinión respeto
me habían recomendado no hacer caso a aquella desconfianza inicial y hoy, ocho
años después, por fin puedo decir que estaba equivocado. “El aviador” es
efectivamente una excelente película y no el pollo sin cabeza que era “Gangs…”,
aquí Scorsese vuelve a revelarse como un maestro a la hora de equilibrar un
filme cuya larga duración queda en todo momento compensada por un desarrollo
que evita momentos bajos de ritmo y que incluso termina dejando una cierta
sensación haber asistido a una obra breve o inconclusa, algo de elogiar en un
filme de 170 minutazos de duración, quizás sea porque Scorsese tiene a mi entender el acierto de
evitar un biopic al uso concentrándose exclusivamente en un período de veinte
años de la vida de Howard Hughes eludiendo mostrar la infancia del personaje
(que además está perfectamente resumida en la magistral escena que prologa la
película) así como su miserable final.
Como valor añadido reconocer que resulta agradable
contemplar una superproducción “como las
de antes” con un argumento adulto (me refiero a que no salen enanos ni
polifemos) y en la que, a pesar de que
los efectos especiales son evidentes, uno no tiene la sensación de que los
actores se han pasado todo el rodaje haciendo el machango delante de una
pantalla azul.
Por pura casualidad la película que vi a continuación de “El
aviador” fue “Who´s knocking at my door” el primer largometraje de Martin
Scorsese.
Todo el que conozca un poco la obra del director neoyorquino
no podrá evitar establecer comparaciones entre esta opera prima y la posterior
“Malas Calles”. En ambas se narran las tribulaciones de un personaje (en las
dos películas interpretado por Harvey Keitel) que se debate entre mantenerse
fiel a la cultura de barrio italoamericano en la que ha crecido (una cultura
que por cierto el director conocía muy bien -aunque más como espectador que
como participante- y que siempre supo retratar de forma honesta e
inevitablemente brutal) o iniciar una relación con una mujer muy alejada de ese
mundo.
La diferencia entre esta película y “Malas calles” es la
misma que había entre la sociedad y la forma de hacer cine en 1968 y en 1972, y
aunque soy un gran defensor de “Malas Calles” lo cierto es que he encontrado a
“Who´s Docking at my door” mucho más humana y encantadora, y más estimable
incluso en esa magistral forma en la que Scorsese ha sabido siempre combinar
imagen y música.
Al sentarme a ver este remake americano de
una cinta de terror japonesa del subgénero “pelo enchumbado” (una práctica muy
popular a principios de la década pasada) no buscaba más que un mero
entretenimiento, más me hubiera valido pasarme los noventa minutos que dura la
película jugando a estallar burbujitas en alguna página al uso en Internet.
5 Comments:
Que buena pinta tiene la pelicula de Nolan, la buscare que seguro merece la pena. Tambien recuerdo con gusto El aviador.
Has cambiado el color de fondo?? Lo estoy mirando desde el movil!
¿Cambiar el color? pues no, pensaba hacerlo pero la verdad es que luego lo dejé por vagancia. Espero que veas pronto Following porque tengo entendido que el último Batman de Nolan no es para tirar cohetes (aunque en algunos sitios han tirado tiros)
Jaja que humor mas macabro tienes.
Pues en el movil se ve blanco, que se ve bastante mejor. Aunque en pequeñico
Ha muerto Uribarri. Supongo que la hemorragia cerebral fue debida a un exceso de tinte en el pelo, que esas cosas no deben de ser buenas. Paso por aquí a compartir mi pena. Descanse en paz.
Después de escuchar la retransmisión de Euroview por Beatriz Pecker lo de este hombre fue como la llegada del mesías
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