Estas dos últimas semanas he visto y he leído...
Muestra de cine negro a todo color, la película está basada
en el mismo relato corto de Ernest Hemingway que ya inspiró el filme homónimo
(que en España se llamó “Forajidos”) de 1946 con Ava Gardner y Burt Lancaster
(papeles que aquí son interpretados por Angie Dickinson y John Cassavettes).
“The killers” es
recordada por su brusca y desprejuiciada violencia (hay cosas que hoy sería muy
difícil ver aunque parezca mentira), por ser la última película de Ronald
Reagan (seguramente la mejor que hizo nunca aunque él sigue siendo un actor de
mierda) y sobre todo por regalar a la historia del cine a dos de los matones
más chungos que se hayan visto en pantalla, se trata de la pareja compuesta por
Lee Marvin y Clu Gulager en quienes algunos han querido ver un antecedente de la
que formaron Samuel L. Jackson y John Travolta en “Pulp Fiction”.
Creo que con esta película ya puedo cerrar el expediente
C.T. Dreyer (bueno si exceptuamos un fallido intento de ver “La Pasión de Juana
de Arco” algún día le pondré remedio a eso), “Dies Irae” resulta un filme mucho
menos hermético sobre todo si lo comparamos con “Ordet” o con la extenuante
“Gertrud”. Lo más destacable de esta película es su ambigüedad (ignoro si
intencionada o accidental) con respecto a su personaje principal, la mujer del
pastor ¿se trata en realidad de una bruja pirula o es una mujer que se rebela
ante una asfixiante vida impuesta por la puritana sociedad de la época
flamenca?. Quién sabe.
Habitual explotaition italiana de Lucio Fulci donde se
fusila alegremente un buen puñado de títulos de terror históricos (el nene
protagonista es casi un alter ego del rubito Danny de “El resplandor” estrenada
un año antes) aunque para ser justos también hay que decir que el final recuerda
muchísimo al de cierta película española también del género de terror filmada
por el hombre con más suerte de la filmografía nacional.
Por supuesto cosas como el raccord o la coherencia del guión
son cosas que Fulci se pasa con igual alegría por el forro de su colloni pero
bueno lo que la gente iba a ver en esa época era sangre y aquí la hay en
abundancia, desde luego el término “splatter” le viene al pelo a esta clase de
productos. En fin, que reprocharle algo a esta película es como reprocharle a
un hemipléjico que toque mal el piano, en ambos casos sería algo justificado
pero de un mal gusto inaceptable.
Espera esta película con mucho interés pero ha resultado una
gran decepción. El actor y director Peter Mullen (que sorprendió gratamente con
“Las hermanas de la Magdalena” hace ya casi diez años) acude a sus propios
recuerdos personales para contar esta historia sobre un adolescente escocés en
el deprimente Glasgow de los años setenta que se mueve en el clásico
dilema entre el bien y el mal. Lo malo
es que la película tiene precisamente la factura de un viaje al interior de la
propia memoria: esto es inconexa, deslavazada, inexplicable, débil y poco
verosímil. Mullen es incapaz de hacer comprender al espectador por qué pasan
las cosas que pasan (tanto en el interior de la mente de John como en su
entorno exterior) y también es incapaz de hacer conectar la historia con el
ambiente social que rodea a los protagonistas. Un signo claro de ello es el
personaje del hermano mayor de John que por más que parezca como una influencia
decisiva en el muchacho tiene un peso mínimo en el desarrollo de los
acontecimientos (de hecho su presencia en escena es mínima y nunca llega a
decir o hacer nada verdaderamente importante). La película se deja ver sólo por
el buen gusto a la hora de rodar escenas de acción y por la poderosa estética
“rude boy” de los neds, un poco lo que pasaba con la visualmente atractiva pero
igualmente fallida “This is England”.
Posiblemente la novela definitiva para tratar de comprender
la mente criminal (al menos en mi caso). Es la historia de Max Dembo (alter ego
de Edward Bunker que además de escritor y delincuente también fue el Mister
Blue de “Reservoir Dogs”) que tras un patético intento de integración en la
sociedad, después de cumplir una larga condena de cárcel, acepta que su destino
es ser un ladrón porque es el único mundo en el que se siente aceptado y
valorado y por consiguiente acepta también que más tarde o más temprano volverá
a la cárcel. El acierto de “No beast so fierce” es mostrar a su protagonista de
un modo brutalmente veraz, lejos de estereotipos que o bien suelen ser compasivos con los delincuentes calificándoles
como víctimas de la sociedad o bien
suelen mostrarles como monstruos
incapaces de cualquier rasgo de humanidad. Dembo es capaz de valorar cosas como
la amistad o el férreo código moral entre los individuos de su clase, es capaz
incluso de amar pero al mismo tiempo puede mostrarse ambicioso, agresivo e
incluso sádico cuando las circunstancias le conducen a ello. Como digo uno de
los mejores retratos del submundo del hampa que haya leído nunca escrito por
alguien que sabía muy bien de lo que hablaba.
La novela sirvió de inspiración para la película de Dustin
Hoffman “Libertad Condicional” que aun siendo un excelente filme (que nunca ha
recibido el reconocimiento que merece) obvió los aspectos más interesantes de
la historia.
2 Comments:
Pues yo acabo de empezar a leer "El halcón maltés". Sam Spade es alto y tiene el rostro muy anguloso. Da igual. Sam Spade es Bogart. Estoy por el segundo capítulo y aún es pronto, pero ya he llegado a una conclusión: Hammet no es Chandler.
Y pronto descubriras que Sam Spade no es Marlowe
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