Saturday, June 23, 2012

Estas dos últimas semanas he visto y he leído...








Muestra de cine negro a todo color, la película está basada en el mismo relato corto de Ernest Hemingway que ya inspiró el filme homónimo (que en España se llamó “Forajidos”) de 1946 con Ava Gardner y Burt Lancaster (papeles que aquí son interpretados por Angie Dickinson y John Cassavettes).

“The killers”  es recordada por su brusca y desprejuiciada violencia (hay cosas que hoy sería muy difícil ver aunque parezca mentira), por ser la última película de Ronald Reagan (seguramente la mejor que hizo nunca aunque él sigue siendo un actor de mierda) y sobre todo por regalar a la historia del cine a dos de los matones más chungos que se hayan visto en pantalla, se trata de la pareja compuesta por Lee Marvin y Clu Gulager en quienes algunos han querido ver un antecedente  de  la que formaron Samuel L. Jackson y John Travolta en “Pulp Fiction”.  


 
Creo que con esta película ya puedo cerrar el expediente C.T. Dreyer (bueno si exceptuamos un fallido intento de ver “La Pasión de Juana de Arco” algún día le pondré remedio a eso), “Dies Irae” resulta un filme mucho menos hermético sobre todo si lo comparamos con “Ordet” o con la extenuante “Gertrud”. Lo más destacable de esta película es su ambigüedad (ignoro si intencionada o accidental) con respecto a su personaje principal, la mujer del pastor ¿se trata en realidad de una bruja pirula o es una mujer que se rebela ante una asfixiante vida impuesta por la puritana sociedad de la época flamenca?. Quién sabe.



 
Habitual explotaition italiana de Lucio Fulci donde se fusila alegremente un buen puñado de títulos de terror históricos (el nene protagonista es casi un alter ego del rubito Danny de “El resplandor” estrenada un año antes) aunque para ser justos también hay que decir que el final recuerda muchísimo al de cierta película española también del género de terror filmada por el hombre con más suerte de la filmografía nacional.

Por supuesto cosas como el raccord o la coherencia del guión son cosas que Fulci se pasa con igual alegría por el forro de su colloni pero bueno lo que la gente iba a ver en esa época era sangre y aquí la hay en abundancia, desde luego el término “splatter” le viene al pelo a esta clase de productos. En fin, que reprocharle algo a esta película es como reprocharle a un hemipléjico que toque mal el piano, en ambos casos sería algo justificado pero de un mal gusto inaceptable. 


 
Espera esta película con mucho interés pero ha resultado una gran decepción. El actor y director Peter Mullen (que sorprendió gratamente con “Las hermanas de la Magdalena” hace ya casi diez años) acude a sus propios recuerdos personales para contar esta historia sobre un adolescente escocés en el deprimente Glasgow de los años setenta que se mueve en el clásico dilema  entre el bien y el mal. Lo malo es que la película tiene precisamente la factura de un viaje al interior de la propia memoria: esto es inconexa, deslavazada, inexplicable, débil y poco verosímil. Mullen es incapaz de hacer comprender al espectador por qué pasan las cosas que pasan (tanto en el interior de la mente de John como en su entorno exterior) y también es incapaz de hacer conectar la historia con el ambiente social que rodea a los protagonistas. Un signo claro de ello es el personaje del hermano mayor de John que por más que parezca como una influencia decisiva en el muchacho tiene un peso mínimo en el desarrollo de los acontecimientos (de hecho su presencia en escena es mínima y nunca llega a decir o hacer nada verdaderamente importante). La película se deja ver sólo por el buen gusto a la hora de rodar escenas de acción y por la poderosa estética “rude boy” de los neds, un poco lo que pasaba con la visualmente atractiva pero igualmente fallida “This is England”.


 
Posiblemente la novela definitiva para tratar de comprender la mente criminal (al menos en mi caso). Es la historia de Max Dembo (alter ego de Edward Bunker que además de escritor y delincuente también fue el Mister Blue de “Reservoir Dogs”) que tras un patético intento de integración en la sociedad, después de cumplir una larga condena de cárcel, acepta que su destino es ser un ladrón porque es el único mundo en el que se siente aceptado y valorado y por consiguiente acepta también que más tarde o más temprano volverá a la cárcel. El acierto de “No beast so fierce” es mostrar a su protagonista de un modo brutalmente veraz, lejos de estereotipos que o bien suelen ser  compasivos con los delincuentes calificándoles como víctimas de la sociedad o bien  suelen  mostrarles como monstruos incapaces de cualquier rasgo de humanidad. Dembo es capaz de valorar cosas como la amistad o el férreo código moral entre los individuos de su clase, es capaz incluso de amar pero al mismo tiempo puede mostrarse ambicioso, agresivo e incluso sádico cuando las circunstancias le conducen a ello. Como digo uno de los mejores retratos del submundo del hampa que haya leído nunca escrito por alguien que sabía muy bien de lo que hablaba.

La novela sirvió de inspiración para la película de Dustin Hoffman “Libertad Condicional” que aun siendo un excelente filme (que nunca ha recibido el reconocimiento que merece) obvió los aspectos más interesantes de la historia.  

2 Comments:

Blogger El Impenitente said...

Pues yo acabo de empezar a leer "El halcón maltés". Sam Spade es alto y tiene el rostro muy anguloso. Da igual. Sam Spade es Bogart. Estoy por el segundo capítulo y aún es pronto, pero ya he llegado a una conclusión: Hammet no es Chandler.

12:07 AM  
Blogger SisterBoy said...

Y pronto descubriras que Sam Spade no es Marlowe

9:14 AM  

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