Friday, July 27, 2012

Esta semana he visto...




La mayor parte de las películas mencionadas  aquí han caído en un injusto olvido. La que nos ocupa hoy en cambio pasará desapercibida con todo merecimiento.



Bien es cierto que el comienzo es prometedor (mas algo estropeado por la presencia de John Leguizamo al que una carrera de casi treinta años no ha logrado aun convencer a nadie de que es un actor horrible) pero eso es una condición necesaria aunque no suficiente (de comienzos prometedores está lleno el cementerio cinéfilo), y tampoco resulta un problema el hecho de que un espectador curtido en el género ya sea capaz de antemano de adivinar que posiblemente no exista una explicación satisfactoria al hecho sobrenatural cuyas consecuencias se describen, ya  que muchas veces el citado hecho  no tiene otra función que servir de marco para el desarrollo de la acción. El problema está en que aquí esa acción resulta totalmente carente de fuerza dramática, pobremente desarrollada y además puesta en escena por unos personajes que no provocan el más mínimo interés por el destino que les espera, todo lo cual deja como conclusión un filme que parece el simple esbozo del episodio piloto de una serie no demasiado estimulante (no en vano dirige un hombre que ha llevado a cabo casi toda su carrera en el mundo de la pequeña pantalla con la excepción de “Sesión 9” que por cierto tampoco me gustó). En fin que si quieren ver una buena película con una temática casi idéntica a este busquen la también desconocida (pero en esta ocasión de forma inmerecida) “The  Quiet Earth”.



Con “Vanishing on 7th street” terminan los comentarios sobre la segunda parte del Dossier de la revista “Dirigido” sobre películas de terror inéditas en España en lo que llevamos de siglo así que hagamos un repaso rápido.



MUY RECOMENDABLES



  • Dai Nipponjin (Big Man Japan)
  • The Children
  • Martyrs
  • Enter the Void
  • Triangle
  • Dream Home





POCO RECOMENDABLES



  • Vinyan
  • Vanishing on 7th Street





PREFERIRIA BESAR EN LA BOCA A MARTINEZ PUJALTE ANTE QUE VOLVER A VERLAS



  • Rubber
  • The Orphan Killer 





Próximamente serán comentadas las películas de la primera parte del dossier (de cuya existencia he podido tener noticia gracias a la bibliotecaria favorita del blog) con excepción de algunas que ya vi hace tiempo, una es “Black Water” una producción australiana bastante maja aunque no demasiado memorable (de hecho me había olvidado de que la había visto) y la otra es “Eden Lake” que posiblemente recordaré al menos una vez al mes en lo que me queda de vida, y si ustedes la ven también les pasará lo mismo.






Siguiendo la pista de la interesante “Take Shelter” se llega hasta “Shotgun stories”, primera película dirigida por Jeff Nichols. Es curioso el parecido entre este argumento y el descrito en la también reciente “Hatfields and Mccoys”, en ambas producciones se narra una disputa entre dos familias que, partiendo de un acontecimiento aparentemente nimio, se iba alimentando a base de represalias y contrarrepresalias, el hecho de que entre estas dos historias haya ciento cincuenta años de separación no parece influir mucho en la dinámica progresiva e imparable de estas enemistades de la América rural.


La trama que nos ocupa en esta ocasión está tan aferrada a la narración naturalista de los hechos que la verdad es que resulta un tanto sosona, sobre todo en comparación con “Take Shelter” aunque para mí lo más valioso de ambas películas reside precisamente en esa descripción implícita de una forma de vida que puede tornar de la rutina al caos en un instante.








Todo el mundo sabe (o al menos lo sabe la parte del mundo que a mí me interesa) que en ocasiones importan más los efectos que las causas. En los primeros minutos de “The Divide” una catástrofe obliga a un grupo de residentes de un edificio a refugiarse en el sótano. No importa quién ha causado el cataclismo ni por qué (y cuando la película olvida eso cae en sus momentos más flojos), importa meter a una variopinta muestra de la raza humana y urbana en un recinto cerrado y ver qué es lo que pasa.



Y pasan cosas increíblemente sórdidas, de hecho la película parece consagrada por entero a mostrar esa sordidez y la progresiva degradación del cuerpo (premio al departamento de maquillaje  por conseguir el rostro más aterrador que he visto en mucho tiempo) y la mente de los forzados habitantes del subsuelo por más que (al revés que en otros filmes de temática semejante) ninguno de ellos (con una única y llamativa excepción) muestre una personalidad diferente a la que apuntaba desde su primera intervención en la trama. Pero repito que aquí lo que importa es la poética de la inmundicia, uno debe dejarse absorber por ella, contemplarla con un interés puramente morboso o en el caso contrario dejar de ver este filme a poco de empezar el metraje.



Además de destacar el diseño de producción y la ya mencionada labor de caracterización, señalar igualmente lo esforzado de algunas interpretaciones (lo de Rosanna Arquette en esta película es como para darle diez oscars y un camión de sugus por añadidura) y volver una vez más a los clásicos para señalar a la imprescindible “El ángel exterminador” (al contrario que en otras críticas que se detienen en comparar esta película con “Cube” o “La niebla”)  como la gran inspiradora de este tipo de argumentos, de hecho si me pidieran que definiera “The Divide” diría que es “El Ángel Exterminador” después de una ducha de mierda (dicho sea por cierto sin ánimo peyorativo).



    “Trouble Every Day” (omitiremos el desgraciado título en castellano que circula por ahí porque, además de ser una mierda, revela algo que es más sugerente conocer a medida que avanza el filme) se estrenó en 2001, es decir hace más de diez años,  y personalmente no conocí de su existencia hasta hace un par de semanas. Es descorazonador pensar cuantas películas excelentes pasan de largo por la piel de toro sin estrenarse ni siquiera en los circuitos más marginales.

    Bueno y no es que “Trouble…” sea una obra maestra, ni siquiera del género de terror, pero es desde luego una cinta muy interesante que me hubiera gustado ver en su día.  Es también un filme en el que resulta difícil entrar, de una cadencia lenta o más bien reposada y en el que durante al menos tres cuartas partes del metraje resulta complicado determinar cual es el significado real de lo que estamos viendo y cómo encajarán todas las piezas. Adelanto que al final sí que encajan y lo hacen además sirviendo al espectador dos escenas de una brutalidad y sadismo casi insoportables que compensaran con creces a los buscadores de sangre que posiblemente hasta esa explosivo conclusión se estarían aburriendo de lo lindo.

    Protagonizan Vincent Gallo tan chulo como siempre y Beatrice Dalle a la que no había vuelto a ver desde “The Blackout” y que vuelve a ser (como en aquella vez) lo mejor de la función en un papel para el que parece haber nacido.


Una parodia del género de superhéroes protagonizada por Rainn Wilson conocido por ser el capullo de la versión americana de “The Office”, aunque algunos le recordamos más como el capullo de “A dos metros bajo tierra”.



Puede que me pillara en un mal día pero la película me ha parecido una gilipollez sin la menor gracia, la quité de en medio a los 15 minutos de empezar a verla y dudo mucho que le de otra oportunidad. Cuando quiera ver una parodia del cine de superhéroes volveré a visionar “Kick ass” que tiene más miga y además salen niños diciendo “cunt”, o a lo mejor la primera temporada de la imprescindible “The Misfits”, incluso preferiría bajar a las catacumbas  y recuperar algún episodio de “El Gran Héroe Americano”.

     




Nunca tuve mucho interés en la saga “Tetsuo”, no vi las dos primeras y no hubiera visto esta de no haberse incluido en el Dossier de marras. Lo cierto es que durante las primeras escenas estuve a punto de volver a tirar la toalla como había hecho con “Super”, el desfile de actuaciones penosas (¿pero de dónde han sacado al tal Erick Bossic dios mío?), montaje desestabilizado y situaciones ridículamente dramatizadas daban como resultado algo que parecía una versión de “Inframan” filmada al estilo de un culebrón venezolano.


Afortunadamente se trata de un filme que dura muy poco (unos setenta minutos si no recuerdo mal) y que mejora mucho en su tramo final que incluso termina por ser brillante, de todos modos creo que este tipo de productos definitivamente no son de mi gusto. 




La tierra se ve invadida por una plaga de criaturas victimas de una infección de origen desconocido, la  sociedad tal y como la conocemos se ha derrumbado y ha sido sustituida por grupos de humanos aislados que tratan de sobrevivir con mayor o menor nivel de barbarie. ¿Les suena el argumento? Podríamos mencionar media docena de títulos sin tener que forzar mucho la memoria, empezando por la seminal “Soy leyenda” y terminando por la reciente “The walking dead”. El hecho de que en esta ocasión se trate de vampiros y no de zombies es indiferente, primero porque estos vampiros tienen un comportamiento bastante “zombie”, y segundo porque su presencia en la trama sirve, también como suele ser habitual, para analizar el comportamiento humano en relación con la amenaza a la que se enfrenta.


En definitiva podríamos estar ante una nueva variante de una formula que empieza a dar síntomas de agotamiento, sin embargo a mí “Stake Land” no me ha dejado esa impresión. De hecho considero la forma en que está filmada esta historia como una novedad respecto al estilo habitual de los filmes postapocalítpicos, aquí no hay apenas ninguna ocasión para el disfrute lúdico que ofrecen este tipo de argumentos, no hay reposo ni para el espectador ni para los sufridos protagonistas del drama en su huída hacia ninguna parte y el tono general de la película está teñido de una extraña melancolía más propia de un western crepuscular que de un argumento de “ciencia-infección”. De entra las múltiples referencias de las que esta película podría resultar deudora yo personalmente elijo el gran parecido que tiene con “La carretera”, sobre todo por esa relación paterno-filial y de aprendizaje vital que se establece entre los protagonistas aunque a mí “Stake Land” me parece una obra más honesta y entrañable que la feísta y algo tramposa historia protagonizada por Viggo Mortensen. En resumen un agradable descubrimiento que me gustaría recomendar. 




Esto sí que no me atrevo a recomendárselo a nadie. Dirige Werner Herzog, uno de los escasos supervivientes del Nuevo Cine Alemán de los setenta (Fassbinder la palmó y parece que Win Wenders jamás se recuperará del espanto de “El hotel del millón de dólares”) ahora reconvertido en prestigioso director de documentales con algún retorno puntual al mundo de la ficción (consiguió, por ejemplo, la loable hazaña de conseguir que su versión de “Teniente corrupto” fuera aún más desquiciada que la primera).



“The wild blue yonder” no puede inscribirse en ninguna de las dos categorías mencionados en el párrafo anterior, no es desde luego un documental (ni siquiera un falso documental pues este subgénero pretende en cierto modo tener alguna apariencia de realidad) pero tampoco se trata de una ficción al uso. Para no liarnos, esto va de un habitante de otro planeta (interpretado por Brad Douriff) que narra la doble historia de cómo los de su raza viajaron hacia la tierra y como a su vez los terrícolas devolvieron la visita al planeta del alienígena, para ello Herzog se vale de una serie de imágenes de archivo que incluyen documentales sobre pioneros de la aviación, estaciones espaciales y exploraciones submarinas en la Antártida, y todo ello amenizado por una inquietante banda sonora que no hubiera desentonado en absoluto en la célebre secuencia del viaje a las estrellas de “2001 una odisea en el espacio”.

En definitiva una verdadera marcianada (nunca mejor dicho) que espero que les pille en un día especialmente receptivo a su lado más vanguardista aunque por mi parte opino que una de las cosas más sugerentes que pueden suceder hoy en día en el mundo del cine es asistir a alguna de las demostraciones de este auténtico francotirador del séptimo arte.




   





En “Cautivos del mal” (“The bad and the beautiful”) Walter Pidgeon le explica a Kirk Douglas (o puede que fuera al revés, no lo recuerdo) que el autentico significado del terror reside más en lo invisible que en lo visible.



La película uruguaya “La casa muda” parece seguir esta doctrina y ofrece una muestra del auténtico y puro terror más refinado. Decía Jean Luc Godard  que para hacer una película sólo hacía falta una chica y una pistola, parafraseando ese lema yo diría que para hacer una película de terror sólo hace falte una chica y una casa vieja.



Y así es “La casa muda”, durante casi la mayor parte del metraje, sólo una mujer asustada con un candil en la mano recorriendo un caserón solitario lleno de ruidos y sombras (filmada además en un único plano secuencia de hora y veinte minutos de duración, algo de lo que me percate sólo cuando leí comentarios a posteriori y que precisamente por eso considero un acierto más de la película) en un angustiante tour de force en el que se tiene la sensación de que cualquier cosa puede suceder, lo dicho, puro y simple terror en una historia cerrada sin pasado ni futuro. Es posible que algunos encuentren esta forma de narrar monótona o aburrida pero personalmente yo he tenido que ver casi toda la película con el dedo sobre el botón del “mute”.



Los autores de este filme pueden considerarse gente arriesgada pero no tanto como para no tratar de conducir este virtuosismo técnico hacia alguna clase de desenlace explicativo, es algo inevitable (de otro modo el filme podría haberse considerado como un mero videojuego) pero también es inevitable que estos sean los momentos menos valiosos de la cinta, aunque nada de esto puede desvirtuar la buena impresión que causa esta producción charrua de la que lo mejor que se puede decir es que da un miedo que te cagas por la pata abajo ¿y no es eso exactamente de lo que se trata en todo este asunto?. 

2 Comments:

Anonymous Sr. Biltons said...

Muy interesante (como siempre), hay muchas que no conocía y que tengo interés en ver.
De las reseñadas he visto “Martyrs”, “Triangle” y “Eden Lake” que me gustaron (sobre todo “Martyrs”). A “Trouble every day” le tengo que dar otra oportunidad porque no me entusiasmo pero no la vi en las mejores condiciones.
“Vanishing on 7th Street” tengo interés porque “Sesión 9” y “El Maquinista” sí que me gustaron, bueno en realidad quiero verlas todas, pero con mi conexión a internet no puedo... conseguirlas (guiño, guiño).

Un saludo.

2:54 AM  
Blogger SisterBoy said...

Yo las he conseguido todas en el emule, algunas incluso con subtítulos incorporados, buena caza, el viernes más recomendaciones :)

7:28 AM  

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