Esta semana he visto
En la enciclopedia de tópicos del cine, cuando se llega a la
V de “Van Sant, Gus”, lo que toca leer es que el director estadounidense alterna proyectos tan arriesgados y experimentales como
“Elephant”, “Gerry” o “Last days” con otros más asequibles y ortodoxos como
“Descubriendo a Forrester”, “Good Will
Hunting” o “Mi nombre es Harvey Milk”.
Si aceptamos esa dicotomía como una definición del carácter
artístico de la obra de Gus Van Sant será difícil ver cómo encaja “Restless” en
ese esquema. Personalmente creo que no se parece a casi nada de lo que he visto de la carrera de este director (y lo he
visto más o menos casi todo excepto esa gilipollez de remake de “Psicosis”
–digo gilipollez por el concepto no por el resultado que repito desconozco- y “Even
cowgirls get the blues” porque me da bastante miedo hacerlo). Podríamos resumir
esta película como un drama romántico de un estilo afortunadamente diferente de
otras con los que se la podría comparar por su temática (“Noviembre dulce”,
“Dying young” o “Love story”) aunque tampoco tan lejos, y a este respecto me
gustaría manifestar que no comprendo algunos comentarios a propósito de la
película que nos ocupa hoy que la tildan de cursi o edulcorada. Pues claro que
las películas como ”Restless” son un poco tontas porque el amor es un asunto
estúpido, sobre todo si involucra a una pareja de adolescentes de clase
media y especialmente si uno de ellos se
está muriendo. Es como ver un western y quejarse de que hay mucha gente que
lleva sombrero.
Aparecen en pantalla los primeros títulos de
crédito en reconocibles caracteres escandinavos y al poco rato aparece también
el igualmente reconocible rostro torturado de Ulrich Thomsen, en ese momento
más de un espectador se levantaría gritando “¡¡¡Dogma!!!” y saldría corriendo de la sala (ya sea la suya
o la del cine). Pero la verdad es que creo que “Allegro” tiene bastante poco
que ver con esa extraña corriente cinematográfica que tanto dio que hablar hace
tantos años (y que al final sólo dejó una película valiosa, precisamente
aquella protagonizada por Thomsen) y sí con las propuestas narrativas de
hombres como Andrei Tarkovski, David Lynch o Ingmar Bergman y si me apuran
incluso Jean Luc Godard. Referencias ilustres pero merecidas para una fantasía
filosófica apasionante que además representa un ejemplo de que cuando se cuenta
con una buena historia y una buena realización basta con cuatro perras y con
cerrar un par de calles de Copenhague para conseguir una pequeña
maravilla.
Aparte de algún título de interés
relativo, y dejando a un lado esa pequeña obra maestra desconocida del cine
vampírico que es “Martin”, se puede decir que George Romero ha consagrado su
carrera cinematográfica a continuar la saga que empezó en 1969 y que se ha
prolongado durante cuarenta años, ”Survival of the dead” es la sexta entrega.
En una entrevista que leí hace
tiempo Romero decía que él necesitaba dotar de algún significado alegórico a
sus fantasías zombies, que sería incapaz de rodar una película con el simple
argumento de un individuo enmascarado que masacra a la gente con un hacha
(hablaba de “Viernes 13” en concreto). Aunque es discutible que dicho afán
estuviera presente en su célebre opera prima (se ha hablado mucho de la
coincidencia entre el estreno de dicha obra y los incidentes raciales que
sacudieron los Estados Unidos en esa época pero parece que se trata exactamente
de eso: una mera coincidencia) lo cierto es que no se puede negar que las
posteriores entregas de la serie sí estuvieron animadas por esa intención. No
dudo que ocurra lo mismo con “Survival…”, el problema es que aquí resulta
bastante difícil dilucidar en qué carajo consiste el en teoría argumento
subyacente.
La acción tiene lugar en el ya
habitual escenario de post-apocalipsis zombie en el que un grupo de soldados
norteamericanos ha derivado en una pandilla de bandoleros depredadores que van
a parar a una isla de la costa atlántica en la que se produce un enfrentamiento
entre dos formas diferentes de afrontar la crisis (un enfrentamiento que
curiosamente coincide con una de las
muchas subtramas de la serie “The walking dead”). El problema no reside en la
absoluta falta de entidad de todos los personajes que protagonizan la historia,
ni tampoco en el nefasto trabajo actoral de los profesionales que los encarnan,
de hecho ambas cosas son casi una seña de identidad de las películas zombies de
Romero (en mi opinión tan solo de “La
tierra de los muertos vivientes” puede decirse que tenga un argumento con
personajes dignos de ese nombre), el problema está en que ninguno de dichos
personajes se conduce de forma que permita adivinar cual es su razón de existir
en este argumento por más que algunos de ellos expresen esa razón de forma
explícita, la cosa es que o bien esa motivación es demasiado confusa o bien el
comportamiento de esos personajes la contradice continuamente. Si a esto se une
un pobre, cuando no inexistente, sentido del ritmo cinematográfico el resultado
es una obra con una sensación de amateurismo incluso más evidente que en la
obra inicial de la saga (que sí podría calificarse como un filme de
aficionados).
El hecho de que “The Ward” sea un
filme mediocre no debería alarmar a los millones de fans que John Carpenter ha
cultivado desde su impresionante irrupción en el cine de género. No es la
primera vez que el maestro mete la gamba y ahí está la horripilante “Christine”
y la fofa “Starman” para demostrarlo, algunas perlas rayadas (dejo a un lado
“Memorias de un hombre invisible” que no he visto ni veré nunca y “Golpe en la
pequeña China” por la que siento debilidad aparte el hecho de que Carpenter
cada día se parece más al brujo Lo Pan) dentro de una de las más impecables
carreras profesionales del cine de terror de los últimos treinta años.
13 Comments:
Dicen: “A mi del cerdo me gusta hasta los andares”, pues a mí de Carpenter me gusta hasta “Christine”, “The Ward” me parece muy vulgar pero perdonable, aunque fue una gran decepción después de esperar 9 años para ver un largo suyo.
Con Gus Vant Sant me pasa que siempre me interesa ver sus películas, pero luego no me gusta ninguna, de hecho “Elephant” es una película que odio profundamente.
Me apunto las recomendaciones mientras espero el artículo sobre Prometheus, que cuanto más pienso en ella peor me parece.
Un saludo
Espero verla mañana y de mis impresiones seran oportunamente informados el próximo viernes,
Lo de ir cambiando el tipo de letra durante la entrada, ¿obedece a alguna razón inconfesable o espero disculpen nuestros problemas técnicos?
Es un truco que me recomendó mi asesor de blog coaching, el mismo que me aconsejó poner fotos de euromacizas en el blog de fútbol
Las euroholandesasmacizas siempre estarán en mi corazón.
pues yo tambien venia a que me aconsejaras que ver esta noche, si prometheus o el caballero oscuro 2.
son las que echan en el cine de mi barrio zaragozano donde ando pasando unos dias de vacaciones.
bueno tambien echan que esperar cuando estas esperando, pero ya la hemos descartado. :-)
Vengo de ver Prometheus y aunque me he quedado dormido media docena de veces (por causas ajenas a la película)parecía algo como mínimo entretenido, la de Batman no me han dado ganas y en cuanto a la tercera si es la mitad de mala que el título pues como que no. Feliz asueto.
entretenida es, yo la vi a las 22,30 y sin dormirme, lo que ya es bastante.
pero el guion nos sentamos tu y yo y lo escribimos treinta veces mejor y sin pensárnoslo mucho.
Ya hablaremos de eso
¿Habrá panegírico para Sancho Curro con nueve tipos distintos de letra?
Siempre me gustó pero tampoco hay mucho de qué hablar :)
la de no le tengas miedo a la oscuridad la vi hace unos años en mi apartamento buenos aires me dio bastante miedo porque estaba sola.. la clave es después ponerse a ver dibujitos animados!!
Gracias Paola quedas nombrada mi agente inmobiliaria en baires por si algún día me doy un garbe por alli.
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