Sunday, February 10, 2013

Camino a los Oscar (y III)

DJANGO SUBTITULADO


Después de convertirse en un clásico posmoderno del cine con el estreno en 1994 de “Pulp Fiction”, Tarantino se encontró en la envidiable situación de haber criado la suficiente fama con sólo 32 años como para echarse a dormir el resto de su vida. No es que lo haya hecho desde luego pero está claro que a dos películas por año como media el acromegálico director dispone del tiempo, el dinero y sobre todo la fidelidad absoluta de un público entregado a priori como para hacer lo que quiera y cuando quiera.


Como buen mitómano del cine Tarantino se ha dedicado a homenajear (nunca diremos plagiar pues en el séptimo arte no existe tal crimen) a todas aquellas películas (o más bien habría que decir géneros) que le fascinaron en su, suponemos, miserable infancia, después del cine negro, el de artes marciales y el bélico (desconozco en qué género podría encuadrarse “Death Proof”) algún día tenía que tocarle el gran género americano por excelencia: el western, y tenía que ser por necesidad la variante conocida como “spaghetti western”, precisamente la que dominaba las sesiones de matinée a las que el director acudía en su infancia y adolescencia (lo sé porque yo nací cinco años después que él y también me tocó tragarme un buen puñado de toda aquella basura).



A pesar del prestigio que este subgénero ha conquistado a lo largo de los años lo cierto es que a mí me sigue pareciendo un cine de perra gorda con muy escaso valor y posiblemente una película que tratara de recuperar aquel espíritu polvoriento de los sesenta me hubiera parecido una mala idea. Sin embargo Tarantino ha dado las suficientes muestras de su capacidad de convertir la hojalata en oro como para que todos sus estrenos merezcan la pena el esfuerzo, aunque por descontado ya hace años que decidí que jamás volvería a ver una película suya doblada.



“Django desencadenado” me resulta un ejercicio muy similar al de “Inglorious Basterds”  en el sentido de que me parecen ambas muestras preclaras de cómo Tarantino ha desarrollado una personalidad artística en la que puede hacer literalmente lo que le da la gana sin responder a otra ley que la de su propio criterio.


Me resulta imposible pensar en cualquier otro cineasta que, aspirando a convertir sus películas en un éxito de público, empleara una forma de narrar tan heterodoxa y en el fondo tan anticinematográfica: empezando por el extensísimo metraje (dicho sea en términos absolutos porque en términos relativos la película transmite una sensación totalmente distinta) y siguiendo por un argumento desequilibrado y lleno de incongruencias, unas secuencias en ocasiones alargadas hasta más allá de lo razonable, diálogos de besugo, escenas incomprensibles, guión arrítmico y plagado de soluciones sonrojantes…en fin cosas que no se le permitirían a ningún director que, repetimos, tuviera intenciones de que su trabajo se viera en otro sitio que no fuera su pueblo.


“Django Unchained” no es una película valiosa en su conjunto pero sí en algunas de sus partes, Tarantino es un director demasiado hábil como para no dejar su impronta en un buen número de instantes que casi siempre corresponden con escenas de acción o con algún breve e ingenioso y tenso intercambio verbal, unos instantes que compensan de la contemplación de una película artificiosa, llena de irregularidades y carente de cualquier interés argumental si exceptuamos el que tiene que ver con el personaje interpretado por Samuel L. Jackson, una materialización del célebre discurso de Malcom X sobre el “house negro”.


En cierto sentido Tarantino me recuerda mucho a José Luis Garci, últimamente sus películas son más valiosas por la sensación de libertad que se desprende de la condición de cineasta incomparable y solipsista que ostentan que por su contenido, desde luego siempre preferiré un tiroteo de Tarantino que una escena en la que el mismísimo Watson le explica a su señora las bondades del cocido madrileño pero en esencia estamos hablando del mismo tipo de cine.





AGAINST THE SEVENTIES



AVEC SPOILERS


La única razón por la que al final he visto “Argo” es un afán un tanto absurdo de completar el comentario previo a la ceremonia de los Oscar de este año. He reflexionado sobre los motivos la antipatía previa que me inspiraba esta película, no tiene nada que ver con el hecho de que la protagonice Ben “Cara de Piedra” Affleck, que simplemente el epítome de un mal actor al que se tolera sólo porque es guapo y sale con gente igual de guapa (bueno es un decir), mucho menos con el hecho de que sea él mismo quien dirija la función ya que es un hecho admitido que se le da mejor estar detrás que delante de las cámaras (algo que había podido comprobar con “Gone Baby Gone” por más que Affleck cometiera asimismo el error de colocar a su hermano de protagonista y eso que considero a Casey un buen actor pero no para esa clase de argumentos).


La desagradable sensación previa venía más bien de la aprensión que siento por una época (la de la segunda mitad de la década de los setenta) que en mi opinión es caracterizada por la estética más desastrosa de la historia de la humanidad, la que yo denomino “estética Lou Grant”.


        


Pero bueno, salvando ese prejuicio bastante impresentable, hay que decir que “Argo” es una historia correcta y bien llevada aunque más propia de una película de televisión de cincuenta minutos de duración que para un filme de más de dos horas.


Hay que decir antes que nada que no estamos ante una narración de la crisis de los rehenes de la Embajada Norteamericana en Teherán, por más que dicha crisis esté en el epicentro de todo lo que sucede, sino de una historia paralela y accesoria que constituyó un pequeño triunfo en medio de la gran vergüenza nacional que supuso aquel incidente diplomático para los estadounidenses, nadie querría ver dicha dolorosa humillación en pantalla al igual que nadie quería ver la agonía de las víctimas de los vuelos del 11-S salvo que se mostrara en ella alguna variante que aliviara la misma sensación de impotencia (tal y como se hizo al filmar la supuestamente heroica conducta de los pasajeros en  “United 93”)   


Sin embargo ocurre que la anécdota narrada en el filme aun siendo buena no resulta demasiado cinematográfica, al fin y al cabo se trata simplemente de un individuo que coge un avión y luego regresa con otros seis individuos más, no es de extrañar pues que dicha modesta aventura se haya adornado con una serie de incidentes reales o supuestos (me inclino a pensar que más supuestos que reales) que contribuyen a potenciar un suspense imprescindible, algunas piezas de ese aderezo son verosímiles y brillantes, otras son pobres y en ocasiones bastante sonrojantes.


Otros deméritos de la película son achacables ya a la propia labor de Affleck como director, la película tiene un ritmo bastante descompensado, la parte en la que la CIA monta la pantalla de una película falsa para disfrazar la operación de rescate parecía que podía ser el eje de la película sin embargo (y tras ofrecernos los mejores momentos de la cinta incluyendo esa gozosa reproducción de la histeria por la ciencia ficción que se había apoderado de Hollywood donde todavía coleaba el huracán “Star Wars”) desaparece por completo haciendo que el personaje principal pase del nudo al desenlace de la historia de forma brusca y disonante. En dicho desenlace por cierto también resulta contraproducente la poca entidad de los personajes cuyo destino se supone que nos debe interesar, algo que se extiende al resto de protagonistas de la historia (con excepción de Alan Arkin, única nominación de la película que encuentro motivada, de cuya desaparición de la trama la película no se repone nunca), quizás sea porque la adaptación de los actores a la estética ya mencionada les hace parecer más bien como los personajes de una secuela del vídeo “Sabotage” de Beastie Boys.


  



Por ultimo me gustaría  señalar el loable empeño de Affleck (y no porque sea un confeso demócrata y liberal sino porque es una tendencia casi obligada en el cine moderno excepto en subproductos del estilo de los que protagoniza Michael Dudikoff) por no convertir esta historia en una batalla entre elfos y orcos sino en un conflicto humano en el que el bien y el mal es una cuestión relativa, de ahí la sorprendente introducción histórica con la que comienza la película así como la insistencia de la villanía del depuesto Sha y de cómo su régimen torturador contó con la anuencia de los Estados Unidos.



En definitiva “Argo” es un producto brillante e interesante a ratos pero cuya dirección carece del talento y la garra suficiente como para convertirla en un producto más excelso. ¡Lo que hubiera hecho Spielberg o Scorcese con esto!




Una metáfora dentro de una metonimia envuelta en una alegoria.



SIN SPOILERS


Tampoco es que me muriera de ganas de ver esta película que ya lleva bastante tiempo en cartelera, en la clasificación no oficial de subgéneros que aspiran al Oscar parecía ser del tipo “superproducción étnica -aunque rodada por anglosajones- con mensaje de cultura oriental para inspiración de occidentales de clase media”, vamos un poco como “Slumdog Millonaire”.


Además Ang Lee suele ser de esos directores de “una de cal y otra de arena” y después de la tremenda decepción que supuso “Taking Woodstock” había puesto al realizador taiwanés en la nevera.


Tengo que decir que “Vida de Pi” es bastante mejor que aquella producción de Danny Boyle que tanto dio que hablar hace unos años y que hoy está tan olvidado. Al menos la explicita voluntad ecuménica del relato la aleja de la desagradable sensación de condescendencia con la que en esta parte del mundo (y no hablo en términos geográficos) se contemplan las miserias del subdesarrollo.


La película, en concordancia con su propia filosofía, puede verse de dos maneras. Una de ellas como una mera historia de supervivencia humana en un entorno hostil con algunos añadidos interesantes, como el hecho (suficientemente conocido por lo que no creo estar desvelando nada) de que básicamente se trata de un adolescente, único superviviente de un naufragio, que tiene que compartir el bote salvavidas con un tigre de Bengala. Una situación algo bizarra pero capaz por sí misma de mantener el interés durante la larga sección central de la película, no es fácil conseguir algo así (y ni siquiera se consigue del todo pues es inevitable caer un poco en la monotonía) y los instrumentos de los que Lee se vale para ello son suficientemente motivadores para que la película venza por los puntos la dura lucha contra el aburrimiento.


El epílogo de la película contiene una conversación que dota de un significado diferente a lo que acabamos de ver (amén de, como toda buena “trick story”, justificar la presencia de una serie de personajes cuya existencia habíamos olvidado o al menos considerado anecdótica) y entronca una simple historia de superación con una fábula susceptible de ser sometida a múltiples interpretaciones y que hermana esta película con títulos tan dispares como “Big Fish”  o “El hombre que mató a Liberty Valance” por poner sólo los dos primeros ejemplos que se me ocurrieron.   


En definitiva dos filmes en uno y cada uno por separado no está nada mal, un espectáculo agradable con mensaje igualmente agradable para un día en el que no tengan nada mejor que hacer.


Y así termina por fin la campaña previa a la ceremonia de los Oscar.  

12 Comments:

Blogger 3'14 said...

¡Menuda fuerza de voluntad!
Yo Pi no la veo ni estando aburridísima.
La de Tarantino cuando aparezca por mi web de cabecera la bajo, y Argo ya te comenté. Yo no veo una dirección tan gris como tú, lo que sí me sobran son los 15 minutos del final.

Por cierto, que ya ví The Master (me voy a abstener de comentarios, tampoco sabría como expresar mis sensaciones) y al final también "De óxido y de hueso" y bueno, pensaba que sería más pastelosa, el cartel de la peli es engañoso, aunque se entiende al verla, pero me transmitía otro rollo. A pesar de salvarla de la quema, no me gustó, el final es una mierda que tira por tierra un principio que prometía. Grata sopresa, por eso, que empieza y termina con Bon Iver. Lo cual en cualquier situación y circunstancia siempre es agradable escuchar.

8:14 AM  
Blogger SisterBoy said...

¡Aquí no pisas más si no nos dices qué onda con The Master!

5:21 AM  
Blogger 3'14 said...

Puff... Es que lo que pueda decir ya lo han dicho otros y mejor.
Veamos, las actuaciones son magistrales, ya te digo, Joaquin Phoenix hasta en la mierdaca de "I'm still here" está sublime, Philip Seymour Hoffman ya es uno de los grandes y Amy Adams merece todo reconocimiento (eso sí, bajonazo en cuanto apareció en pantalla Laura Plasta Dern, lo siento es superior a mí, no puedo con ella). Luego está la forma de rodar de Paul Thomas Anderson que te gustará más o menos, pero no se le puede restar maestría, visualmente es un ejercicio brillante que es un placer contemplar, por más que lo que te cuenten te la traiga al pairo. Pero luego está el guión... y la historia en la que se centra y se sustenta la película y es ahí donde todo mi cuerpo hace plof, y mi mente termina como un blandiblú y no puedo, no puedo... se me hace denso, pesado, insípido, no me atrae en absoluto y llego a desconectar durante largos minutos de la trama sin perderme nada, pues tampoco creo que exista un hilo definido al que agarrarse y seguir, y si lo hubiera, tampoco pasaría nada porque me quedaría exactamente igual. Es que ni lo más salvable, que sería la relación entre ellos consigue engancharme.
Entonces, si una historia no me motiva ni me atrapa, la peli, por bien realizada e interpretada que esté pierde completamente mi interés.

¿Satifecho con mi comentario? :)

11:35 AM  
Blogger El Impenitente said...

Muy satisfecho. Los malas críticas siempre son mejores que las buenas.

Por lo demás echo en falta las críticas de todas las películas que optan al Óscar de la mejor película de habla no inglesa. Y las de los cortos de animación.

12:32 PM  
Blogger Ra está en la aldea said...

El público de Tarantino está enamorado de él y se lo perdona todo. Yo personalmente la disfruté muchísimo pese a ese absurdo tramo final atropellado y a que el argumento consista en algo así como "Un tío quiere vengarse. Lo consigue". Supongo que sólo los genios consiguen que cosas así sen oro.
Precisamente la estética de Argo me flipa, y el final de los años 70 (e incluso diría el principio de los 80) me parecen maravillosos. El horror llegó después, alcanzando su cénit, posiblemente, en 1992.

1:37 PM  
Blogger Slim said...

a mi me pasa como a Ra, esa estética de principios de los 80 sí me gusta, por eso a lo mejor me gustó bastante más que a tí Argo. Y es entretenida, y te mantiene en tensión.

a ver si veo la de tarantino, aunque sin estar enamorada de él también suelen gustarme casi todas sus pelis.

8:01 AM  
Blogger Deckard said...

Suscribo palabra por palabra la crítica de Pi. Y añado que Joaquin Phoenix haciendo de Pozí me pone muy nervioso.

Y PTA lleva demasiadas películas recreándose en lo grande que la tiene y no se preocupa de si da placer.

4:20 AM  
Blogger SisterBoy said...

Antes que nada disculpas por no haber atendido debidamente sus comentarios pero un error en la recepción de los mismos (me suelen mandar un correo pero por alguna razón se desvió a la carpeta de spam) me lo ha impedido. Ahora vamos a responder cumplidamente.

Pi.

En tu mismo comentario se encuentra la clave de todo: interpretaciones bien, maestría a la hora de rodar, etc... Pero si la historia no te engancha no hay nada que hacer.

Impenitente.

De las nominadas al Oscar a la mejor película de habla no inglesa ya hemos hablado de "Amor" y pronto hablaremos de "No" , la película chilena, del resto ya veremos, los cortos de animación los veré en youtube en un par de meses.

Ra y Slim

Cuestión de modas, puede que sea porque viví ese época de niño le tenga tanta tirria, algún día pondré fotos que lo demuestren.

Deckard.

Tú ya sabes el castigo que te impuse por tus injurias a Kiko Phoenix.

1:00 PM  
Blogger Deckard said...

Pero al final tú no has visto Synecdoche. ¡Te reto! ¡Te reto dos veces!

1:50 AM  
Blogger SisterBoy said...

Te equivocas darling, la he visto y pronto lo demostraré

9:53 AM  
Anonymous manipulador de alimentos said...

Entretenida, con ritmo, de estilo clásico como esas pelis de 'antes', también previsible y superficial, 'Argo' sin embargo es una prueba más del talento narrativo de Affleck. Un buen rato de cine, que es mucho, pero tampoco nada más. Saludos!!!!

4:55 AM  
Blogger SisterBoy said...

Vamos qeu ha sido el "Crash" de este año ;)

9:37 AM  

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