Abecedario del crimen Capitulo V. Lucky
Una nueva entrega de la Biblia del mal. Dado que la anterior fue algo truculenta ahora toca otra más “light” en la que como dijo Slim en cierta ocasión “hay un final feliz donde no muere nadie”, al menos no de forma directa.
¿Recuerdan la teoría de la bala loca en la película JFK? Según la historia oficial la primera bala disparada por quien quiera que fuese atravesaba el cuello del Presidente y luego recorría el cuerpo del Gobernador Connolly hasta llegar a su muñeca donde comenzaba a girar y zigzaguear hasta ocasionar siete heridas diferentes a los dos hombres.
En aquel entonces a todos nos hizo mucha gracia aquella teoría pero con el tiempo he leído varios casos en los que en verdad alguna bala disparada contra un hombre terminaba por comportarse de los modos más extravagantes, y el de hoy es uno de esos casos.
En Nueva York en los años veinte cuando el mafioso Charlie Luciano no era sino un traficante de drogas de poca monta fue secuestrado por una pandilla rival que quería hacerle confesar donde había escondido un alijo. Tras torturarle durante toda la noche le dejaron por muerto pero Luciano aguantó el tirón y sobrevivió aunque con secuelas permanentes. A partir de ese día se le conoció con el apodo de “Lucky” (afortunado)
Pero quizás ese apodo lo merecería más su colega y en ocasiones también amigo Frank Costello
Costello fue durante casi veinte años el responsable máximo del sindicato del crimen en Manhattan y por lo tanto blanco natural de conspiraciones. Hombre de talante conciliador y maneras educadas creía más en la diplomacia que en las pistolas Fue también además (muchos años antes que Paul Vitti y Tony Soprano) posiblemente el primer gangster que se convirtió en asiduo de un consultorio de psicología. Este estilo de hacer las cosas desagradaba profundamente a dos hampones efusivos y violentos cuya idea de resolver un problema era clavar un punzón para el hielo en la nuca de dicho problema. Esos hombres eran Vito Genovese y Albert Anastasia
Los dos mafiosos encargaron a un joven matón llamado Vincent “Chin” Gigante el contrato para acabar con Costello.
El dos de mayo de 1957 Gigante esperó a que Costello (que no usaba escolta) llegara al vestíbulo del hotel donde vivía y entonces le disparó en la cabeza al tiempo que gritaba “¡Esto es para ti Frank!”. La bala le dio en la sien pero en lugar de perforar el hueso y reventarle el cerebro como era su obligación se desvió y rodeó el cráneo por debajo de la piel. Después de completar la circunnavegación salió POR EL MISMO SITIO POR EL QUE HABÍA ENTRADO dejando a Costello sin otro perjuicio que una herida corriente.
Mientras todo esto ocurría el sicario se marchaba a toda prisa del vestíbulo del hotel plenamente convencido de haber cumplido con eficacia con el contrato. Nadie le reprochó nada, el había hecho lo correcto, se trataba de un caso de mala suerte (o buena según se mire) y Gigante tuvo posteriormente una exitosa carrera en el mundo del hampa que terminó de un modo tan peculiar que también merecería contarse por separado.
De todos modos Costello consideró que le convenía jubilarse cosa que hizo. El resto de su vida transcurrió sin más sobresaltos y falleció por causa naturales a los 82 años consiguiendo así un final soñado por todos los capos mafiosos pero que al final muy pocos consiguen, desde luego no los dos hombres que planearon su muerte.
Poco después del homicidio frustrado Anastasia se entregó a tal despliegue de asesinatos violentos que hubo que eliminarlo; el 25 de octubre de 1957 encontró su fin en el sillón de la peluquería del Park Sheraton Hotel de Nueva York dejando una de las imágenes más recordadas de la guerra entre mafiosos.
En cuanto a Genovese, en 1959 fue encarcelado por tráfico de drogas y murió tras las rejas diez años más tarde.
¿Recuerdan la teoría de la bala loca en la película JFK? Según la historia oficial la primera bala disparada por quien quiera que fuese atravesaba el cuello del Presidente y luego recorría el cuerpo del Gobernador Connolly hasta llegar a su muñeca donde comenzaba a girar y zigzaguear hasta ocasionar siete heridas diferentes a los dos hombres.
En aquel entonces a todos nos hizo mucha gracia aquella teoría pero con el tiempo he leído varios casos en los que en verdad alguna bala disparada contra un hombre terminaba por comportarse de los modos más extravagantes, y el de hoy es uno de esos casos.
En Nueva York en los años veinte cuando el mafioso Charlie Luciano no era sino un traficante de drogas de poca monta fue secuestrado por una pandilla rival que quería hacerle confesar donde había escondido un alijo. Tras torturarle durante toda la noche le dejaron por muerto pero Luciano aguantó el tirón y sobrevivió aunque con secuelas permanentes. A partir de ese día se le conoció con el apodo de “Lucky” (afortunado)
Pero quizás ese apodo lo merecería más su colega y en ocasiones también amigo Frank Costello
Costello fue durante casi veinte años el responsable máximo del sindicato del crimen en Manhattan y por lo tanto blanco natural de conspiraciones. Hombre de talante conciliador y maneras educadas creía más en la diplomacia que en las pistolas Fue también además (muchos años antes que Paul Vitti y Tony Soprano) posiblemente el primer gangster que se convirtió en asiduo de un consultorio de psicología. Este estilo de hacer las cosas desagradaba profundamente a dos hampones efusivos y violentos cuya idea de resolver un problema era clavar un punzón para el hielo en la nuca de dicho problema. Esos hombres eran Vito Genovese y Albert Anastasia
Los dos mafiosos encargaron a un joven matón llamado Vincent “Chin” Gigante el contrato para acabar con Costello.
El dos de mayo de 1957 Gigante esperó a que Costello (que no usaba escolta) llegara al vestíbulo del hotel donde vivía y entonces le disparó en la cabeza al tiempo que gritaba “¡Esto es para ti Frank!”. La bala le dio en la sien pero en lugar de perforar el hueso y reventarle el cerebro como era su obligación se desvió y rodeó el cráneo por debajo de la piel. Después de completar la circunnavegación salió POR EL MISMO SITIO POR EL QUE HABÍA ENTRADO dejando a Costello sin otro perjuicio que una herida corriente.
Mientras todo esto ocurría el sicario se marchaba a toda prisa del vestíbulo del hotel plenamente convencido de haber cumplido con eficacia con el contrato. Nadie le reprochó nada, el había hecho lo correcto, se trataba de un caso de mala suerte (o buena según se mire) y Gigante tuvo posteriormente una exitosa carrera en el mundo del hampa que terminó de un modo tan peculiar que también merecería contarse por separado.
De todos modos Costello consideró que le convenía jubilarse cosa que hizo. El resto de su vida transcurrió sin más sobresaltos y falleció por causa naturales a los 82 años consiguiendo así un final soñado por todos los capos mafiosos pero que al final muy pocos consiguen, desde luego no los dos hombres que planearon su muerte.
Poco después del homicidio frustrado Anastasia se entregó a tal despliegue de asesinatos violentos que hubo que eliminarlo; el 25 de octubre de 1957 encontró su fin en el sillón de la peluquería del Park Sheraton Hotel de Nueva York dejando una de las imágenes más recordadas de la guerra entre mafiosos.
En cuanto a Genovese, en 1959 fue encarcelado por tráfico de drogas y murió tras las rejas diez años más tarde.
14 Comments:
Lo de una bala haciendo bobsleigh por un circuito craneal tiene su gracia.
Qué bonitas son, madre, qué bonitas son las historias de la mafia. Criticaban a "El Padrino" porque, decían, creaban un halo de simpatía alrededor de unos asesinos. No lo discuto, pero, no sé porqué, cae mejor Capone que Ness.
Es cierto que El Padrino creaba un halo, no de simpatia pero si de trascendencia alrededor de La mafia. Pero luego vino Scorcese y con Goodfellas puso las cosas en su sitio
Elliot Ness era un gilipollas
Estos posts tuyos son más emocionantes que una cinta de Scorssesse... Cualquier día te hago una proposición indecente y nos escribimos a medias un guión...
Besotes, majo
Si quieres ver algo emocionante no te olvides de "El libro negro" que estoy por ir a verla otra vez :)
esto se tenia que haber titulado
bang bang lucky luck
aunque ese era cowboy, no mafioso...
Tienen todos unas caras de inteligentes...Sobre todo el Genovese.A ver si es que Lombroso tenía razón!
Más bien era astuto como una rata
Eso:como una rata.
Ya impresiona que la bala no le mate, pero que además describa tan inesperada trayectoria... Está claro que si todo se explicara racionalmente, el mundo sería tremendamente aburrido.
Pinzón paisano como creo que ya sabrás aqui se está armando la de Dios es Cristo con lo de los Carnavales, a ver si cuando la cosa se aclare contamos algo del tema, avisado quedas :)
¿¿¿Anastasia y Genovese??? ¡Pero si parecen los nombres de las hermanastras de Cenicineta! ¿Cómo se les podía tomar en serio con semejantes apellidos?
¡Qué os pasa a los Chicha, que estáis en todos los telediaros¡
Pi pues habia otros hampones con nombres más ridiculos todavía como Carmine Galante o Carlo Gambino aunque el premio se lo llevaria Joe Bonnano al que se apodaba Joe Bananas claro que nadie se atrevió nunca a usar ese mote en su presencia.
Zar todo a su tiempo :) en proximos dia se deshacerá el entuerto
Post a Comment
<< Home