Birmingham Sunday
Entre “oscares” y debates electorales se ha abierto paso en el día de hoy la noticia de la muerte de cuatro mujeres a manos de sus maridos o parejas sentimentales. Y aunque todo el tema no deja de tener el típico regusto hipócrita de escándalo provocado por el número y no por el hecho lo cierto es que es imposible no sentirse impresionado y en la necesidad de decir alguna cosa. Y ya que mi amigo Cinephilus ha empezado me siento en la obligación de hacer lo mismo.
Esta clase de sucesos merece tratarse con más profundidad otro día pero el de hoy simplemente lo dedicaremos a horrorizarnos.
En cuanto oí la noticia en seguida me vino a la cabeza esta canción de Joan Báez aunque en un principio las dos historias no tienen nada en común. De modo que este es mi homenaje.
Come round by my side and I'll sing you a song.
I'll sing it so softly, it'll do no one wrong.
On Birmingham Sunday the blood ran like wine,
And the choirs kept singing of Freedom.
That cold autumn morning no eyes saw the sun,
And Addie Mae Collins, her number was one.
At an old Baptist church there was no need to run.
And the choirs kept singing of Freedom,
The clouds they were grey and the autumn winds blew,
And Denise McNair brought the number to two.
The falcon of death was a creature they knew,
And the choirs kept singing of Freedom,
The church it was crowded, but no one could see
That Cynthia Wesley's dark number was three.
Her prayers and her feelings would shame you and me.
And the choirs kept singing of Freedom.
Young Carol Robertson entered the door
And the number her killers had given was four.
She asked for a blessing but asked for no more,
And the choirs kept singing of Freedom.
On Birmingham Sunday a noise shook the ground.
And people all over the earth turned around.
For no one recalled a more cowardly sound.
And the choirs kept singing of Freedom.
The men in the forest they once asked of me,
How many black berries grew in the Blue Sea.
And I asked them right back with a tear in my eye.
How many dark ships in the forest?
The Sunday has come and the Sunday has gone.
And I can't do much more than to sing you a song.
I'll sing it so softly, it'll do no one wrong.
And the choirs keep singing of Freedom.
Esta clase de sucesos merece tratarse con más profundidad otro día pero el de hoy simplemente lo dedicaremos a horrorizarnos.
En cuanto oí la noticia en seguida me vino a la cabeza esta canción de Joan Báez aunque en un principio las dos historias no tienen nada en común. De modo que este es mi homenaje.
Come round by my side and I'll sing you a song.
I'll sing it so softly, it'll do no one wrong.
On Birmingham Sunday the blood ran like wine,
And the choirs kept singing of Freedom.
That cold autumn morning no eyes saw the sun,
And Addie Mae Collins, her number was one.
At an old Baptist church there was no need to run.
And the choirs kept singing of Freedom,
The clouds they were grey and the autumn winds blew,
And Denise McNair brought the number to two.
The falcon of death was a creature they knew,
And the choirs kept singing of Freedom,
The church it was crowded, but no one could see
That Cynthia Wesley's dark number was three.
Her prayers and her feelings would shame you and me.
And the choirs kept singing of Freedom.
Young Carol Robertson entered the door
And the number her killers had given was four.
She asked for a blessing but asked for no more,
And the choirs kept singing of Freedom.
On Birmingham Sunday a noise shook the ground.
And people all over the earth turned around.
For no one recalled a more cowardly sound.
And the choirs kept singing of Freedom.
The men in the forest they once asked of me,
How many black berries grew in the Blue Sea.
And I asked them right back with a tear in my eye.
How many dark ships in the forest?
The Sunday has come and the Sunday has gone.
And I can't do much more than to sing you a song.
I'll sing it so softly, it'll do no one wrong.
And the choirs keep singing of Freedom.
7 Comments:
Necesario y justo tu post de hoy, amigo Sisterboy.
Un abrazo
cuanto tiempo sin escuchar a Joan Baez, gracias por llenarme de recuerdos en un momento!
y por supuesto gracias por acordarte de las 4.
Los gritos, las voces, cada vez son más. Y eso está bien. Hacer públicas estas desagradabes noticias es el primer paso. Pero insisto, más que comentarios son necesarios HECHOS. Denunciar y para ello es preciso que las personas afectadas, las que deben dar el paso se sientan amparadas y protegidas por la ley. Hay mucho trabajo por hacer. Ahora que están en campaña política no debería reducirse en meras palabras para utilizar de forma partidista un problema tan grave.
Pues, entonces hablemos de hechos:
Para los que crean que los asesinatos se inscriben en el ámbito de lo privado, consecuencias puntuales de violencia que las mujeres sufren en ansias de su libertad; recordar algunas cosas que se han escrito a sangre y fuego en la piel de sucesivas generaciones:
-”Desde el año 1234, y durante los siete siglos siguientes, la Iglesia católica prohibió que las mujeres cantaran en los templos. Eran impuras sus voces, por aquel asunto de Eva y el pecado original.
-En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza.
-Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.
-La emperatriz cristiana Teodora nunca dijo ser revolucionaria, ni cosa por el estilo. Pero hace mil 500 años el imperio bizantino fue, gracias a ella, el primer lugar del mundo donde el aborto y el divorcio fueron derechos de las mujeres”.
El maltrato es la punta del iceberg de una sociedad sexista, con roles culturales muy marcados todavía para mujeres y hombres. Es la cicatriz y herida de una herencia, que revientan las mujeres que no van a resignarse a un papel sumiso, subordinado, dependiente y explotador, por más que algunos hombres esperen o pretendan mantener a pesar del cambio social.
Y para muestras del disparate, el hecho de que la religión católica (estado de jerarquía no democrática ni de representación igualitaria de sexos), esté subvencionada por el Estado y se consienta desde la Administración sus colegios diferenciados según niño/niña (de Rajoy).
Habrá mucho que hacer y deshacer.
¡Qué jodida lacra!.
*El texto entrecomillado es de Eduardo Galeano
Bienvenido/a Anonymous. Como bien dices llevamos un retraso de dos o tres mil años en lo que respecta a la igualdad entre hombres y mujeres. Una ley no va a solucionar el problema de un plumazo pero por algo se empieza. Gracias por tu aportación
hace poco en una cena familiar una mujer contaba una anécdota. Su vecina una noche huyó de su casa. A los gritos empezó a tocar los telefonillos de los vecinos. Esta vecina no abrió porque estaba sola en casa y le dio miedo (esto lo entiendo, puede pasar). A la mañana siguiente cuando todo estaba calmado, la vecina que se negó a abrir habló con la víctima, y por supuesto la historia había cambiado. Los gritos no eran tales, no había amenaza, todo había sido un malentendido.
Esta persona que contaba la anécdota nos dijo que sentenció a su vecina "Pues no se te ocurra volver a tocarme el timbre". A estas palabras se sumaron varios comentarios más "Es que son ellas las que lo toleran".
Yo intenté explicar que lo terrible no es el momento del golpe, de la humillación y de la tortura, sino el después, la imploración del perdón, la falsa redención, y la promesa de la vida nueva. Eso es lo terrible porque cuando esta mujer se despierta a la mañana siguiente, cuando le miente a la vecina que fue testigo del incidente, cuando engaña a su familia, a sus amigos, lo hace porque cree firmemente que nunca más va a volver a ocurrir.
Sería interesante debatir si la importancia y la insistencia con la se habla en los telediarios de la violencia de género la frena o la potencia. Por un lado hay más información, un teléfono de atención a mujeres maltratadas que cumple perfectamente su función, etc, etc... pero 4 en un día da que pensar que algo se está haciendo mal.
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