Sesión doble
Las semanas pre Oscar siempre son vertiginosas y son la única época del año en la que uno tiene tanto donde elegir que apenas dispone de tiempo para ir al cine. Así que abreviaremos comentaremos dos películas en la misma entrada. Se trata de "La duda" y "El lector" y se recomienda haberlas visto primero. Ahí va eso.
1. ANOTHER TOUCH OF EVIL
Hay películas que abordan temas a priori no demasiado interesantes y que sin embargo terminan por ser apreciadas debido al buen estilo con el que dichas historias son llevadas a la pantalla, la forma sobre el fondo.
Con otras películas en cambio sucede justo al revés, las posibilidades que ofrece su argumento resultan tan apasionantes que incluso consiguen imponerse a una dirección deficiente y a unas interpretaciones inadecuadas. Y “La duda” pertenece a esta segunda clase.
Para empezar me ha resultado curioso la manera en la que, al igual que en la recientemente comentada “Revolutionary Road”, se emplea una especie de prologo para describir la esencia de los dos personajes principales de esta historia. Me refiero a esa primera escena en el interior de la iglesia en la que el Padre Flynn (Philipp Seymour Hoffman)
queda retratado como un religioso de ideas progresistas (mencionando en su sermón a Kennedy y tal) y la hermana Bouvier como una bruja que en lugar de escuchar el sermón se dedica a recorrer los bancos del templo para reprochar agriamente las conductas de sus alumnos que considera impropias.
Es quizás por eso por lo que resulta tan molesto ver como, en la siguientes escenas, se emplea tanto tiempo en demostrarnos que la hermana Bouvier es una autentica perra cuando es algo que había quedado claro desde el principio. Y esa insistencia en ir añadiendo más y más anécdotas sobre el mismo tema hace que la película se vuelva bastante monótona, algo a lo que también contribuyen una sucesión de largas escenas que proporcionan una información mínima (el ejemplo más concluyente es el de la primera confrontación entre el sacerdote y las dos monjas) y que no parecen tener otro objetivo que servir de escaparate para los duelos interpretativos Streep vs Hoffman así como otros detalles, no por menores menos desagradables, como ese sonrojante uso dramático de de algunos elementos extraordinarios que abarcan desde fenómenos atmosféricos hasta bombilla fundidas.
Resumiendo para mí “La duda” es una película sobre todo muy mal dirigida pero que, sorprendentemente, termina por sostenerse en base a las poderosas implicaciones de su trama algo que, incluso asumiendo que dichas implicaciones sean deudoras de la obra de teatro en la que está basada la película, sería injusto no achacar en cierta medida también al tal John Patrick Shanley (que por cierto dirige por segunda vez casi treinta años después de firmar su opera prima que resulta que es ¡Joe contra el volcán!).
El giro argumental que para mí hace que esta película cobre tanto interés es, por supuesto, la posibilidad de el padre Flynn sea efectivamente culpable de haber mantenido relaciones con el chico a su cargo. Si no fuera así, si no existiera al menos esa posibilidad no veo que sentido tendría contar las inacabables penurias de un pobre hombre acusado falsamente por una arpía que le detesta por sus ideas progresistas y su carácter afable. Pero el hecho de que un personaje tan desagradable y cuyas miserias se han descrito de forma tan detallada pueda al final ser el que tanga la razón (sirviéndose además para obtener dicha razón de medios igualmente infames como si de un Capitán Quinlan de rectoría se tratara) es algo que resulta desasosegante para un público acostumbrado a una diáfana distinción entre los roles de personajes buenos y malos de la que, la también reciente Valkiria, podría ser un buen ejemplo. El hecho de que además la victoria final de la hermana Beauvier sólo pueda ser disfrutada en la intimidad de la no demasiado afecta hermana James (Amy Adams) -demostrando así que sus intenciones no eran otras que derrotar a Flynn en una absurda batalla de egos- y de que las consecuencias de dicha victoria serán, paradójicamente, un ascenso en la carrera del sacerdote no hace sino aumentar dicho desasosiego.
Los esfuerzos de la hermana Beauvier ha obtenido una resultado inservible en una guerra a la que acudió por motivos equivocados y en la que ha usado métodos que la envilecen, el hecho de que dichos esfuerzos hayan salvado al pequeño Donald no son sin un beneficio indirecto. ¿O es que ni siquiera ha obtenido eso?
Aquí entraríamos en el segundo elemento llamativo de la trama “La duda”. Me refiero a la escena de la conversación entre la hermana Beauvier y la madre del chico (interpretada por Viola Davis) en el que la mujer, tras ser informada de las sospechas que recaen sobre la relación entre el padre Flynn y su hijo, hace gala del escalofriante sentido práctico de los suburbios (un lugar en el que sólo algunos privilegiados pueden permitirse el lujo de mostrarse rígidos en cuanto a cuestiones morales se refieren) asumiendo que la vulnerabilidad que provoca la condición de homosexual de Donald hace imprescindible que Flynn o alguien como él asuma el papel de protector del muchacho. O lo que es lo mismo “ya que tiene que ser alguien al menos que sea una buena persona”. Un punto de vista también desasosegante y que no deja de ser atrevido sobre todo en el ambiente de histeria pederasta en el que vive inmerso el mundo occidental.
En resumen una historia interesante que en su mayoría está muy mal contada pero que aún así consigue mantener dicho interés. Por último resulta inevitable hacer referencia al tema de la labor de los actores protagonistas del drama al tratarse, como se ha dicho, de un producto de origen teatral y debido también a la repetidamente alabada carrera cinematográfica de dichos actores. A este respecto comentar que yo no considero a Merly Streep una mala actriz, simplemente es que a mí el convertir cada interpretación en un festival de la cata del vinagre es una forma de actuar que no me resulta agradable ver y en esta película desde luego la mujer da una verdadera clase magistral de su forma de entender la profesión. Pero con Merly Streep pasa como con Jack Nicholson: son leyendas consagradas cuyas interpretaciones están más allá del bien y del mal y eso es algo que por lo tanto ya sabe y acepta el espectador antes de entrar a ver una de sus películas. En cuanto a Hoffman decir que hay veces que está bien y otra veces que no está tan bien, y “La duda” es de las segundas.
2. VERANO DEL 58
"El lector" es una buena película, bien hecha y muy compensada en toda
su duración. El problema es que, personalmente, sólo hay una parte de
ella que me resulta interesante.
Para hablar de dicha parte podríamos llegar al acuerdo de dividir la
película en tres segmentos. El primero de ellos abarcaría toda la
historia del primer encuentro entre Michael (David Kross) y Hanna
(Kate Winslet), el segundo sería el que narra la historia del proceso
en el que Hanna es condenada por crímenes contra la humanidad y el
tercero trataría sobre el último encuentro entre los dos antiguos amantes.
Lo bueno que tiene la llamada primera parte (que es además la que
antes señalé como la que más me ha interesado) es que funciona de
forma autónoma, es una historia que empieza y termina en sí misma y ni
siquiera es necesario acudir a las otras dos partes para explicarla
porque no necesita ninguna explicación. Es una historia de amor entre
un adolescente y una mujer adulta, algo que hemos visto bastantes
veces antes lo que no significa necesariamente algo malo siempre y
cuando esa historia sea filmada con tanto estilo y buen ritmo (lento
sí, pero no aburrido) como en esta ocasión. Este segmento podría haber
ocupado por sí solo una película entera pero el romance termina y la
película continua.
Hasta ese momento quizás habíamos notado que Hanna tenía alguna suerte
de triste biografía a sus espaldas pero ¿había alguien que no la
tuviera en la Alemania de 1958?. En la segunda parte de la película
vemos la razón de su melancolía en el momento en el que Michael
descubre que su antigua amada es una criminal de guerra. El problema
es que, al contrario que en la primera, esta segunda historia sí
necesitaba una explicación, y no la tiene o al menos no lo suficiente
para mí. No hablo ya de que se desconozcan las razones por las que
Hanna decidiera entrar en las SS, también el motivo de su
comportamiento a propósito de las acusaciones que le formula el
tribunal resultan bastante oscuras, lo mismo que el propio
comportamiento de Michael o todo el debate académico que se hace sobre
la culpabilidad colectiva alemana ante el Holocausto. Todo es
demasiado superficial, demasiado vago, como si estuviéramos de nuevo
ante el eterno caso de adaptación de una obra literaria que se presume
ha sido ya leída previamente por el espectador.
En el último segmento de la película se recupera algo del buen tono
del comienzo gracias quizás a que Kate Winslet vuelve a tener más
presencia aunque por desgracia Ralph Fiennes también la tiene (es un
gran actor pero aquí lo hace de pena aunque supongo que lo que me pasa
es que sigo reprochándole que no asesinara a su hermano Joseph cuando
ambos eran niños).
En resumen, aunque el amor no necesita más discurso que la imagen el
resto de la historia sí de manera que, como dije antes, de todo lo que
me han contado me quedo con ese verano del 58.
Espero que le den el oscar a Kate, sólo por esa escena en la que
atisba detrás de una cortina las redondeces del chico que está a punto
de llevarse al huerto se lo merecería.
1. ANOTHER TOUCH OF EVIL
Hay películas que abordan temas a priori no demasiado interesantes y que sin embargo terminan por ser apreciadas debido al buen estilo con el que dichas historias son llevadas a la pantalla, la forma sobre el fondo.
Con otras películas en cambio sucede justo al revés, las posibilidades que ofrece su argumento resultan tan apasionantes que incluso consiguen imponerse a una dirección deficiente y a unas interpretaciones inadecuadas. Y “La duda” pertenece a esta segunda clase.
Para empezar me ha resultado curioso la manera en la que, al igual que en la recientemente comentada “Revolutionary Road”, se emplea una especie de prologo para describir la esencia de los dos personajes principales de esta historia. Me refiero a esa primera escena en el interior de la iglesia en la que el Padre Flynn (Philipp Seymour Hoffman)
queda retratado como un religioso de ideas progresistas (mencionando en su sermón a Kennedy y tal) y la hermana Bouvier como una bruja que en lugar de escuchar el sermón se dedica a recorrer los bancos del templo para reprochar agriamente las conductas de sus alumnos que considera impropias.
Es quizás por eso por lo que resulta tan molesto ver como, en la siguientes escenas, se emplea tanto tiempo en demostrarnos que la hermana Bouvier es una autentica perra cuando es algo que había quedado claro desde el principio. Y esa insistencia en ir añadiendo más y más anécdotas sobre el mismo tema hace que la película se vuelva bastante monótona, algo a lo que también contribuyen una sucesión de largas escenas que proporcionan una información mínima (el ejemplo más concluyente es el de la primera confrontación entre el sacerdote y las dos monjas) y que no parecen tener otro objetivo que servir de escaparate para los duelos interpretativos Streep vs Hoffman así como otros detalles, no por menores menos desagradables, como ese sonrojante uso dramático de de algunos elementos extraordinarios que abarcan desde fenómenos atmosféricos hasta bombilla fundidas.
Resumiendo para mí “La duda” es una película sobre todo muy mal dirigida pero que, sorprendentemente, termina por sostenerse en base a las poderosas implicaciones de su trama algo que, incluso asumiendo que dichas implicaciones sean deudoras de la obra de teatro en la que está basada la película, sería injusto no achacar en cierta medida también al tal John Patrick Shanley (que por cierto dirige por segunda vez casi treinta años después de firmar su opera prima que resulta que es ¡Joe contra el volcán!).
El giro argumental que para mí hace que esta película cobre tanto interés es, por supuesto, la posibilidad de el padre Flynn sea efectivamente culpable de haber mantenido relaciones con el chico a su cargo. Si no fuera así, si no existiera al menos esa posibilidad no veo que sentido tendría contar las inacabables penurias de un pobre hombre acusado falsamente por una arpía que le detesta por sus ideas progresistas y su carácter afable. Pero el hecho de que un personaje tan desagradable y cuyas miserias se han descrito de forma tan detallada pueda al final ser el que tanga la razón (sirviéndose además para obtener dicha razón de medios igualmente infames como si de un Capitán Quinlan de rectoría se tratara) es algo que resulta desasosegante para un público acostumbrado a una diáfana distinción entre los roles de personajes buenos y malos de la que, la también reciente Valkiria, podría ser un buen ejemplo. El hecho de que además la victoria final de la hermana Beauvier sólo pueda ser disfrutada en la intimidad de la no demasiado afecta hermana James (Amy Adams) -demostrando así que sus intenciones no eran otras que derrotar a Flynn en una absurda batalla de egos- y de que las consecuencias de dicha victoria serán, paradójicamente, un ascenso en la carrera del sacerdote no hace sino aumentar dicho desasosiego.
Los esfuerzos de la hermana Beauvier ha obtenido una resultado inservible en una guerra a la que acudió por motivos equivocados y en la que ha usado métodos que la envilecen, el hecho de que dichos esfuerzos hayan salvado al pequeño Donald no son sin un beneficio indirecto. ¿O es que ni siquiera ha obtenido eso?
Aquí entraríamos en el segundo elemento llamativo de la trama “La duda”. Me refiero a la escena de la conversación entre la hermana Beauvier y la madre del chico (interpretada por Viola Davis) en el que la mujer, tras ser informada de las sospechas que recaen sobre la relación entre el padre Flynn y su hijo, hace gala del escalofriante sentido práctico de los suburbios (un lugar en el que sólo algunos privilegiados pueden permitirse el lujo de mostrarse rígidos en cuanto a cuestiones morales se refieren) asumiendo que la vulnerabilidad que provoca la condición de homosexual de Donald hace imprescindible que Flynn o alguien como él asuma el papel de protector del muchacho. O lo que es lo mismo “ya que tiene que ser alguien al menos que sea una buena persona”. Un punto de vista también desasosegante y que no deja de ser atrevido sobre todo en el ambiente de histeria pederasta en el que vive inmerso el mundo occidental.
En resumen una historia interesante que en su mayoría está muy mal contada pero que aún así consigue mantener dicho interés. Por último resulta inevitable hacer referencia al tema de la labor de los actores protagonistas del drama al tratarse, como se ha dicho, de un producto de origen teatral y debido también a la repetidamente alabada carrera cinematográfica de dichos actores. A este respecto comentar que yo no considero a Merly Streep una mala actriz, simplemente es que a mí el convertir cada interpretación en un festival de la cata del vinagre es una forma de actuar que no me resulta agradable ver y en esta película desde luego la mujer da una verdadera clase magistral de su forma de entender la profesión. Pero con Merly Streep pasa como con Jack Nicholson: son leyendas consagradas cuyas interpretaciones están más allá del bien y del mal y eso es algo que por lo tanto ya sabe y acepta el espectador antes de entrar a ver una de sus películas. En cuanto a Hoffman decir que hay veces que está bien y otra veces que no está tan bien, y “La duda” es de las segundas.
2. VERANO DEL 58
"El lector" es una buena película, bien hecha y muy compensada en toda
su duración. El problema es que, personalmente, sólo hay una parte de
ella que me resulta interesante.
Para hablar de dicha parte podríamos llegar al acuerdo de dividir la
película en tres segmentos. El primero de ellos abarcaría toda la
historia del primer encuentro entre Michael (David Kross) y Hanna
(Kate Winslet), el segundo sería el que narra la historia del proceso
en el que Hanna es condenada por crímenes contra la humanidad y el
tercero trataría sobre el último encuentro entre los dos antiguos amantes.
Lo bueno que tiene la llamada primera parte (que es además la que
antes señalé como la que más me ha interesado) es que funciona de
forma autónoma, es una historia que empieza y termina en sí misma y ni
siquiera es necesario acudir a las otras dos partes para explicarla
porque no necesita ninguna explicación. Es una historia de amor entre
un adolescente y una mujer adulta, algo que hemos visto bastantes
veces antes lo que no significa necesariamente algo malo siempre y
cuando esa historia sea filmada con tanto estilo y buen ritmo (lento
sí, pero no aburrido) como en esta ocasión. Este segmento podría haber
ocupado por sí solo una película entera pero el romance termina y la
película continua.
Hasta ese momento quizás habíamos notado que Hanna tenía alguna suerte
de triste biografía a sus espaldas pero ¿había alguien que no la
tuviera en la Alemania de 1958?. En la segunda parte de la película
vemos la razón de su melancolía en el momento en el que Michael
descubre que su antigua amada es una criminal de guerra. El problema
es que, al contrario que en la primera, esta segunda historia sí
necesitaba una explicación, y no la tiene o al menos no lo suficiente
para mí. No hablo ya de que se desconozcan las razones por las que
Hanna decidiera entrar en las SS, también el motivo de su
comportamiento a propósito de las acusaciones que le formula el
tribunal resultan bastante oscuras, lo mismo que el propio
comportamiento de Michael o todo el debate académico que se hace sobre
la culpabilidad colectiva alemana ante el Holocausto. Todo es
demasiado superficial, demasiado vago, como si estuviéramos de nuevo
ante el eterno caso de adaptación de una obra literaria que se presume
ha sido ya leída previamente por el espectador.
En el último segmento de la película se recupera algo del buen tono
del comienzo gracias quizás a que Kate Winslet vuelve a tener más
presencia aunque por desgracia Ralph Fiennes también la tiene (es un
gran actor pero aquí lo hace de pena aunque supongo que lo que me pasa
es que sigo reprochándole que no asesinara a su hermano Joseph cuando
ambos eran niños).
En resumen, aunque el amor no necesita más discurso que la imagen el
resto de la historia sí de manera que, como dije antes, de todo lo que
me han contado me quedo con ese verano del 58.
Espero que le den el oscar a Kate, sólo por esa escena en la que
atisba detrás de una cortina las redondeces del chico que está a punto
de llevarse al huerto se lo merecería.
11 Comments:
Sobre "La duda" ya sabes qué opino por el blog de Cinephilus.
"El lector" no la he visto, y no he leído esa parte del post por si destripas, ya que recomiendas que mejor se hayan visto antes, y bueno, no tengo muchas intenciones de verla por el momento...
Nominadas a algún Oscar, a parte de Wall-e o The dark knight, he visto Revolutionary road, Frost/Nixon, Doubt y Slumdog millionaire, cuando en realidad debería haber visto antes The Wrestler, Changeling o esta última que comentas, The reader, supongo porque lo visto hasta el momento deja bastante que desear. La que protagoniza Bradjolie macho no me llama nada, y ante la duquesa me quedo antes con El Duque. Con lo que, de las candidaturas o he escogido para ver lo peor, o cada año se confirma con mayor solidez y argumentación que esto de los Oscars es una soberana mierda... Por que pelis buenas hay, joder si las hay, pero si lo que tiene que representar a la meca del cine y Hollywood es esta representación, apaga y vámonos.
Menos mal que por lo menos todavía se soporta esa categoría a mejor película de habla no inglesa (o extranjera) con nominaciones tan destacadas, y reñidas por méritos propios, como son Waltz with Bashir o Entre les murs... En fin, te dejo una recomendación: Linha de Passe. No se llevó muy buenas críticas, pero a mí me ha gustado mucho más que cualquiera de las superproducciones hollywoodienses anteriormente citadas.
Y para no ir de pedante, confieso que me estoy bajando Yes Man y Seven Pounds, porque también disfruto del mero entretenimiento comercial ;P Pero no a base de engaños como la artificiosa y malaprovechada Slumdog Millionaire, que decepción tan grande tuve ayer después de verla, Dios!!!
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El comentario anterior lo he eliminado yo porque lo publiqué repetido, sorry.
Juer, enganchada como estoy a las series no me da a tiempo a ver pelis:( Pero entro aqui y me da envidia no haber visto ninguna... yo que antes de opositar me lo tragaba todo. Quién me ha visto y quién me ve... en fin, me consuelo pensando en que llegará el día en que pueda recuperar el tiempo perdido.
Tengo la sensación de que voy a pensar lo mismo que tú de Slumdog Millonaire pero trato de luchar contra los prejuicios (cosa que casi nunca logro). Creo que deberías ver El lector.
Mery ¿Sabes por qué las series nos gustan tanto a los opositores?. Porque no duran lo bastante como para que te entren remordmimientos por perder el tiempo :)
Yo creo también que a "El lector" se le nota mucho que está basada en una novela. Es bastante contenida y se agradece que no haya momentos de ¿por qué, por qué lo hiciste? a grito pelado en medio del juicio.
El tema nazi, lo de la culpa, la responsabilidad colectiva y todo eso para mí es "el tema" y siento debilidad por cualquier película, libro o chirimbolo que lo trate, pero aún así The Reader no me ha terminado de entusiasmar. Y preferiría que premiasen a Kate por Revolutionary, algo que ya no va a ocurrir.
Con Slumdog Millonaire pasa algo curioso: resulta que la novela en la que está basada la leímos toda mi pandilla (agh, odio esta palabra) hace un par de años, ni siquiera como obra que nos entusiasmase, pero se la regalaron a uno de mis amigos y nos la íbamos pasando como libro de "bah, está bien, entretenido". Y la primera vez que oí hablar de esta película pene´"anda, este argumento me resulta súperfamiliar..." y eso, ha resultado ser multipremiada y multialabada, pero sospecho que la impresión final será bastante similara a la de la lectura de la novela.
Al menos tu "pandilla" hacía algo positivo, lo único que se pasaba la mía eran canutos. :)
Off Topic, acabo de enterarme del incidente Rihanna-Browm. Horrorizado me hallo.
A mí lo de Rihanna me parece lo más.
REFRESCOSPEPITO SAID:
Gñ!, la Winslet está buenísima!
Yo creo que Hanna entra en las SS por lo mismo que desaparece, es alguien competente y seguramente en Siememns también la ascendieron y la única forma de no descubrir su analfabetismo era la oferta nazi.
No había visto liarla tanto por ocultar el analfabetismo desde los La ceremonia de Chabrol
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