Spanish splendor
Con Spoilers de grueso calibre.
De no ser porque está interpretada por Santiago Segura no digo yo que esta película no se hubiese estrenado, a lo mejor es que ni siquiera se hubiese hecho. Hay una escena bastante significativa a este respecto que tiene lugar al final cuando un envejecido pero igualmente canallesco Vázquez se encuentra con su colega (y némesis) Ibáñez durante la feria del libro de Barcelona. El dibujante de Mortadelo y Filemón trata de explicar a los niños que hacen cola ante su mesa quién es Vázquez pero estos sólo lo reconocen como uno de los personajes de “Rue del percebe 13”.
Vázquez es un nombre del pasado que ya resulta algo nebuloso a los que crecimos leyendo historietas de Brugera y que posiblemente no dirá nada a los que nacieron en 1980. Que su vida haya sido llevada a la pantalla obedece más bien al hecho de que dicha vida terminó por convertirse en leyenda entre los entendidos del mundillo del cómic nacional (yo no soy ni he sido nunca un entendido en cómics, yo me limitaba a leerlos cuando era niño). Precisamente las más jugosas anécdotas sobre el dibujante descritas en “El gran Vázquez” las conocía yo previamente por una entrevista que se le hizo hace algunos años al director de la película en la revista Mondo Brutto. Y hablando de este tema hay que decir que precisamente uno de los inconvenientes de la cinta es que dichas anécdotas son más risibles leídas que narradas en lenguaje cinematográfico.
De hecho resulta sorprendente lo poco gracioso que resulta todo en conjunto, la forma tan rutinaria en la que están presentadas las situaciones cómicas y lo previsible que son la mayoría de los gags. Es por eso que opino que las nuevas generaciones posiblemente saldrán decepcionadas de las salas de cine (dejando aparte el hecho de que quizás también se sientan engañadas por el aspecto “atorrentado” que presenta Segura en los carteles de promoción).
Los que ya sabíamos algo de la vida y tiempos de Vázquez sí que podemos tener algún entretenimiento reconociendo lugares (la primera escena de la película es un claro homenaje a la ya reseñada “Rue del percebe 13”) y personajes como los de la serie de dibujos “El Botones Sacarino” identificables al instante. Así pues la gracia de la película podría la residir para algunos en ser una especie de regreso sentimental a la infancia, podría haber sido más cosas pero no lo es.
No se puede considerar una radiografía de la España de los sesenta (de hecho ni siquiera estoy seguro de que se diga en alguna parte en qué año se desarrolla la acción) porque la película no explota para nada ese marco incomparable sobre el que tanto queda todavía por decir.
Tampoco se puede decir que sea un retrato en profundidad de la propia personalidad de Vázquez por más que no escaseen los apuntes interesantes, como por ejemplo la narración de la caída en desgracia del dibujante, una variante trágica dentro de lo que se presumía que iba a ser una comedia pero que al final termina por convertirse en el momento más estimable de la historia. Lo mismo se podría decir de las líneas de diálogo que tratan de describir la peculiar filosofía de Vázquez y que suenan a algo más sustancial que las típicas excusas del gorrón. Pero repito que nada de esto resulta suficientemente trabajado pues los autores del guión parecen más interesados en un encadenamiento con mayor o menor fortuna de las andanzas del ínclito caradura.
Quizás la respuesta a la pregunta (que de todos modos casi nadie se hacía antes y casi nadie se hará ahora) sobre quién era de verdad Vázquez reside simplemente en analizar a sus personajes. Como esa Hermenegilda (la gordita de las hermanas Gilda) que camina por la calle con unos estrechísimos zapatos que la atormentan. Cuando se encuentra con su hermana y ésta le pregunta por qué se pone ese calzado que tanto la hace sufrir, la mujer responde con una lista de las penalidades diarias de una vida oscura y llena de sinsabores para finalizar diciendo que llegar a casa y quitarse los zapatos es prácticamente su único momento de placer. Está claro que Vázquez no quería vivir así.
6 Comments:
y sale Anacleto agente secreto? a mi es el que más me gustaba!
Pues sí que sale sí.
Que se ha muerto Tony Curtis, ¿quién será la próxima vieja gloria en morir en un plazo de diez días?
¡Sapristi! Supongo que la otra vieja gloria es Arthur Penn. Por separado no creo que hubieran merecido un post pero juntos ya es otra cosa. Me pongo a ello.
Vázquez era un personaje de sus propias historietas. Pensé que bromeaba sobre sí mismo. Se ve que se quedaba corto.
Me ha costado encontrar la palabra némesis. Hay que leerte con el diccionario al lado.
Pues calla que ni siquiera estoy convencido de haber usado la palabra correcta.
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