Sunday, September 30, 2012

Esta semana he visto...









Para todo aquel que conozco la trayectoria artística de Jaime Rosales (no la llamaremos trayectoria profesional porque el hombre por lo visto no se dedica profesionalmente a esto) que el director catalán estrene una película llamada “Sueño y silencio” sólo puede sonar a broma o a ingenuidad, teniendo en cuenta las entrevistas en las que Rosales define su nuevo proyecto pienso que se trata más de lo segundo que de lo primero.

Las películas de Jaime Rosales (las cuatro que ha hecho) se caracterizan por una concepción del desarrollo dramático de la historia notablemente anti climático. Bueno, para ser claros, las películas de Jaime Rosales son aburridas pero, aparte el hecho de que el aburrimiento es una sensación que goza de excesiva mala fama (pareciera que la gente prefiere matar a sus hijos antes que aburrirse), tengo la sensación de que es un efecto no diré que buscado pero sí inevitable.

En “Las horas del día” (su película más académica en cuanto a las formas) el argumento giraba en torno a la vida vulgar de un individuo con la única excepción de que de vez en cuando asesinaba a alguien, en “La soledad” la mayor parte del metraje giraba igualmente en torno a la existencia de una mujer corriente que sufría un atentado casual. En “Tiro en la cabeza”, su película sin duda más radical, se desgranaba el recorrido absolutamente rutinario (e inevitablemente aburrido) de otro hombre que finalmente se revelaba como un terrorista (revelación expresada eso sí mediante una escena magistral en la que se escenificaba de forma escalofriante la transformación de una persona aparentemente normal en un fanático asesino).

En “Sueño y silencio” tenemos más de lo mismo, la película comienza con la descripción de la vida de una familia a través de una serie de estampas cotidianas hasta que una inesperada tragedia causa una transformación irreversible. Es un tipo de historia que se nos ha contado muchas veces, sin ir más lejos es exactamente el mismo argumento que la muy celebrada (y con razón) “La habitación del hijo” de Nani Moretti. La diferencia está en el estilo, la película de Moretti está filmada como un drama de corte clásico, “Sueño y silencio” abunda en la elipsis, el fuera de campo, diálogos improvisados, tomas únicas y en general un manera de hacer cine que espanta al espectador no iniciado y que incluso expulsa de la sala al espectador predispuesto (al inicio el metraje éramos seis en el patio de butacas y al encenderse las luces estaba yo más solo que un ocho).

Jaime Rosales es un cineasta de esos que nos gusta (a algunos) el hecho de su existencia pero de cuyas entregas resulta muy difícil disfrutar, así que, paradójicamente, la conclusión sería la misma que tras el visionado de otra película española reciente y en principio totalmente distinta a esta, me refiero a “Holmes y Watson, Madrid days” de José Luis Garci: en ambas producciones nos encontramos ante dos francotiradores que no se deben a nadie excepto a sus propios deseos y a los de sus admiradores y sólo eso ya resulta algo digno de alabanza.

Si acaso le reprocharía dos cosas al autor de la película que nos ocupa hoy: primero que un metraje de 112 minutos me parece pedirle demasiado a la complicidad del espectador, y segundo que puedo entender que los diálogos sean inaudibles cuando al fin y al cabo sabemos que los personajes están hablando de banalidades, pero no tanto cuando (en la segunda parte del filme) sabemos que están diciendo cosas que son importantes para el desarrollo del argumento, verdaderamente eran de agradecer las partes de la película en las que se hablaba en catalán y francés con subtítulos en español.             

3 Comments:

Blogger El Impenitente said...

Película aburrida de ciento doce minutos de duración con diálogos inaudibles. Sí, estoy a punto de ir a verla. Pero a punto, a punto.

9:25 AM  
Blogger SisterBoy said...

Reconozco que como publicista no tengo precio :(

10:49 AM  
Blogger Slim said...

yo también te hubiera esperado fuera...

11:29 AM  

Post a Comment

<< Home