Le vi morir.
Ha muerto Sven Hassel, uno de los pocos escritores de los
cuales me he leído todo lo que ha escrito, aunque fue una lectura más bien de
infancia y adolescencia. En efecto amigos, cuando otros niños leían a Enid
Blyton, a Roal Dahl y a Los Tres Investigadores yo me complacía en devorar una
serie de relatos que contenían unas descripciones increíblemente violentas de
combates, masacres, atrocidades y relaciones sexuales morbosas que tenían lugar
durante la Segunda Guerra Mundial.
No se puede decir que los padres tuvieran en aquélla época demasiado
cuidado con lo que leían sus hijos, de hecho la primera novela de Hassel que
llegó a mis manos fue un regalo de cumpleaños de mi padre por haber aprobado
cuarto de E.G.B. así que yo debía tener
ocho o nueve años. A partir de aquel
primer libro fueron llegando todos los demás (no en orden cronológico desde
luego, las novelas fueron escritas entre 1953 y 1985) hasta que leí el último
hará unos veinticinco años aproximadamente.
Sven Hassel era aparentemente un danés que se alistó en el ejército
alemán y combatió en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial a excepción
del de África del Norte en compañía de una serie de camaradas, todos
pertenecientes a un regimiento blindado disciplinario, lo que los convertía en
la práctica en una unidad de delincuentes armados. A pesar de su decidida
vocación anti belicista y anti nazi lo cierto es que (como suele suceder por
otro lado con todas las obras del mismo cariz) el efecto que se conseguía era
todo lo contrario y la de Hassel era una literatura muy popular entre los
jóvenes ultraderechistas y cuarteleros entre los que estudié en el instituto
(era un Instituto Militar) e influyó en alguna medida en la vocación castrense
de muchos de ellos.
Al igual que se señala el descubrimiento de que los Reyes
Magos son los padres como el del fin de la infancia (aunque a nivel particular
ese momento fue la caída en desgracia de José María Arconada) para mí el fin de
las fantasías de la adolescencia fue la sospecha de que las aventuras de Hassel
y compañía eran como mínimo una exageración a partir de una historia quizás
real (la del primer libro “La legión de los condenados”) cuyas anécdotas y
personajes fueron estirados y exprimidos hasta extraer un total de catorce
relatos. No era posible verificar en aquel momento dicha presunción ya que la
literatura exploitation era un género que sufría la ignorancia de la cultura
más convencional y era además una afición privada que se practicaba entre
lectores sin posibilidad de comunicarse entre sí, pero la constatación de que
algunos fragmentos de los libros de Hassel eran un plagio indisimulado de otras
obras antibelicistas más insignes (como “Sin novedad en el frente” o “Las
aventuras del bravo soldado Schweik”) y
la constatación de que las hazañas bélicas del 27 Regimiento Disciplinario
tenían lugar al mismo tiempo en dos escenarios bélicos diferentes ya eran
suficientes como para alimentar la, para mí, dolorosa sospecha.
Curiosamente con la llegada del mundo virtual tampoco ha
sido posible conocer el grado de veracidad de las historias narradas por
Hassel, todo son rumores de complicada confirmación (algunos de ellos ponen en
duda siquiera que Hassel haya realmente servido en el Ejercito Alemán), ni
siquiera la fuente periodística más fiable del país (representada para bien o
para mal por el periódico homónimo), ha sido capaz de establecer alguna certeza
sobre el hecho en el obituario dedicado hoy al escritor. Aunque para ser
sinceros tampoco es que sea un asunto sobre el que valga la pena investigar, lo
que al final nos quedará siempre es un grupo de novelas con vocación de
best-seller, pero dotadas de una narración ágil y vibrante, a menudo
terroríficamente violenta pero también en ocasiones extraordinariamente
divertida, pura literatura de evasión pero que yo sin embargo considero muy por
encima de la de otros escritores super ventas del estilo de Ken Follet u otros parecidos.
Eso sí, si tienes más de 15 años posiblemente es demasiado tarde para disfrutar
de las aventuras de la segunda sección de Willie Beier “El Viejo”.
11 Comments:
Me apunto la recomendación. Madre mía. Además de las series cómo se me acumulan las lecturas...
¿Que los Reyes Magos son los padres? ¡No jodas!
Sí que fue grande la caída en desgracia de Luis Miguel Arconada que hasta le cambiaron el nombre.
Yo nunca fui de Enyd Blyton y sí de Agatha Christie. Mis muertos eran menos salvajes que los tuyos.
Por lo demás, ¿qué más da que las historias de Sven Hassel sean reales o no? ¿En qué cambia?
Ahora me importa una higa pero entonces....me sentí como Dorita cuando cayó el teló y vio que el Mago de Oz era un mequetrefe.
nunca oi hablar de este señor. yo sí que era de enyd blyton. y de los hollister. los tres investigadores. guillermo el travieso. Puck. Katia. Los block. y unos gemelos que no me acuerdo muy bien.
que rabia no haber tenido acceso a estos! suenan la mar de interesantes.
En el rastro de cualquier ciudad estarán todos, es su destino natural :)
Uhm... yo como Slim. Aunque de Roald Dahl leí de bastante joven "Relatos de los inesperado" y me encantó. Sin embargo, no se porqué, no indagué más sobre el autor...
Para mí es el hombre que escribió "El super zorro"
Una noticia triste. Yo lo conocía por mi padre, que tiene todas sus novelas como un tesoro porque le recuerdan a su juventud. Las leyó entonces y a lo largo de los años le hemos ido regalando los libros para que juntara la colección
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Pues hay un peli que se hizo de "Los panzers de la muerte", me temo que será el último regalo relacionado con Sven
Jeje, ya la tiene. Yo por mi parte, el único libro que tengo de Sven Hassel(hoff) es Monte Cassino. Va siendo hora de homenajearle leyendo alguno más.
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