Visto y a veces no oído.
1. LA PERDICIÓN DE LOS HOMBRES
Película turca de ciento cincuenta minutos de duración.
Algunas personas podrían pasar lo primero pero no lo segundo, o viceversa, pero
la idea de la combinación de ambas está claro que produce cierta aprensión
incluso en cinéfilos curtidos como el que esto escribe.
Existe cierta tendencia a criticar la motivación de un
metraje tan excesivo – puesto en relación con los noventa minutos que suele
durar una producción media-, en ocasiones he compartido dicho criterio con según
qué película pero en este caso no podría hacer tal, puede ser que “Érase una
vez en Anatolia” dure mucho pero no hay en ella nada que sobre, todos y cada
uno de esos ciento cincuenta minutos antes mencionados tiene su justificación a
la hora de explicar la historia y el temperamento de los personajes que en ella
intervienen.
En cuanto al carácter turquesco del filme, tampoco es algo
que debiera influir en cualquier análisis del visionado de esta película,
porque lo que se cuenta es algo que hemos visto en muchas otras: puede suceder
en un campo nevado de Dakota del Norte (Fargo) o en un llano en llamas de
México (La perdición de los hombres): es la historia de un crimen rural, un
hecho vulgar, violento y grotesco, que sin embargo consigue retratar el ambiente
en el que se desarrolla y provoca diversas reacciones entre los que asisten al
pequeño drama haciendo que –algunos- se replanteen su lugar en un mundo en el
que se puede desaparecer súbitamente en medio de un resplandor de mediocridad.
En este caso se narra cómo una comitiva de funcionarios
judiciales, policías y soldados recorre las colinas de Anatolia en busca de la
victima de un crimen cometido por oscuros motivos. El cortejo transita de forma
estéril las desoladas regiones en busca del cadáver enterrado, un transito que
produce diversas reacciones entre los protagonistas del monótono vagabundear
aunque todas ellas giran principalmente en torno al cansancio, el hastío y la exasperación por un crimen
inescrutable y un procedimiento que parece no tener fin. Un inesperado arrebato
lírico en medio de este sórdido ambiente marca un punto de inflexión en el
desarrollo de la película que de la oscuridad (física y mental) de su primera
hora de metraje pasa a un retrato algo más costumbrista sin dejar a un lado
cierto tipo de reflexión filosófica que, por el contrario, podría aplicarse en
cualquier lugar del mundo y en cualquier época de la historia.
2. FENÓMENOS EXTRAÑOS
Los productores del “Calígula” de Tinto Brass decidieron
añadir una serie de insertos pornográficos a lo largo de todo el metraje con el
fin de estimular su visionado (era el año 1979, ustedes entenderán). Con la
última película de Isabel Coixet ocurre algo parecido.
El filme se ha vendido como una especie de metáfora sobre la
crisis en la que estamos inmersos desde hace siete años, sin embargo todo lo
que en la película tiene que ver con esta cuestión (el ambiente político-social
mostrado a través de noticieros y titulares de periódicos así como las
referencias que al tema hacen los dos únicos personajes protagonistas) resulta
obvio, forzado, desagradable y además da la sensación de ser un añadido al
guión original con la idea (o al menos esa la impresión que se transmite) de
dotar al filme de un valor añadido que en el fondo nada tiene que ver con lo
que en realidad se quiere contar.
Lo curioso es que la película va ganando a medida que se
despoja progresivamente de todo este incomodo
bagaje y se acerca a lo que posiblemente debió ser en su origen: la historia de
una pareja que tras una prolongada separación (provocada por un trágico suceso)
se reúne para ajustar una larga serie de cuentas pendientes, así pues podríamos
resumir rápidamente esta película como una historia que fracasa en lo simbólico
y triunfa en lo íntimo y personal. Bueno quizás la palabra “triunfar” sea un
poco excesiva dado que el principal lastre que arrastra la película, aparte del
ya mencionado, es la autoconsciente, teatral, excesiva y casi risible
interpretación de Candela Peña, sobre todo si se la compara con la sobria y
ajustada del siempre (desde los tiempos de “Ay Señor Señor” hasta nuestros días)
de Javier Cámara. No sé si Candela Peña es buena o mala profesional, no he
visto demasiadas películas de ella, pero desde luego en esta dan ganas de que
parte del rocoso decorado del filme le caiga en la cabeza, pero hay que decir
que también hay momentos en los que su trabajo resulta sobresaliente, son esos
en los que la actriz se olvida de actuar y se pone a actuar (yo tampoco lo
entiendo).
3. TATA GUGU
“Nana” es básicamente 60 minutos de una nena de 5 años
haciendo sus monerías. Nada que objetar, la película al final resulta un
ejercicio agradable de ver en sí misma, pero intentar encontrar algún sentido
simbólico (como el que podría ser la repetición de los primitivos rituales
campestres de los adultos) a esta versión ampliada y mejorada de un vídeo
doméstico es un ejercicio destinado al fracaso.
4. EL SÍNDROME DE ULISES
Entre “Malas Tierras” (su primer largometraje) y “Días de
cielo” Terence Malick dejo pasar cinco años, su siguiente filme, “La delgada
línea roja”, tardó diez años en estrenarse, luego pasaron otros siete años
hasta que llegó “El nuevo mundo”, y más tarde
seis años más hasta que se presentó “El árbol de la vida”.
El hecho de que “sólo” un año después de su último estreno
(y hay noticias de otros tres filmes en post producción lo que a lo mejor
simplemente nos indica que el señor Malick ha caído en la cuenta de que la vida
es muy corta) se haya presentado asimismo un nuevo proyecto, unido al hecho de
que dicho nuevo proyecto “sólo” duraba 112 minutos (cuando la medía de sus tres
últimas producciones era de 148) hizo que la comunidad cinéfila se amoscara un
poco ante la llegada de “To the wonder”.
Estaba claro que tras alcanzar la excelencia con “El árbol
de la vida” (opinión que comparto con algunos matices) no era fácil que en tan
poco tiempo los devotos de su cine soportaran una nueva obra maestra
trascendental, porque precisamente las objeciones a “To the wonder” no han
venido de los detractores de Malick (o más bien de los detractores del tipo de
cine que Malick representa) sino precisamente de aquellos que habían caído
subyugados por su anterior obra.
Antes que nada tengo que decir que mi opinión sobre la
película está forzosamente alterada por el hecho de que tuve que verla en
versión original y sin subtítulos, un esfuerzo inevitable si se tenía en cuenta
que los diálogos son, además de en inglés, en francés, español e italiano. En
cualquier otro filme esta circunstancia hubiese sido un serio hándicap pero lo
cierto es que si existe un estilo fílmico en el que lo visual esté por encima
de lo narrativo es precisamente el que practica Malick. Es posible que,
precisamente por esta circunstancia, no haya prestado demasiada atención a los
avatares sentimentales de los protagonistas de esta historia y sí más a un
cúmulo de sensaciones (potenciadas por las habilidades estilísticas de Malick
así como por su delicado uso de la banda sonora) que reflejan de un modo, que
para mí no tiene precedentes, la sensación de desamparo y extrañamiento de dos
personas forzadas a vivir en un ambiente que les es ajeno, incluso aunque el
resto de la película careciera de valores artísticos (que tampoco es el caso)
las imágenes de Marina (una joven francesa) y el padre Quintana (un sacerdote
de origen español) recorriendo con desconcierto (que resulta doble en el caso
del clérigo pues a la desazón del extranjero se une la progresiva pérdida de la
fe cristina) el paisaje aséptico (un mundo según Marina “limpio, honesto y
rico”) de las ciudades y praderas de Oklahoma harían que la experiencia de ver
esta película valiera la pena.
13 Comments:
¿Cómo que no la viste con subtítulos?? Pero si precisamente mi web de cabecera te lo presenta todo juntito y bien ordenadito... En resumen, que te quedas con la peli meramente por la estética... pues vaya. Para mí es brutal, pero como te dije en fb vacío y por tanto no me basta. (algún listo haría el símil con aquel gag de Woody Allen, respecto al sexo sin amor, pero es que personalmente ya nunca he estado de acuerdo con el chiste)
El resto no las he visto, si veo alguna será la de la Coixet, aunque me da cierta pereza...
Bueno para ser totalmente honestos había metido el archivo que me mandaste de subtítulos pero olvidé renombrarlo para que el archivo de vídeo lo identificara automáticamente. Pero es cierto que una vez constatado el hecho de que no estaban funcionando los subtítulos me pareció buena idea probar si era capaz de verla sin ayuda subtitular :)
Si no te gusta Candela Peña NO veas la de Coixet, si te gusta o, como a mí, te es indiferente dale un chance.
Sí me gusta, Javier Cámara también. Creo que funcionaron muy bien en Torremolinos 73 y seguro que aquí también. Si me da pereza es más por la Coixet que desde "La vida secreta de las palabras" no me ha gustado nada nuevo que he visto de ella.
No tenía ni idea de la existencia de esa película turca pero suena interesante, tomo nota.
La de “To the Wonder” la acabaré viendo porque me gusta Terrence Malick, incluso “El Árbol de la Vida”, no es mi favorita de las suyas pero me gustó, aunque he leído en varios sitios que si eres ateo no te puede gustar, será que me gusta llevar la contraria.
Con Isabel Coixet me pasa como con Fernando Trueba, me interesan sus películas pero luego los oigo hablar en entrevistas y tienen un aire de superioridad intelectual “gafapastil” que me echan para atrás. Pero lo cierto es que la acabaré viendo también.
Por cierto, un buen amigo me ha “conseguido” la serie “The Twilight Zone”. Ya llevo vistos los 30 primeros capítulos donde aparecen varios de tus “Pasos Vacilantes”. Espero el próximo paso con interés.
Un Saludo
¿Qué si eres ateo no te puede gustar "El árbol de la vida"? Pues menuda afirmación, es como decir que si no eres una sardina no te puede gustar "Buscando a Nemo", además no creo que se pueda afirmar que la película vaya de religión ni siquiera que Malick pueda ser un hombre religioso aunque sí que se interesa por el tema (como yo que soy más ateo que Atila).
Lo de la Coixet me parece más un disfraz que otra cosa, no puede ser que nadie sea así de verdad.
¡Enhorabuena! y bienvenido a la zona crepuscular, espero que ayudes a difundir el culto, es posible que la próxima entrega caiga el fin de semana.
jeje más ateo que Atila, me gusta esa expresión.
Yo tampoco he visto ninguna. pero sin duda me encuentro entre las personas a las que echaría para atras una peli turca+150 minutos de duración. Tampoco me gusta Coixet, en mi caso desde Mi vida sin mi (sólo me ha gustado esa). La Peña, ni fu ni fa. De hecho en aquella que te dije (En la ciudad) le dieron el Goya, y se lo tenian que haber dado...a Javier Cámara. que en esa peli se sale.
Yo me vuelvo loca sin subtítulos y tantos idiomas..solo te falta entender el Huno, si es que era un idioma :-)
Pues a pesar de su ateez Atila fue derrotado por el Papa no se cuantos así que no sé si he usado un buen ejemplo, tendré que buscarme otro.
Hola ¡
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Un abrazo, gracias.
Ana Marcela para demostrar que eres un ser humano di "Calasparra"
Calasparra.
Desconfía de los Gil.
Creo que sólo hubo un Papa derrotado en la historia, y ése fue el Papa Luna. Le ganó otro Papa. No hay constancia en Peñíscola de su ateísmo y sí de su añoranza por el poder perdido.
Y no pretenderás que Candela Peña hiciese una buena interpretación tan preocupadísima como está por la salud de su parentela.
¿Y no va a haber recordatorio de Alfredo Landa? Recordemos todos sobrecogidos el "lo he perfao por favor" (creo que ya le dedicaste una entrada en el pasado).
Por supuesto que habrá recordatario landista, espero tenerlo este fin de semana.
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