Comer, beber, matar
No suelo ver películas españolas salvo que se trate de alguna que venga dirigida por algún cineasta de prestigio (omitamos nombres) o que se trate de algún ejercicio de género poco habitual.
No voy a decir que el terrorismo sea un género cinematográfico en España. De hecho sorprende que, a pesar de estar considerado como uno de los problemas más graves del país y generar un enorme interés y preocupación a todos los niveles, haya sido un tema tan poco tratado en nuestro cine, al menos de forma directa.
No creo que “Todos estamos invitados” sirva para llenar ese hueco. De hecho al poco interés previo que ha generado se unirá un rápido olvido y todo ello además de forma merecida.
La historia principal gira en torno a un profesor universitario (José Coronado) amenazado por ETA por posicionamiento público en contra del terrorismo. Se trata de un argumento poderoso en sí mismo aunque por lo visto no lo suficiente como para que Manuel Gutiérrez Aragón (guionista junto con Ángeles González Sinde) decida centrarse en él. En su lugar el responsable de la película se dedica a alternar esta historia con otra increíblemente absurda en la que el anguloso Oscar Jaeneda interpreta a un terrorista que queda amnésico tras recibir un disparo.
La forma de relacionar estas dos tramas tratando de dotarlas de cierto paralelismo resulta un fracaso y la parte de Jaeneda no llega a ser nunca ni un complemento ni una alternativa la historia de Coronado resultado más bien un estorbo causado sobre todo por la negligente forma de presentar al personaje del que no se llega nunca a saber o tan siquiera intuir cuales son sus motivaciones. Y bueno, es una ley del cine que si no conoces a un personaje no tiene por qué importante su destino. Tampoco es que ayude demasiado la interpretación del joven actor catalán. De hecho tenía la impresión de que habían cometido un error en la sala de montaje y se habían colado en la película precisamente todas esas tomas falsas en la que los actores se dedican a bromear con sus compañeros de reparto mientras ensayan una escena.
Volviendo a la historia de Coronado hay que decir que tampoco se trata de un argumento bien desarrollado. No es un problema de que la narración de las experiencias que conforman la vida de un amenazado por el terrorismo no tenga un fondo de realidad. De hecho estoy convencido de que todas esas experiencias están directamente sacadas de la vida real (recuerdo haber leído sobre la conversación de “las ultimas cocochas que te vas a comer en tu vida” o sobre el episodio de las 47 llaves) pero eso tampoco garantiza nada. El problema es como se las presentes al espectador y la poca habilidad de Gutiérrez Aragón (manifestada sobre todo en esa chapucera forma de hacer avanzar la historia de forma apresurada y discontinua como si hubiera que hacerle sitio a la gilipollez del etarra tontaina) consigue que no resulte demasiado emocionante nada de lo que le ocurre al personaje interpretado por Coronado a quien, por añadidura, no le queda demasiado bien el papel que le han dado. Mención aparte merece esa novia del protagonista que resulta ser italiana aunque no entiendo por qué ni para qué. Podría tratarse del clásico personaje outsider con el cual pueden identificarse los espectadores que no estén familiarizados con una determinada situación política o social expresada en una película pero eso tendrá que aclarármelo alguien.
En resumen una película fallida en sus intenciones y también bastante ridícula en sus resultados. Habrá que seguir esperando.
Para no echarlo todo a la basura mencionar algunos aspectos positivos, entre ellos algunas escenas afortunadas (como la del curso de protección contra atentados que reciben los perseguidos por ETA por más que esta escena sea introducida a trompicones como casi todas las demás) o esas bonitas estampas de la geografía urbana donostierra (porque la ciudad que se muestra es San Sebastián ¿no?) y sobre todo esa llamativa presencia durante todo el metraje de la gastronomía vasca como si fuese este un aspecto a incluir entre los muchos que definen el conflicto del norte. También me convencieron los actores que interpretaban a los terroristas aunque es curioso que dichos personajes podrían resultar paródicos si no supiéramos a ciencia cierta (a través de la abundante documentación visual al respecto) que son esas precisamente las pintas que llevan en especial la chica que es una perfecta representación de la típica perra etarra.
12 Comments:
Deduzco que los de peluquería se han esmerado con los peinados jarrai.
que asco dan esos peinados. Me recuerdan a los que llevan las responsables del EAIA. brrrrrrr menudo escalofrio.
Ya les digo, al menos la caracterización jarrai es impecable.
El personaje que interpreta Oscar Jaenada existió de verdad. Otra cosa es el tratamiento que le hayan dado Gutierrez Aragón y nuestra querida presidenta de la Academia.
Dexter como en ocasiones la realidad no es realista
Hola! Yo vi la peli y, la verdad, me pareció tan emocional, que no hubiera sido capaz de analizarla de esta manera. Estoy de acuerdo en gran parte de lo que dices, sobre todo en lo de que las historias no acaban de estar bien intrincadas, pero no en todo.
Por ejemplo, lo de la italiana yo creo que es un recurso -ramplón por otra parte- para mostrar cómo alguien que llega de lejos, totalmente ajeno y tal, puede enamorarse de "ese país" y tal, no querer irse, echar huevos... etc...
Para mí, la mejor escena es cuando Coronado va a la última comida y se cruza con Iñaki Miramón conduciendo su coche. No se dicen nada, pero se percibe miedo y maldad. También, cuando lo de las cocochas y el "¿Lo habéis oído?" que pregunta el profesor tan impotentemente.
Lo más importante que quería decirte: La presencia de la gastronomía no es que defina el conflicto del norte, es que define al Norte, y más concretamente a País Vasco y, en menor medida, Navarra. En Euskadi, el amor a la buena mesa es un fundamental nexo de unión entre la gente, se sea de la tendencia política que se sea. Como, por ejemplo, lo es en menor medida -pero en una medida altamente considerable- el Athletic de Bilbao en Vizcaya. Los círculos gastronómicos reunen, como se ve en la película, a gente de diferentes tendencias en torno a un objetivo común: lograr la excelencia de una merluza o de un bacalao.
No está mal haber utilizado este tema; está bien traída aquí la intransigencia del abogado abertzale al hacer cualquier cosa por conseguir la comida para la cena que él organiza. Y también sirve para escenificar de una manera muy tangible cómo un pueblo con tanta capacidad para el hedonismo, para la fiesta (la Semana Grande donostiarra donde matan al profesor), para hacer cosas bonitas y buenas, es capaz de perder tiempo con las bobadas del independentismo abertzale.
Como hablo con mis amigos de allí, pues que no lo entendemos... que mira que hay cosas que hacer por allá... Pues eso muestra un poco la película.
Siento haberme enrollado tanto.
Hola Isaac te doy la bienvenida al blog ya que no recuerdo haberte visto antes po aquí.
El personaje de la novia italiana es lo que yo llamo "el representante del espectador no habituado" es decir un personaje que al ser extranjero necesita que se le expliquen varias cosas que el espectador vasco (y por extensión el del resto de España) ya sabe de sobra. No me parece un mal recurso pero sinceramente me pareció un poco ridículo la forma en que se llevó a cabo. Vanessa Incontrada tengo entendido que es hispano italiana pero la verdad es que no daba la sensación de ser una italiana que vive en España sino de una española que a veces habla en italiano.
Como digo en el comentario el aspecto gastronómico de la pelicula me pareció el más interesante y también el más novedoso por sí mismo y por su relación con la historia (esa discusión sobre el azafrán en la sopa entre Miramon y otro de los cofrades por ejemplo).
Yo creo que el fallo esta en dividir la historia en dos tramas paralelas que además de estar mal ensambladas resulta que una de ellas es bastante mala y además está mal interpretada (la de Jaeneda me refiero). Yo hubierap preferido simplemente la historia de la cotidianeidad de un hombre amenazado por ETA que por sí sola es un argumento que da para mucho y además es digno de contarse
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Es que es lo que yo iba a ver. Al llegar al cine y ver en el cartel a Jaenada, no entendí muy bien.
Perdona. Entendí mal lo de la gastronomía.
Y sí que he pasado varias veces, pero normalmente no tengo nada que añadir, que aportar, vaya...
-que asco dan esos peinados. Me recuerdan a los que llevan las responsables del EAIA. brrrrrrr menudo escalofrio-
Y que asco dan los tipos esos tan repeinaos y tan fachas del PP.
Me recuerdan a Franco
Me pregunto si EAIA significa Equipos de Atención a la Infancia y Adolescencia que es lo que te aparece cuando pones esas siglas en el Google, ya nos diras
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