No hay libertad ni para dejar de ser libre
Sucedió el pasado mes de Agosto -concretamente el día dos- en la localidad madrileña de Majadahonda. Aquel día a eso de las dos de la tarde Jesús Neira, profesor de Teoría del Estado en la Universidad Camilo José Cela y colaborador de ABC Y Punto Radio, se dirigía al hotel Majadahonda para tomar algo cuando observó una discusión violenta, presuntamente con agresiones de por medio, entre una pareja. Neira se acercó a ellos y reprochó al hombre su conducta, se produjo entonces una discusión durante la cual el profesor manifestó su intención de llamar a la policía. A continuación entró en el vestíbulo del hotel donde fue derribado de un puñetazo y, según algunas versiones, golpeado después mientras permanecía en el suelo. Parte del incidente se puede apreciar en este video.
Cuatro días más tarde Jesús Neira sufrió un derrame cerebral y entró en un coma en el que todavía permanece. La noticia ha tenido bastante difusión, aparte de por el mes en el que tuvo lugar, por la condición de la victima (se le menciona continuamente como “Profesor Neira” lo que nos lleva a la triste conclusión de que si el pobre hombre hubiera sido mecánico tornero la cosa no hubiera ido tan lejos) pero sobre todo por el comportamiento que ha tenido posteriormente la mujer a la que pretendía defender.
De este caso me gustaría comentar un par de cosas. La primera de ellas tiene que ver con la agresión en sí.
Los asesinatos de mujeres a manos de sus maridos no son ninguna novedad y mucho menos en nuestro país. Pero siempre se habían mantenido en un segundo plano (a veces incluso en un plano inexistente) de la actualidad hasta que un suceso ocurrido en 1997 cambió las cosas. Este suceso fue el asesinato de Ana Orantes, una mujer quemada viva por su marido unos pocos días después de denunciar en un programa de televisión los abusos a los que la sometió ese hombre durante cuarenta años
Desde ese momento los oscuros uxoricidios que no solían destacar demasiado en las crónicas de noticias de ningún medio saltaron a la primera página y en diez años apenas han salido de allí. A partir de entonces se ha discutido mucho sobre el asunto, se ha llevado el tema al cine, a la música y a las series de televisión, se han hecho leyes, se han creado ministerios, juzgados, fiscalías y observatorios, y ni uno sólo de los asesinatos de mujeres que tuvieron lugar a continuación ha dejado de tener su hueco en las noticias. Hay que decir también que esos asesinatos han continuado a un ritmo uniforme y por lo que se ve imposible no ya de eliminar sino incluso de reducir. Lo que nos lleva una vez más a la conclusión de que a pesar de todo la presión colectiva que se ejerce para conseguir que algo malo no pase, ese algo malo va a seguir pasando, especialmente cuando hablamos de asesinatos. Aunque por supuesto entre hacer algo y no hacer nada es mejor siempre elegir lo primero.
Pero lo cierto es que todo ese esfuerzo combinado por implicar a la sociedad en la lucha contra la violencia machista ha provocado que la gente, a pesar de sus buenos deseos, actúe en ocasiones de forma muy poco prudente. Hace un año más o menos se produjo un incidente similar con resultados igualmente funestos: un estudiante que intentó también mediar en una disputa conyugal resultó muerto al ser golpeado por el agresor.
Vamos a ver si consigo explicarme con esto. En el mundo del crimen hay básicamente tres figuras: primero están los delincuentes, luego la policía y luego estamos el resto de la humanidad. En el argot criminal de los Estados Unidos a ese tercer grupo se le conoce como “ciudadanos”, “obreros” (workers) “pagadores de impuestos” o “clientes de Walt Mart”.
La mayor parte de nosotros, afortunadamente, no estamos acostumbrados a la violencia, ni a padecerla, ni mucho a menos a causarla. Antonio Puertas, el hombre que dejó a Neira en coma, es un individuo de ambiente marginal (por voluntad propia ya que es de familia adinerada), con antecedentes por robo, con problemas de alcoholismo y drogadicción y por todo ello, propenso a la violencia.
En estas circunstancias y salvo que la victima esté en un trance claro de morir o peligre gravemente su integridad física (dos cosas que según todos los indicios no estaban pasando en este incidente en cuestión) enfrentarse directamente a un individuo como Antonio Puertas es algo que casi nunca va a terminar bien y a veces, como en este caso, termina terriblemente mal. Nosotros los pagadores de impuestos no tenemos nada que hacer con gente así, nosotros debemos cruzar la calle y discretamente llamar por el móvil a personas que sepan tratar con el energúmeno. Neira hizo lo correcto según su conciencia de ciudadano o más bien lo que el entorno social espera que haga un ciudadano modelo, pero se equivocó porque a veces (o mejor dicho casi nunca) lo correcto y lo práctico no coinciden.
Pero como digo, para mí lo más destacable ha sucedido después cuando Violeta Santander, la mujer que estba siendo agredida según Neira, se ha descolgado con unas declaraciones (en Interview y posteriormente en el programa televisivo “La noria”) en las que no sólo no se mostraba agradecida por la intervención del profesor sino que incluso le consideraba en parte responsable de su propia desgracia
Según la versión de la mujer su novio había salido recientemente de un centro de desintoxicación y había pasado la noche anterior bebiendo y consumiendo cocaína. Cuando ambos estaban en el bar del hotel surgió una disputa sobre cuya intensidad existen discrepancias. Violeta sostiene que no estaba siendo agredida, pero es dudoso que Neira interviniera de no haberse producido al menos algún tipo de violencia física.
Lo cierto es, aparte de eso, la mujer ha elogiado la figura de su novio calificándole literalmente de “afable, educado y amistoso” aparte de manifestar que no considera a Neira ningún héroe y que no tenia nada de que defenderla porque no estaba siendo victima de ninguna situación violenta. Tras estas declaraciones todo el mundo ha puesto a esa mujer –de forma más o menos directa- de perra-puta para arriba.
Creo que en este caso hay varias causas que pueden explicar esta reacción aunque básicamente el problema es que se produce una ruptura de la imagen estándar que se tiene sobre una relación de pareja en la que se produce algún tipo de violencia familiar. En esta visión, que no dudo que puede ser la que corresponda a la mayoría de los casos, no se concibe la idea de que una presunta victima niegue o disculpe una agresión e incluso arremeta contra alguien que pretendía defenderla de dicha agresión.
El resultado es que esta mujer (en ese programa y en otros por el estilo) ha sido definida como victima del síndrome de Estocolmo, es decir, una persona que ha desarrollado una fuerte dependencia afectiva por un hombre con problemas mentales y de drogadicción y que por lo tanto disculpa sus agresiones o incluso miente de forma inconsciente cuando rechaza su condición de maltratada. En definitiva NO ES POSIBLE OTRA EXPLICACIÓN más que la de que esa mujer no está bien de la cabeza.
Uno de los conceptos que más me han chocado siempre en esta sociedad tan intervencionista (en lo que se refiere a establecer una única forma correcta de comportarse y de pensar respecto a según qué temas) es el de que alguien tenga que ser defendido aún en contra de su propia voluntad. Creo que incluso cuando se estudiaba el proyecto de Ley contra la Violencia de Género se contemplaba asimismo la posibilidad de actuar de oficio en el caso de mujeres maltratados (generalmente la actuación de oficio se lleva a cabo sobre menores o incapacitados) que no denunciaran de motu propio a sus agresores. No sé si esto al final se llevó a cabo. Y no sé si es algo que convendría hacer teniendo en cuanta las circunstancias que se dan en algunas de esos casos de violencia domestica. Solo sé que la idea me resulta inquietante.
Violeta y Antonio no son una pareja modelo, eso está claro. Han elegido una forma de relacionarse muy apartada de la que se entiende como convencional, sobre todo en el caso de Violeta que sigue siendo considerada –a su pesar- la victima de dicha relación. Me resulta difícil ponerme en la mente de nadie y menos en la de esta clase de personas pero haciendo un esfuerzo pienso que quizás Violeta haya llegado simplemente a la conclusión de que una intervención no solicitada ni deseada en una disputa de pareja ha dado como resultado que hay un hombre en coma y otro en la cárcel quien sabe por cuanto tiempo. La cuestión es si alguien de forma totalmente voluntaria (y nada hace pensar que no haya sido así) está en su derecho de entablar una relación de este tipo, incluso con violencia de por medio. Según como yo entiendo el libre albedrío mi respuesta es que sí. Creo que cada uno debe ser libre para hacer lo que quiera incluso en contra de su propio interés (o de lo que generalmente se entienda por su propio interés) ya sea juntarse con un maltratador, arrojarse por un precipicio, inyectarse heroína o darse con un martillo en el pié.
En cuanto a Antonio Puerta, no soy un experto en leyes pero creo que su caso podría calificarse de homicidio culposo o involuntario, seguramente no quería causar la muerte de la victima pero está claro que su intervención directa ha provocado que un hombre se esté debatiendo entre la vida y la muerte. Que pague por ello pero que pague por el daño causado a Jesús Neira, no al “Profesor” Neira ni a un símbolo de la lucha contra la violencia domestica creado por una opinión pública que exige a la gente que se comporte, contra toda lógica, como si fueran protagonistas de una tele serie.
20 Comments:
Iba a escribir un largo comentario sobre el tema de los malos tratos que venía a decir que, en resumen, me importan un pimiento. Me importan como ejemplo del "mundo falocéntrico en el que vivimos" y tal, pero vamos, el que una mujer se meta en una relación autodestructiva (o ajenodestructiva) y aguante con un novio que la anula física y moralmente, la verdad es que a mí, como ciudadana/worker, me la suda tanto como me la puede sudar que dos hermanos se maten por la herencia de su padre.
Creo que en este tema súperespinoso hay tantas salvedades y teorías contradictorias que no se puede estar seguro de nada, pero en esencia creo que tienes razón con lo que dices.
Yo sólo digo que a menudo la gente no se amolda a la idea que la sociedad progresista y buentalantista ha establecido como ideal. Y eso es una realidad que tenemos que admitir.
Que te voy a contar yo del tema...
El sindrome de estocolmo existe y no sólo eso. El sindrome de verduga tambien.
A veces tambien hay quien confunde amor con violencia y aunque parezca una varvaridad hay quien disfruta si su hombre o mujer les pegan. Es como si se lo merecieran o les quisieran más. Increible pero cierto.
La cuestión es si la gente tiene libertad para elegir su propia esclavitud ¿la tiene? ¿deberia tenerla?.
Pues es complicado.
Libertad para elegir nuestra propia esclavitud la tenemos. ¿Quién debe fijar los límites de esa libertad? La sociedad. ¿Es fiable la sociedad? No ¿Es manipulable la sociedad? Es sencillísimo manipularla. ¿Qué está bien o qué está mal? Depende. ¿Existe una fórmula ideal? No, pues estaría llena de contraejemplos válidos.
Repito muchas veces aquella cita de un personaje de Balzac, Vautrin, que afirmaba que "no existen los principios, sólo las circustancias". Tengo amigos anulados psicológicamente por sus mujeres. Todavía, que yo sepa, no han sido castigados físicamente, pero son unos peleles o, como siempre se ha dicho, unos calzonazos. ¿Debiera actuar el Estado de oficio? ¿Y por qué no? Si mi cría, como ha hecho este mediodía, coge unas pinturas y pinta una puerta, si yo llego y la regaño y le doy un azote igual el departamento estatal de me la cojo con papel de fumar me retira la patria potestad.
Vamos, que no he dicho nada, aunque estás discusiones bizantinas son bonitas per se, en sí mismas, aunque, al final, nos quedábamos como estábamos. Necesitamos carnaza para consumir, y si no es el Prestige es el cambio climático o los perros asesinos o Madeleine o el tarugo innombrable y la Selección o los accidentes de avión o si la Duquesa de Alba se casa o no.
No me jodas que se casa la duquesa de Alba... será su biznieta, ¿no?
Pues no, es ella. Tenía planes de boda con un funcionario de cincuenta y tantos. Pero los hijos la atajaron supongo que por miedo a que el tipo fuera un listillo que quisiera echarle mano a la jugosa herencia.
Así como antes se decía que una ardilla podía cruzar la península sin bajarse de un árbol ahora se dice que la Duquesa de Alba podría cruzar la península sin salir nunca de alguna de sus fincas. ¿Jugosa herencia? ¿Un cazafortunas? ¿Una abuela chocha de cien mil años? Qué mal pensados sois. Era amor verdadero que dirían los yanquis.
Eso de las propiedades de la duquesa de Alba me recuerda un tema que me he dedicado a meditar este verano (y que no tiene absolutamente nada que ver con el tema del post, pero como sisterboy tiene paciencia, yo me aprovecho :D): si vosotros fuerais los Martínez Bordiu y hubierais heredado el Pazo de Meirás, amable y simpático 'regalo' de la Diputación de La Coruña al dictador poco tiempo después de finaizada la guerra, ¿no trataríais de disimular y resultar discretos, no vaya a ser que al gobierno español (o gallego) de turno se le hinchen las narices y ponga a un abogado del Estado a recurrir aquel 'amable regalito' de entonces y, en consecuencia, los títulos de propiedad actuales? Pues no. Ahí están los Martínez Bordiu desafiando a la dirección general de Patrimonio Histórico e impidiendo la entrada de inspectores en su pazo (que tienen que entrar, porque está declarado monumento nacional). Me cuesta ponerme en la mente de quien con tanta chulería concibe y defiende como indiscutiblemente propia una finca obtenida en esas condiciones.
Ha sido a raíz de la duquesa de Alba, lo juro, aunque sea pasando por los cerros de Úbeda :D.
Que lo use Zapaero de residencia de verano como hizo Felipe Gonzalez con el yate Azor
Pero qué bien escribes. De acuerdo en todo lo que dices. Por supuesto que todos tenemos derecho a elegir nuestra propia esclavitud o algo que sea nocivo para nuestra integridad física o psíquica, independientemente de lo que la sociedad establezca como correcto.
Y por supuesto también, que el resto de personas que conformamos esa sociedad tenemos derecho a llamar gilipollas o poner de perra-puta para arriba a esa persona que ha elegido su propia esclavitud, que para algo este es un mundo libre y uno se queda tan a gusto soltando tacos.
P.D.: Debut de Bojan. Espero que escribas algo en el blog de futbol.
También me quedo yo boquiabierta por lo bien que te expresas, no porque piense que eres incapaz, todo lo contrario, lo demuestras en cada entrada que publicas, si no porque soy totalmente incompetente a la hora de escribir con tanta exactitud lo que quiero decir, que se me entienda (y no malinterprete), que no falte ni sobre una palabra en el texto. Luego está el contenido, si lo comparto más o menos contigo. Y sabes que en general comparto tus opiniones.
Vale, después de agasajarte un rato, vayos al tema:
Si alguien ve dos tíos peleándose en la calle, lo más probable es que nadie intervenga. Si por el contrario, un hombre y una mujer discuten habrá algún osado que crea conveniente salvar a la dama en apuros por desventaja y debilidad por parte de esta. Visto así, ¿Luego se pretende erradicar el machismo? Tal vez sea un ejemplo desafortunado, sobretodo para muchas víctimas de maltratos que pudieran leer esto y se sintieran desamparadas, pero como digo, es un ejemplo de que las cosas se pueden ver desde distintos puntos de vista.
Resulta que ella, la supuesta maltratada, declara que ni estaba siéndolo ni necesitaba ayuda, correcto pues que pida respeto pero oye, a mi parecer lo pierde todo cuando el Sr Neira debería poder también tener el derecho a pensar que o bien se equivoco al prestar ayuda no reclamada, o seguir pensando que actuó correctamente porque de haber sido verdad que se trataba de una mujer en problemas, la habría ayudado. Todo se hubiera resulto de haber permitido que Neira llamase a la policía, esta se presentase en el lugar y aclarasen los hechos. Pero el santo del novio de esta mujer, inducido por sus impulsos salvajes e icontrolables se avalanzó contra la persona que pretendía interponerse en sus asuntos propios (si viviéramos en las cavernas todavía tendría una excusa semejante actitud, pero estamos en otro tipo de sociedad, por si alguien no se ha dado cuenta). Así que, independientemente de la forma que cada cual conciba la forma de relacionarse con su pareja, a nadie le da derecho golpear a otra persona hasta causarle un coma (es probable que no fuera esta la intención de Puertas, pero cada acto tiene sus consecuencias y debemos ser capaces de asumirlas), así como amenazar a alguien que está en plena discusión violenta de llamar a la policía es de lo más estúpido, como tú dices, te alejas y una vez fuera del perímetro alertas a las autoridades pertinentes, eso es lo más sensato.
Así que esto es como aquel juego de buscar responsabilidades sobre un crimen, y en este caso, ¿Quien sería el responsable? ¿¿¿El que golpea llevado por la furia, la que defiende al violento y alega no ser víctima ni necesitar ayuda y consiente este tipo de relación, el que ayuda sin que se le pida de antemano metiéndose en dónde no le llaman???
Si se ha hablado tanto del tema, no creo que sea por ser profesor, creo que el mismo trato le hubieran dado de tratarse de un albañil, por poner un ejemplo, y sí por darse en el mes de agosto, en que las noticias parecen escasear. Además de el hecho diferencial de que, a un caso atribuido por la sociedad como heroico, la supuesta rescatada deja de inútil hazaña con sus declaraciones la realizada por el héroe y con el agravante de que este se encuentre en estado crítico.
dificil dilema el que planteas. Cada caso es un mundo, y es imposible generalizar.
Lo que da pena que quede tan mal parado el heroe anonimo que salva al debil del malo de turno.nuestros heroes de niñez. el caso es que en parejas es dificil intervenir por que efectivamente hay muchos factores. puede ser que sea un hombre malo, pero es " mi hombre malo"
No lo había visto desde ese punto de vista Pi (me refiero a lo que cuentas en tú segundo párrafo). Gracias por la aportación.
Una de las mejores decisiones que he tomado conscientemente en mi vida ha sido la de no consumir noticias. Fue hace unos meses, y decidí que ya estaba bien. No quiero saber cosas como esta. No quiero saber que ha habido un accidente de avión, ni que el país entra en recesión ni que el Euribor emprende veloz carrera camino del 7%. Ni siquiera me interesa ya el debú de Bojan.
Como pueden comprobar, no es fácil mantenerse al margen de las noticias. Siempre se acaban colando. Pero les aseguro que VIVO MUCHÍSIMO MEJOR desde que tomé esa decisión. He dejado de ver los telediarios (y, a excepción de algún evento deportivo, la tele), he dejado de leer los periódicos (¡no sé qué hacer por las mañanas cuando llego al trabajo!) y, por supuesto, he dejado de leer blogs. Sólo dos excepciones: sisterboydrama.blogspot.com y la columna diaria de Manuel Alcántara (me temo que a este ya no le quedan muchas por escribir, según el mismo se encarga de recordarnos).
Me pasa algo parecido a "ra está en la aldea" en cuanto que me importa un pimiento el tema de los malos tratos, y tantos otros. Al princio tuve que obligarme a que me importaran un pito (si lo comentas así en una tertulia de amigos te mirar raro), pero con el tiempo he logrado que me la suden casi todas las noticias.
Recientemente he estado 3 semanas de viaje por Europa y ha sido perfecto. Llamaba poco a España, y por lo tanto he sido impermeable casi por completo a las noticias. Volver al mundo real, a la vida diaria, ha sido duro no sólo por comprobar que sigo siendo un "lemming", sino porque escucho noticias (aunque sea en conversaciones de desayuno en el bar) y sé cosas que no quiero saber.
Yo no quiero saber que un fulano casi se carga a otro de un mamporro y su novia pasa del tema. No quiero reflexionar sobre lo que eso significa ni sobre qué sociedad tenemos montada. Saber estas cosas, así como la gran mayoría de las noticias, sólo me aportan inquietud y miedo. Prefiero leerme un capítulo del Quijote, prefiero ver "The king of kong", prefiero el cine, prefiero un millón de cosas, suficientes en cualquier caso para no dejar ni el más mínimo hueco a las noticias.
Estoy de acuerdo con 3'14 en que sisterboy tiene la rarísima cualidad de expresarse con exactitud matemática. Al igual que ella, yo también tengo problemas para expresarme sin ser malinterpretado (la de riñas que habría podido evitar si no tuviera esos problemas), así que espero no haberla cagado en este comentario.
sisterboy, entenderé que me des el pasaporte al blog de los comentarios suprimidos. Por tostón (y off topic). En serio.
Aqui estan permitidos todos los comentarios excepto
a) Spam comercial (salvo que me paguen un porcentaje)
b) Insultos graves (como papahuevo, cagalitroso o cacho queso)
Confieso que la idea de no escuchar noticias resulta tentadora pero nunca he podido hacerlo. Aunque recuerdo que durante muchos años (y por motivos de trabajo) tuve dificultades para ver los telediarios del mediodia y la tarde noche y me nutrí durante todo ese tiempo de los breves y asépticos informativos de Euronews (incluyendo aquella excelente sección en la que pasaban imágenes de noticias sin ni un solo comentario). Fue algo bastante saludable.
Pero al fin y al cabo la cuestión principal no es ver o no ver televisión basura. Loa cuestión principal es verla sabiendo que lo es.
Una de las mayores enseñanzas que se sacan de las peleas del recreo es que el que separa se lleva las hostias.
No había visto fotos de los implicados pero viendo al tal Puerta no sé que se le pudo pasar por la cabeza a Neira para ponerse a tiro de semejante cachocarne, por mucha mujer en apuros que hubiera.
En los casos de maltrato como en tantos otros me cansa el tema de pedir leyes como si fueran la panacea. Parece que nadie se entera de que solo sirven para castigar al que las incumple no para evitar nada, y más en temas pasionales o sexuales. Es como hacer una ley contra los huracanes.
El problema no está ni siquiera en hacer leyes sino en que estas se cumplan. Así se crean juzgados de violencia contra la mujer en donde hay miles de ordenes de alejamiento y de protección que no se puden ejecutar por falta de medios.
Pero es lo mismo, una orden de alejamiento es un trozo de papel. Necesitarías un poli al lado de cada delincuente para confirmar que cumple. Porque para acercarte a alguien y darle un puñalada no es que se necesite mucho rato.
Esta noche por lo visto segunda comparecencia de Violeta. Ya me contarán que tal porque yo estaré en el cine
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