Saturday, April 28, 2012

Nosaltres no som d´eixe món

Disculpen lectores no-futboleros la intromisión en el blog #1 de una entrada balompédica, una afición para la que precisamente había yo creado el blog #2 con objeto de no atormentar al colectivo antes mencionado con esta obsesión tan machacona. Pero lo cierto es que la crisis de ideas que afecta al blog #1 y que ha motivado estos largos silencios (desde que se fundó este antro hace ya seis años nunca, salvo por motivos de fuerza mayor, había pasado más de una semana sin una actualización) obliga a echar mano de algunos recursos que habíamos desechado hace mucho (demonios, estoy pensando en volver a recuperar las recomendaciones televisivas semanales). Además el tema de hoy escapa un poco de los aspectos puramente futbolísticos. Como sabrán todos ustedes ya, pertenezcan o no al “ambiente”, Pep Guardiola ha decidido abandonar el Barça después de protagonizar cuatro años que, si viviéramos en Estados Unidos o en Inglaterra darían, lugar en el futuro a alguna película inolvidable.
Pero estamos en España, y además estamos en el mundo del fútbol, un lugar donde escribir bien tu propio nombre ya te garantiza ser acusado de “intelectual”. Según se desprende de sus propias palabras, Pep se marcha agotado por la insoportable presión que supone entrenar a un equipo como el Barça. Es una reflexión perfectamente comprensible, pero yo añadiría más, ser cualquier cosa en el mundo del fútbol español supone ya una presión razonable, incluso un recogepelotas o el operario de un marcador electrónico pueden ser algún día señalados por el dedo acusador. Pero ser por añadidura el entrenador del F.C. Barcelona (equipo odiado por media España al igual que la otra media odia al Real Madrid), catalán de pura cepa (en un país en el que existe un profundo anticatalanismo por razones demasiado complejas para explicarlas ahora o nunca), además de un tipo con un aspecto de lo más postinero (en un mundo presidido por el look cabrerizo a lo David Vidal o la variación “viejo viruelas” de Luis Aragones o Javier Clemente) y por si fuera poco ser además capaz de hablar saliéndose un poco del tono “yonoseporqueelmisternomeponeenlosparitdosporqueyoenlosentrenamientosmedeslomo” supone ya poseer demasiadas características odiosas para el país del “que inventen ellos” y del “vivan las caenas”. No es de extrañar que Pep se haya acabado quemando, habría que ser muy resistente o mejor aun un hijoputa muy resistente para soportar todo el rosario de inquinas que se le han dedicado a todos los niveles (incluyendo niveles subterráneos de su propio entorno lo que es todavía más doloroso), y Guardiola no parece estar hecho de esa pasta. Y para los que le han atacado durante todos estos años, pretendiendo que su cuidada imagen pública no era sino un acto de hipocresía, sólo decir que incluso aunque esa afirmación fuese cierta yo personalmente siempre he preferido la hipocresía que se oculta bajo las buenas formas que el más sincero y descarnado ejercicio de taruguismo. Así pues tras meses de especulaciones variadas parece que el auténtico motivo de la retirada del mejor entrenador de la historia del barcelonismo obedece simplemente el hombre ha terminado harto de este país de gilipollas.

Tuesday, April 17, 2012

La frase de la semana

The unspeakable in pursuit of the uneatable


Oscar Wilde hablando de la caza del zorro.

La primera vez que oí la frase la palabra "unspeakable" había sido traducida como "indescriptible", con lo que todo quedaba más o menos como "Lo indescriptible en persecución de lo incomible", mientras investigaba sobre la cita en el Google he visto la misma palabra traducida también como "incalificable", "indecible", "inexplicable" o "innombrable", dada la confusión existente he decidido poner la cita en su idioma original. Pero bueno, el caso es que la frasecita conecta que te cagas con la realidad nacional.

Wednesday, April 11, 2012

100 years after




Ya ha sido tremendo que sucediera el año en el que tiene lugar el centenario pero ¿no hubiera resultado encantador que hubiera pasado precisamente hoy? Bueno YA SÉ que no tiene nada de encantador porque ha muerto gente esto y lo otro pero ustedes me entienden.

La cuestión es que de haberse producido justo el día del aniversario hubiera sido un ejemplo aun más preclaro de que, por mucho que cambien el decorado la condición humana es más difícil de variar, prueba de ello es que con cien años de diferencia se puede decir que ambos buques se fueron al garete, más que por haber tenido la desgracia de tropezar con elementos materiales de mayor o menor solidez, por una mezcla de soberbia, intereses económicos y simple estupidez. Eso sí, se me hace muy difícil imaginar a don Edward John Smith comportándose igual que ese capitano de chicha y nabo digno de un episodio de Benny Hill, a ese respecto sí que es posible que hayamos perdido algo en el transcurso de esta centuria.





Monday, April 02, 2012

Mi gran boda zombi



Siempre que una obra de arte (literaria, musical o cinematográfica) aparece firmada por los nombres de dos autores se plantea la cuestión de cual es la proporción en la que el resultado final es achacable a cada uno de dichos autores, y si al dividirse del dúo mágico los resultados de cada uno de ellos por separado podrán equipararse a lo que hicieron en comandita. Por poner algunos ejemplos ¿Se considera que tuvieron el mismo éxito artístico y económico por separado Dominique Lapierre y Larry Collins? ¿Y Michael Powell y Emeric Pressburger? ¿Y George Michael y Andrew Ridgeley?, bueno en este último caso la respuesta a la cuestión sería demasiado sencilla de contestar pero he citado los tres primeros ejemplos que se me han venido a la cabeza. En el caso que hoy nos preocupa, el de Jaume Balaguero y Paco Plaza, la pregunta también es fácil de contestar: Paco Plaza ha hecho en solitario algo muy diferente de lo que hizo con Balaguero.




Como se recordará la acción de la REC original tenía lugar casi en su totalidad en un típico edificio de viviendas del centro de Barcelona, un hecho que tenía en la trama un peso tan decisivo como el que tenía el propio argumento. Después del impresionante éxito de la película, y cuando se anunció que sería el título seminal de una saga de filmes del mismo subgénero, tenía la sensación de que las sucesivas entregas de dicha saga harían referencia a otros aspectos de la sociedad española, en la primera película el drama se desarrollaba, como hemos dicho, en un edificio de viviendas ¿se emplearían con posterioridad otros escenarios de la vida social como el trabajo, la calles del centro de la ciudad, los centros comerciales…haciendo, como se había hecho en la primera película, que dichos escenarios se convirtieran en parte fundamental de la trama?.

El estreno de REC 2 supuso una pequeña decepción en cuanto a esas expectativas y también en cuanto a la propia película considerada de forma independiente. La secuela no conseguía transmitir la misma sensación de ansiedad que la primera película (en parte debido a la multiplicidad de puntos de vista en contraste con el punto de vista único de la primera entrega, como se comentó en su día) y se cometía el error de centrar el argumento en analizar el origen del fenómeno, algo que suele ser la parte más débil de la trama de todas estas historias, en definitiva la película perdía mucho porque, pese que ocurría en el mismo espació físico que la primera, lo que ocurría en ella y a los que en ella participaban ya no nos interesaba tanto.




Hace ya bastantes meses un inteligente teaser de la nueva película de la serie volvió a capturar nuestra atención al presentarnos otro nuevo escenario, en esta ocasión el de una boda, y todo el mundo sabe que dichas ceremonias pueden ser caldo de cultivo de los horrores más ignotos.





Como se ha anticipado con anterioridad (y posiblemente por propia voluntad de Paco Plaza que quizás quería reafirmar así su autoría, quien sabe si por tener la sensación de que su nombre era el que menos salía a relucir cuando se mencionaba a los autores de las dos primeras películas), “REC 3” se distancia con notoriedad de sus predecesoras, la distancia se aprecia tanto en el fondo como en estilo aunque por lo que respecta a este último, Plaza tiene al menos la elegancia de hacer un homenaje y despedida a la conocida técnica de filmación “cámara en mano” en un extenso prólogo que podríamos considerar además como lo mejor de la película.

A partir de ahí “REC 3” regresa a los postulados tradicionales de la narración cinematográfica pero además convierte el cuento de terror con elementos costumbrista de la primera “REC” en un sainete con aires de comedia negra a la española. No voy a gastar saliva (en este caso células epiteliales) lamentándome por ello, ha sido la forma en la que Plaza ha decidido marcar su territorio personal en cuanto a la realización y dentro de dicho territorio (por más que yo prefiera el estilo de los títulos anteriores de la saga) se pueden encontrar cosas de mucho valor. Lo primero es por supuesto el marco social en el que se desarrolla la acción, no en vano hemos dicho que son los primeros minutos de la película los más estimables. En la primigenia “REC” estoy convencido de que muchos espectadores comparaban a la fauna que componían los habitantes del edificio sitiado con los vecinos de su propio entorno urbano, en “REC 3” estoy igualmente seguro de que todos los que han acudido alguna vez a una boda (dudo de que existe alguien en España que no lo haya hecho) pasaran al menos un buen rato reconociendo los diferentes estereotipos que aparecen retratados en el filme, y este juego de identificación es algo que favorece la experiencia del visionado de la película. También es de señalar que los mencionados toques humorísticos y caricaturescos que abundan en la cinta están bastante logrados (si conseguimos sustraernos a la sensación de que no era eso lo que esperábamos ver) y que por otro lado no se descuidan los elementos terroríficos (en concreto el “zombie 0” de esta película es posiblemente uno de los más aterradores que recuerdo) aunque está claro que no es el terror el elemento que más interesa a Plaza.

Otro punto a favor de “REC 3” es la empatía que despierta el dúo protagonista, el formado por Diego Martín y Leticia Dolera (convertida desde ahora y para siempre en la imagen emblemática del filme), al contrario que la anterior película que comentamos por aquí, esta pareja sí que consigue que el espectador lamente sus tribulaciones y sufra con el incierto destino que les amenaza durante todo el metraje.




En el debe de la película habría que anotar una forma apresurada de filmar muchas escenas, algo que supone el desperdicio de varias situaciones que podrían haber resultado inolvidables y que se quedan en meramente frustrantes, lo mismo se puede decir del empeño por hacer desaparecer lo antes posible a un puñado de personajes que hubiesen podido dar mucho de más de sí. Quizás estos defectos se deban a la escasa duración de la película (apenas 77 minutos), curiosamente resulta bastante difícil que el espectador eche en falta más tiempo de metraje, generalmente suele suceder al revés. Lo que sí que no puedo explicarse por este hecho es el torpe “deus ex machina” con el que Plaza nos “obsequia” al final de la función.

En definitiva reitero que no vale la pena entrar en comparaciones y añoranzas y, parafraseando una célebre cita popular, concluyo diciendo que si lloras porque se ha perdido el estilo de REC las lágrimas te impedirán apreciar las muchas cosas buenas de REC3