Friday, December 30, 2011

¡A por uvas!

Espero que dentro de un año al menos haya electricidad todavía. Feliz e incierto 2012.

Friday, December 23, 2011

Magic and loss

El blog de Sisterboy les desea feliz navidad y que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros.

Friday, December 16, 2011

¿Por qué la gente caminaba tan deprisa en aquella época?




Hay quien sostiene que la llegada del sonoro terminó con el cine como arte moderno Hasta ese momento se trataba de una disciplina completamente nueva que tenía por lo tanto su propia forma de manifestarse, pero con el advenimiento de la banda sonora el cine quedo reducido a mero teatro filmado.

Yo, al igual que el director de “The artist” - y que la mayoría de seres humanos que habitan en el planeta-, he nacido y pasado toda mi vida de espectador en el cine sonoro. Carecemos por lo tanto de cualquier tipo de nostalgia real sobre cómo eran las películas de aquel entonces, la nostalgia que vemos aquí es algo diferente. Como aficionado al cine he visto muchas películas mudas, algunas de ellas (la mayoría de las que han sobrevivido al paso del tiempo) son obras maestras y está claro que todo aquel que tenga interés por el séptimo arte tiene que acudir en algún momento a las fuentes sobre las que dicho arte se estableció.

No sé si algo de todo esto se encuentra en la motivación final por la cual el director Michel Hazavinicius (cuya carrera desconocía por completo hasta el día de hoy) decidió, contra viento y marea, llevar a cabo este heterodoxo proyecto. “The artist” no es una narración sobre la traumática transición del cine mudo al sonoro –al estilo de “Cantando bajo la lluvia”- sino que es un intento de contar esa historia usando las técnicas del propio cine mudo. Incluso aunque la película hubiera resultado fallida dicho intento sería algo digno de admiración por los riesgos que conlleva en una industria tan poco proclive a correr dichos riesgos (hay que recordar que Mel Brooks ya hizo algo parecido con “Silent Movie”).

Pero resulta que el intento ha tenido éxito, o al menos ha sido recibido con entusiasmo por buena parte de la crítica y ha obtenido diversos premios en festivales como el de Cannes. Eso sí, se trata de un entusiasmo sobre todo europeo (o más en concreto francés), habrá que ver que tal la reacción del público en las salas y sobre todo cómo se recibirá en los Estados Unidos un filme del que se dice (o al menos así lo expresa la potente campaña de promoción que la cadena de cines Renoir ha dedicado a la película) que puede ser un claro aspirante a los premios de la academia.



Dejando al margen los aspectos extra cinematográficos hay que decir que “The artist” es un excelente melodrama, y lo seguiría siendo incluso aunque hubiera sido filmado de forma más ortodoxa. El argumento resulta bastante clásico y nos podría traer reminiscencias de historias como la ya mencionada “Cantando bajo la lluvia”, “Ha nacido una estrella” o“All about Eve” además de estar en cierto modo basada en las vidas de Greta Garbo y John Gilbert.





Es la historia de un actor en la cumbre de su carrera y de una incipiente actriz (y fervorosa fan) que se cruza en su camino. La llegada del sonoro hará que se cambien las tornas y lo que hasta ese momento había sido una agradable comedia romántica ambientada en el mundo de Hollywood se convierte en un drama que en ocasiones bordea la tragedia más descarnada. Como hemos dicho nada del otro mundo, la diferencia está en la extravagante idea de rodar la película en un estricto formato de cine mudo (si exceptuamos algunas licencias durante y sobre todo al final del metraje) y en un agradable tono vintage ausente de cualquier asomo de cinismo o veleidad intelectual (excepción de nuevo de una pieza separada, tanto en argumento como en estilo, que sin embargo terminará por ser uno de los momentos más recordados del filme).

Entre los méritos (no sé si involuntarios) de “The artist” está el haber prescindido de actores de renombre para los papeles principales, es posible que esta película interpretada por un digamos George Clooney podría haber resultado incluso risible. Al margen de algunos secundarios más o menos conocidos (James Cronwell, Penelope Ann Miller y John Goodman) los protagonistas son dos actores franceses que yo al menos no había visto jamás. Se trata de la pareja formada por la sensual y a la vez tierna Berenice Bejo y por Jean Dujardin, un profesional capaz de una hazaña memorable: no es que interprete a un actor de cine mudo, es que sencillamente parece que por algún arte de magia los responsables del filme hubieran conseguido una máquina del tiempo para arrebatar a John Gilbert o a Douglas Fairbanks y traerles al presente para hacerles participar en esta película.




En resumen recomendar “The artist” a todas aquellas personas que acudan a verla con un conocimiento previo de con qué se van a encontrar (estremece pensar en la reacción de algún idiota despistado, no por despistado sino por idiota) y que quieran asistir a un conmovedor homenaje a la primera gran época del cine, o a los que simplemente deseen contemplar una historia como las que se hacían entonces.

Thursday, December 08, 2011

Analyze this



Considero la carrera de David Cronenberg como una de las más brillantes de la segunda mitad del siglo pasado, una carrera que (salvo algunos experimentos primigenios que espero ver algún día y otros títulos como “Fast Company” y “M. Butterfly” por los que no siento tanto interés) he seguido de forma entusiasta hasta que, tras la brillante “Spider”, algo ocurrió en el año 2005.




“Una historia de violencia” resultó una película desconcertante. Bueno ya sé que la mayoría de los filmes de este hombre lo son pero este era desconcertante de otra manera. A pesar de los muchos mensajes más o menos explícitos que se envían a través de sus imágenes, lo cierto es que todavía hoy no soy capaz de distinguir qué era exactamente lo que Cronenberg quería transmitir con esta historia. Pero cualquiera que fuese dicha intención lo cierto es que esta obra marcó quizás el comienzo de un cambio de estilo en la obra del director. Puede que traspasada la barrera de los sesenta el canadiense ya no se sintiera con ánimos de proseguir con su particular disertación sobre la “nueva carne” o en sus perturbadores análisis sobre las distorsiones de la mente humana. Esta impresión se vio confirmada por el estreno de su siguiente película, “Promesas del Este”, un thriller notable pero que al final dejaba la misma sensación de insatisfacción que su anterior película.



Esa insatisfacción se reproduce ahora con “Un método peligroso” pero por motivos diferentes.

La película esta centrada en describir, a lo largo de un período de tiempo de varios años, la relación entre los psiquiatras Sigmund Freud y Carl Gustav Jung. Y la insatisfacción anteriormente expresada viene porque, pese a conocer la existencia de estos dos individuos e incluso la de su antagonismo, mis conocimientos sobre su biografía (por no hablar de la de otros personajes de la historia como Otto Gross y Sabina Spielrin) y sus métodos (quizás porque afortunadamente nunca he sido sometido a ellos) son demasiado escasos como para haberme sentido en algún momento implicado en esta historia.

No quiero decir que se trate de un filme para iniciados en la psiquiatría pero sí que me dio la sensación de que era la típica historia que no puede o no debería ser contada en una película de 95 minutos de duración. Pero bueno, al menos yo calificaría la insatisfacción del visionado de “Un método peligroso” como positiva, es decir que se trata de esas que te impulsan a averiguar algo más sobre un tema apenas esbozado. Si esto fuese así al menos habrá valido la pena ver esta película.

Tengo claro que al menos por mi parte seguiré acudiendo al cine a ver los nuevos proyectos de Cronenberg. El próximo de ellos, “Cosmópolis”, ya está en fase de post producción y por lo que he podido averiguar de él no parece que se trate de una vuelta a las viejas tendencias, quizás no sea lógico exigir tal cosa pero de ilusión también se vive.