Thursday, February 26, 2009

Final de temporada

De temporada de películas Oscars lo que quiere decir que ahora estaremos otro año sin ir al cine más que una vez cada quince días lo que en el fondo agradezco porque esta ridicula carrera de a-ver-cuantas-veo-antes-de-la-ceremonia ya me tenía cansado.

Se comenta "Slumdog Milloinaire" de forma un poco más extensa (es obligado teniendo en cuenta su incomprensible éxito en la ceremonia) y luego "El curioso caso de Benjamin Button" y "The Wrestler" de forma más reducida porque, por razones diversas, no hay necesidad de hablar mucho de ellas. Spoilers en la primera y cuasi spoilers en las otras dos

1. BOMBAY-LOS ANGELES



Está claro que Slumdog Millonaire será recordada no como una gran película sino como una gran historia que empieza precisamente cuando termina su rodaje. Estoy convencido de que en el futuro (suponiendo que tal futuro exista para este producto) se hablará de las dificultades de su rodaje, de los actores no profesionales que intervienen en ella, de cómo se iba a distribuir directamente a DVD hasta que una productora la rescató, de cómo poco a poco y sin razón lógica que lo explique se fue convirtiendo en la gran sorpresa de este año en la gala de los Oscars obteniendo al final OCHO estatuillas (dejando con un palmo de narices a la cara producción que hasta ese momento era la gran favorita), de cómo una película en principio repudiada en la India se ha convertido, tras su éxito, en un motivo de gloria nacional, se hablará de la simpática troupe de actores jóvenes y cantantes y guionistas bajitos vestidos de negro y de la festiva e insólita celebración colectiva del último y definitivo Oscar con la que fue premiada.

En definitiva que Slumdog Millonaire si es recordada dentro de dos años lo será por lo que pasó antes y después de la película y no por lo que tiene lugar durante la proyección de la misma.

¿Significa eso que Slumdog Millonaire es una mala película? Pues no, no lo es, pero tampoco es nada del otro mundo aunque tampoco quiero entrar en la cuestión de si ha merecido o no tantos galardones, porque repasando la historia de los premios de la Academia podemos encontrarnos con muchísimos ejemplos de películas que arrasaron en la gala de tal o cual año siendo poco más que una mediocridad que ha sido rápidamente olvidada. Digamos que es casi una tradición que tal cosa suceda de vez en cuando.

Slumdog Millonaire parte de una idea bastante sugerente, el repaso de la accidentada biografía de un chico de los suburbios de Bombay a través de su participación en el concurso “¿Quieres ser millonario?”. Como si tratara de un sueño, una alucinación o una especie de juicio celestial (y de hecho durante buena parte del desarrollo de la historia llegué a pensar que se trataba precisamente de eso) cada una de las preguntas remite a un determinado momento clave en la vida de Jamal y es, apelando únicamente a su experiencia vital, como el muchacho logra superar cada una de las pruebas.

Como digo es una idea interesante sobre todo cuando uno no sabe muy bien a qué atenerse sobre cual es el verdadero sentido de lo que está viendo y también durante toda la parte inicial de la película donde el frecuentemente criticado “estilo videoclip” de Danny Boyle (la fotografía lechosa y de aspecto irreal, la banda sonora, el montaje fraccionado, los ángulos de cámara inverosímiles) despliega todas sus armas para describir la primera infancia de los protagonistas. En este segmento en concreto la película resulta bastante interesante y con un ritmo excelente (al que ayuda el estilo de Boyle anteriormente citado). Lo malo es que durante el desarrollo del resto del filme esa idea tan buena empieza a resultar cansina aparte de que en el momento en el que tono de la película se vuelve más realista uno empieza a darse cuenta de la tremenda estupidez que es todo el argumento.

Pero ni siquiera eso basta para estropear una película y de eso también hay abundantes ejemplos en la historia del cine. Sin ir más lejos se ha mencionado bastante (el propio Boyle lo ha hecho) el nombre de Frank Capra y sus cuentos de hadas modernos con final feliz como una de las influencias de Slumdog. Lo cierto es que Capra poseía la cualidad de convertir en sublimes unas historias que, en manos de cualquier otro director, hubieran resultado cursis y edulcoradas. Incluso parte de lo que ocurre en la cinta(sobre todo en su resolución final) me recordó también a una antigua película española, Historias de la Radio (uno de cuyos gags por cierto fue repetido de manera idéntica y seguramente casual en Radio Days de Woody Allen), dirigida por Jose Luis Saenz de Heredía.



El problema es que el desenlace de Slumdog Millonaire resulta bastante pobre e insatisfactorio y una película como esta requiere de un clímax que cierre de forma brillante todo lo bueno (o malo) visto hasta ese momento pero para eso se requiere de un talento especial del que Danny Boyle carece porque Danny Boyle siendo un director con películas bastante buenas no es desde luego Frank Capra. No es ni siquiera Jose Luis Saenz de Heredia.

Conclusión

a) Danny Boyle hace trampas
b) No es un genio
c) Ha tenido suerte
d)

Pero bueno, parece que a la gente le ha gustado y todo el mundo sale contento de la peli hablando de lo bonita que es la historia, y de cómo ha logrado triunfar a pesar de las adversidades y de la excelente banda sonora y de lo emocionante que es baile final de los protagonistas (aunque a mí me pareció mejor el de Zatoichi) y de lo monos que estaban los niños en la gala de los Oscars. Pues vale.




2. UN CORAZON CON FRENO Y MARCHA ATRÁS



Historia de un hombre que nace siendo -físicamente- un anciano y muere siendo un recién nacido sin que nadie se extrañe mucho por ello. He oído comparaciones entre el argumento de esta película y el de "Forrest Gump" pero no creo que sea así. Si tuviera que buscar una comparación lo haría con títulos como "Eleni" de Theo Angelopuolos o "Las armonias de Werckemeister" de Bela Tarr (y sé lo absurdo que puede parecer esto pero esa es la sensasción que tuve mientras veía la pelicula de Fincher) en el sentido de que las tres películas estan compuestas por un encadenamiento de escenas de una belleza y una maestría técnica insuperables, unas escenas puestas al servicio de un argumento oculto, críptico o simplemente ausente.

Este último caso me parece el de Benjamin Button (la llamaremos así para abreviar)en la que dicho argumento no pasa de ser una mera exposición de las paradojas que trae consigo el curioso ciclo evolutivo de su protagonista. Me refiero a que lo mismo daría narrar la historia de un hombre que se pasa toda su vida andando sobre las manos. Cualquier argumento sirve si de lo que se trata es de servir escenas tan elegantes como lal affaire de Benjamin en el hotel de Murmansk o la de la breve batalla con el submarino (modesta contribución del protagonista al esfuerzo de guerra y único acontecimiento histórico al que se hace referencia en la película lo que, como se verá, es una de las cosas que la aleja bastante de "Forrest Gump") o la escena de la danza en la que Daisy (Cate Blanchett) trata de seducir al viejo-niño, o la cadena de fatales casualidades que desemboca en el accidente que sufre la bailarina o para terminar todas las que muestran los últimos días del niño-viejo.

La visión de Benjamin Button no es una experiencia desagradable, todo lo contrario, aunque sí entiendo que muchos espectadores puedan encontrarla lenta aparte de que es inevitable que se note su larga duración. Yo calificaría dicha visión de hermosa aunque sin ninguna trascendencía, como uno de esos atardeceres que se ven en la película.




3. THE WRESTLER





Me ha parecido un peliculón. Me he metido completamente en la tragedia y me he implicado al máximo en la triste decadencia Randy "The Ram" y creo que es junto con "Frost/Nixon" lo mejor en lo que llevamos de año. El mérito más destacado de la película es presentar una historia completamente desprovista de los artificiosos dramáticos tradicionales (como esos de los que abusaba Sam Mendes en "Revolutionary Road") y que sin embargo consiga transmitir de una manera tan viva el dolor físico (hay una complacencia en la tortura de la carne de tintes casi Melgibsonianos) y moral en el que vive sumergido el protagonista.

De hecho curiosamente la película resulta más emotiva cuanto más se aparta de los momentos en teoría más propensos a dicha emotividad (la relación de Randy con su hija y con la bailarina a la que interpreta Marisa Tomei) y más se centra en la vida cotidiana del luchador mostrando a través de gestos sencillos su soledad y su marginación. La escena en la que Randy se estrena en su nuevo puesto de dependiente en la carniceria de un supermercado es sin duda la mejor que he visto en lo que llevamos de temporada.


En fin damos por cerrada pues la temporada de Oscars, a ver si la próxima vez hablamos de otra cosa que no sean películas aunque veo que mañana estrenan "Guerrilla".

Monday, February 23, 2009

Who rigs every oscar night?



En primer lugar enhorabuena si no lo han visto lo que significa que tenían ustedes algo importante que hacer hoy por la mañana como el resto de la gente que trabaja o tiene alguna obligación similar.

Yo la vi toda excepto un breve momento en el que me quedé dormido y que coincidió con el Oscar a la mejor canción y el Oscar a la mejor película extranjera (que fue de las sorpresas de la noche al recaer sobre la japonesa “Departures” que no figuraba entre las favoritas que yo sepa).

Haremos un repaso breve a la ceremonia y sus prolegómenos porque hay gente mucho más preparada que yo para analizar el espectáculo (sé que Mer lo ha visto y supongo que hará el comentario adecuado en cuanto se despierte). Y seguro que Vargtimen también tiene algo que decir.

CANAL PLUS


Jaume Figueras faltaba a la cita después de no sé cuantos años, cosa que la verdad me importó una higa. En cambio sigo celebrando el aniversario de la deserción de Ana García Siñeriz con sus preguntas tipo Francis Mathews (How do you do? How do you feel tonight?) y sus quejas sobre sus colegas de burladero (¡Oig! Me están empujando a mí con lo rica que soy). Este año le tocó hacer la pasarela a una señorita con gran parecido con Marcia Gay Harden y con la boca un poco torcida. No sé si sus preguntas al personal fueron o no pertinentes porque quitaba el volumen siempre que tal cosa sucedía.

De todos modos sigo sin entender que necesidad hay de todo esta tramoya, ¿Es necesario un programa con Angels Barceló con chaleco comentando lo mismo que estamos viendo en directo? ¿Es necesario interrumpir la programación para conectar con una fiesta de caricatos y gorrones que tampoco aportan nada interesante? ¿Por qué no retransmites la gala con un buen traductor y basta?. En fin


ALFOMBRA ROJA


Confesando previamente mi más absoluta ignorancia en temas de moda y mi falta total de gusto en cuanto a vestimenta femenina me atrevo a hacer algún comentario respecto de mi parte preferida de la ceremonia y la única que procuro ver incluso cuando tengo algo que hacer al día siguiente.

Empezamos por el traje de Penélope que me pareció bonito aunque en directo me pareció también clavado al de Sarah Jessica Parker. Una segunda mirada más atenta me demuestra que no había para tanto.





Mickey Rourke vino muy raro -incluso para ser Mickey Rourke- añadiendo a su traje blanco unas misteriosas cadenas quien sabe si pertenecientes a su chihuahua recientemente fallecido al que quizás él mismo estrangulara para dar más pena e inclinar la balanza a su favor.



Lo más “cute” fue el reparto de niños de Slumdog Millonaire algunos de los cuales, por lo visto, estaban en la mismísima puta calle hace unos meses. Pobrecillos, no resistirán este contraste.




La mejor, Kate Winslet con un elegantísimo traje color carbón (no sé si eso existe pero tampoco entiendo de colores).




Hasta las patas de gallo le sentaban bien. Curiosamente Marisa Tomei llevaba un vestido del mismo estilo (es decir con un hombro al descubierto) pero a ella parecía que se lo había arrancado Mickey de un mordisco.



Angelina no me gustó nada, iba como si hubiera muerto y resucitado para que el mundo la adorara o, lo que es lo mismo, parecía que estaba drogada. Además lució flaca y fea y esos pedruscos que llevaba parecían una promoción de un remake de “Tras el corazón verde partido en un anillo y dos pendientes”.



No me gustó nada tampoco el traje de Amy Adams pero yo es que odio los trajes rojos y ella además parecía una doble de Nicole Kidman que por cierto parece menos horrible que en otras ocasiones ¿se habrá retocado los retoques?. De todos modos Amy estuvo encantadora toda la noche, exactamente igual que sus personajes.



Entre lo malo también el traje de Jessica Biel a la que parecía que hubieran pillado al salir del baño envuelta en una toalla. Aunque ahora que lo pienso ese es un concepto muy intereante mmmmmmmmmm.



Siguiendo con lo negativo decir que después de ver la pinta de Philipp Seymour Hoffman no hay “duda” posible: es culpable.



Las peores fueron Sofía Loren que parecía una de esas estatuillas con traje de volantes que venden en las plazas mayores y Shirley Mclaine que parecía Mari Trini.





Aunque por lo visto el horror máximo vino de la mano del traje de Raquel Weisz pero dado que no lo vi no me parece justo destacarlo.



CEREMONIA

Lo primero que quería decir es que odié bastante el decorado. Quizás fuera ese chocante predominio del azul cuando los colores de la gala parecen ser tradicionalmente el rojo y el dorado. Me pareció rarísima la disposición del escenario como si en vez de un teatro fuera algo así como un palacio del hielo preparado para un espectáculo tipo “Princesas de Disney en patines”. Y tampoco me gustó esa forma de disponer las butacas.

Me sorprendió en su día la designación de Hugh Jackman como maestro de ceremonias. La tradición, al menos desde que yo veo la ceremonia, es que esa labor la lleve a cabo un comediante experto que tenga además algún punto de mala leche y no me parecía que el actor australiano respondiera al tipo. Pero estuvo muy bien aunque se le vio bastante poco. Lo mejor fue el número en el que presentó a las películas más nominadas, sencillo y brillante aparte de contar con la inestimable colaboración de Anne Hathaway. El público aplaudió al final puesto en pié y con razón. En el otro número me quedé dormido. Quizás sea el comienzo de una orientación más “naif” de las presentaciones de los Oscars pero lo principal es que el Jackman estuvo a la altura. Y encima el tío canta y baila bien y seguro que también recoge la mesa después de comer. ¿Seguro que no es gay?.



Dejando a un lado al lobezno la ceremonia estuvo correcta, no se puede decir que fuera ágil porque inevitablemente las categorías técnicas con sus premiados desconocidos y multitudinarios volvieron a lastrarla. Lo más lógico quizás sería hacer otra ceremonia previa, paralela o posterior con todos estos premios pero no creo que los profesionales lo toleraran. Ahora que caigo ¿no se intentó algo así una vez?.

Me gustó la forma que tuvieron de presentar los Oscars a los mejores actores haciendo salir a escena a anteriores ganadores de cada una de las categorías y que fueran ellos los que hicieran una semblanza de los compañeros nominados. Una idea bonita. También me gustó esa forma tan elegante de presentar los oscars al mejor guión, mejor dirección artística y mejor maquillaje.

De los que echaron una mano a Jackman a la hora de presentar el cotarro me quedo con Ben Stiller y su desternillante (aunque cruel) broma a propósito de una celebre y reciente entrevista que David Letterman le hizo a un Joaquin Phoenix devenido en gnomo barbudo. Para los que no estén al corriente del incidente aquí pueden echar un vistazo al video original así como a la parodia stilleriana.







Del resto de coadyuvantes decir que Jack Black sólo tuvo un chiste destacable, ese en el que decía que su forma de ganar dinero era hacer un trabajo de doblaje para una película de animación de Dreamworks y luego apostar todo su dinero a que ganaba una de la Pixar (juas). También decir que, después de haberse pasado treinta años de su vida aparentando tener 53, por fin Steve Martin ha crecido y ahora parece que tiene 73.




LOS PREMIOS

La ganadora de la noche fue, como ya sabrán a estas alturas, Slumdog Millonaire lo que constituyó una verdadera sorpresa que más bien parece un epilogo al mensaje de superación personal que transmite el filme. La he visto recientemente y sin ser del todo desdeñable (ya nos extenderemos sobre ella en una entrada venidera) me pareció una película correctita sin más, no entiendo que pueda haberse llevado tantos premios sobre todo en las categorías más importantes. ¿Habremos visto los académicos y yo la misma película?. Pues probablemente sí porque en la copia pirata que tengo venía la advertencia esa de que era una exhibición sólo permitida para miembros de la academia a efectos de nominación. JA JA JA

La gala empezó con el Oscar a la mejor actriz de reparto que fue para Penélope. Bien por ella aunque creo que no lo merecía en concreto por esta película, ojala se lo hubieran dado por alguna de las buenas. Los agradecimientos de Pe no se salieron de lo normal aunque dichos agradecimientos quedarán para siempre en la historia por mencionar en ellos a la población de Alcobendas, me imagino a todos los freakies yankis escudriñando en el google earth para ver donde carajo está eso. Por cierto ¿Quién acompañó a Pe? Y lo que es más importante ¿Por qué no la acompañó Bardem?. A ver si nos enteramos.

El resto de premios fueron más o menos los esperados a excepción del ya mencionado a mejor película extranjera y el de mejor actor que recibió Seann Penn cuando muchos pensaban que lo merecía Mickey Rourke. Dejando al margen la justicia o injusticia de tal hecho hay que señalar que quizás nos perdimos el que podía haber sido uno de los momentos más recordados de esta gala cuando finalmente el abotargado actor no pudo subir a recoger ese premio.

El que sí fue uno de los grandes momentos de la noche vino con el Oscar a título póstumo para Heath Ledger. Yo (y creo que todos) hubiera preferido que lo recogiera Michelle Williams pero en su lugar subieron al escenario los padres y la hermana del malogrado actor australiano con un discurso contenido que sin embargo hizo que se rayaran muchos ojos de los compañeros de profesión que estaban en el patio de butacas.

Del resto de agradecimientos destacar que, en esta ocasión, el punto reivindicativo de la gala vino propiciado por la calentura del lobby gay a propósito de la reciente prohibición por referéndum de los matrimonios homosexuales en California. Una calentura que quizás motivo que al final las simpatías se inclinara hacía Seann Penn. Esperemos que sirva para algo.

El Oscar honorífico para Jerry Lewis lo que hizo que el que esto escribe se contrajera con aprensión esperando la llegada de algún adefesio babeante, temor injustificado porque Jerry apareció con un aspecto bastante decente.

Por último el Oscar a la mejor película hizo que media India desfilara ante el escenario en un espectáculo que también está en consonancia con el espíritu de la película y que de otro modo hubiera quedado algo hortera.

En fin esto ha sido todo, como digo una impresión rápida que espero sea complementada por la de otros blogs más diestros en esto de analizar espectáculos y ropajes. Hasta el año que viene en el que espero que importantes obligaciones laborales me impidan ver la gala, como a toda persona de provecho.



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Wednesday, February 18, 2009

Sesión doble

Las semanas pre Oscar siempre son vertiginosas y son la única época del año en la que uno tiene tanto donde elegir que apenas dispone de tiempo para ir al cine. Así que abreviaremos comentaremos dos películas en la misma entrada. Se trata de "La duda" y "El lector" y se recomienda haberlas visto primero. Ahí va eso.

1. ANOTHER TOUCH OF EVIL




Hay películas que abordan temas a priori no demasiado interesantes y que sin embargo terminan por ser apreciadas debido al buen estilo con el que dichas historias son llevadas a la pantalla, la forma sobre el fondo.

Con otras películas en cambio sucede justo al revés, las posibilidades que ofrece su argumento resultan tan apasionantes que incluso consiguen imponerse a una dirección deficiente y a unas interpretaciones inadecuadas. Y “La duda” pertenece a esta segunda clase.

Para empezar me ha resultado curioso la manera en la que, al igual que en la recientemente comentada “Revolutionary Road”, se emplea una especie de prologo para describir la esencia de los dos personajes principales de esta historia. Me refiero a esa primera escena en el interior de la iglesia en la que el Padre Flynn (Philipp Seymour Hoffman)



queda retratado como un religioso de ideas progresistas (mencionando en su sermón a Kennedy y tal) y la hermana Bouvier como una bruja que en lugar de escuchar el sermón se dedica a recorrer los bancos del templo para reprochar agriamente las conductas de sus alumnos que considera impropias.



Es quizás por eso por lo que resulta tan molesto ver como, en la siguientes escenas, se emplea tanto tiempo en demostrarnos que la hermana Bouvier es una autentica perra cuando es algo que había quedado claro desde el principio. Y esa insistencia en ir añadiendo más y más anécdotas sobre el mismo tema hace que la película se vuelva bastante monótona, algo a lo que también contribuyen una sucesión de largas escenas que proporcionan una información mínima (el ejemplo más concluyente es el de la primera confrontación entre el sacerdote y las dos monjas) y que no parecen tener otro objetivo que servir de escaparate para los duelos interpretativos Streep vs Hoffman así como otros detalles, no por menores menos desagradables, como ese sonrojante uso dramático de de algunos elementos extraordinarios que abarcan desde fenómenos atmosféricos hasta bombilla fundidas.

Resumiendo para mí “La duda” es una película sobre todo muy mal dirigida pero que, sorprendentemente, termina por sostenerse en base a las poderosas implicaciones de su trama algo que, incluso asumiendo que dichas implicaciones sean deudoras de la obra de teatro en la que está basada la película, sería injusto no achacar en cierta medida también al tal John Patrick Shanley (que por cierto dirige por segunda vez casi treinta años después de firmar su opera prima que resulta que es ¡Joe contra el volcán!).

El giro argumental que para mí hace que esta película cobre tanto interés es, por supuesto, la posibilidad de el padre Flynn sea efectivamente culpable de haber mantenido relaciones con el chico a su cargo. Si no fuera así, si no existiera al menos esa posibilidad no veo que sentido tendría contar las inacabables penurias de un pobre hombre acusado falsamente por una arpía que le detesta por sus ideas progresistas y su carácter afable. Pero el hecho de que un personaje tan desagradable y cuyas miserias se han descrito de forma tan detallada pueda al final ser el que tanga la razón (sirviéndose además para obtener dicha razón de medios igualmente infames como si de un Capitán Quinlan de rectoría se tratara) es algo que resulta desasosegante para un público acostumbrado a una diáfana distinción entre los roles de personajes buenos y malos de la que, la también reciente Valkiria, podría ser un buen ejemplo. El hecho de que además la victoria final de la hermana Beauvier sólo pueda ser disfrutada en la intimidad de la no demasiado afecta hermana James (Amy Adams) -demostrando así que sus intenciones no eran otras que derrotar a Flynn en una absurda batalla de egos- y de que las consecuencias de dicha victoria serán, paradójicamente, un ascenso en la carrera del sacerdote no hace sino aumentar dicho desasosiego.

Los esfuerzos de la hermana Beauvier ha obtenido una resultado inservible en una guerra a la que acudió por motivos equivocados y en la que ha usado métodos que la envilecen, el hecho de que dichos esfuerzos hayan salvado al pequeño Donald no son sin un beneficio indirecto. ¿O es que ni siquiera ha obtenido eso?

Aquí entraríamos en el segundo elemento llamativo de la trama “La duda”. Me refiero a la escena de la conversación entre la hermana Beauvier y la madre del chico (interpretada por Viola Davis) en el que la mujer, tras ser informada de las sospechas que recaen sobre la relación entre el padre Flynn y su hijo, hace gala del escalofriante sentido práctico de los suburbios (un lugar en el que sólo algunos privilegiados pueden permitirse el lujo de mostrarse rígidos en cuanto a cuestiones morales se refieren) asumiendo que la vulnerabilidad que provoca la condición de homosexual de Donald hace imprescindible que Flynn o alguien como él asuma el papel de protector del muchacho. O lo que es lo mismo “ya que tiene que ser alguien al menos que sea una buena persona”. Un punto de vista también desasosegante y que no deja de ser atrevido sobre todo en el ambiente de histeria pederasta en el que vive inmerso el mundo occidental.



En resumen una historia interesante que en su mayoría está muy mal contada pero que aún así consigue mantener dicho interés. Por último resulta inevitable hacer referencia al tema de la labor de los actores protagonistas del drama al tratarse, como se ha dicho, de un producto de origen teatral y debido también a la repetidamente alabada carrera cinematográfica de dichos actores. A este respecto comentar que yo no considero a Merly Streep una mala actriz, simplemente es que a mí el convertir cada interpretación en un festival de la cata del vinagre es una forma de actuar que no me resulta agradable ver y en esta película desde luego la mujer da una verdadera clase magistral de su forma de entender la profesión. Pero con Merly Streep pasa como con Jack Nicholson: son leyendas consagradas cuyas interpretaciones están más allá del bien y del mal y eso es algo que por lo tanto ya sabe y acepta el espectador antes de entrar a ver una de sus películas. En cuanto a Hoffman decir que hay veces que está bien y otra veces que no está tan bien, y “La duda” es de las segundas.


2. VERANO DEL 58




"El lector" es una buena película, bien hecha y muy compensada en toda
su duración. El problema es que, personalmente, sólo hay una parte de
ella que me resulta interesante.

Para hablar de dicha parte podríamos llegar al acuerdo de dividir la
película en tres segmentos. El primero de ellos abarcaría toda la
historia del primer encuentro entre Michael (David Kross) y Hanna
(Kate Winslet), el segundo sería el que narra la historia del proceso
en el que Hanna es condenada por crímenes contra la humanidad y el
tercero trataría sobre el último encuentro entre los dos antiguos amantes.

Lo bueno que tiene la llamada primera parte (que es además la que
antes señalé como la que más me ha interesado) es que funciona de
forma autónoma, es una historia que empieza y termina en sí misma y ni
siquiera es necesario acudir a las otras dos partes para explicarla
porque no necesita ninguna explicación. Es una historia de amor entre
un adolescente y una mujer adulta, algo que hemos visto bastantes
veces antes lo que no significa necesariamente algo malo siempre y
cuando esa historia sea filmada con tanto estilo y buen ritmo (lento
sí, pero no aburrido) como en esta ocasión. Este segmento podría haber
ocupado por sí solo una película entera pero el romance termina y la
película continua.

Hasta ese momento quizás habíamos notado que Hanna tenía alguna suerte
de triste biografía a sus espaldas pero ¿había alguien que no la
tuviera en la Alemania de 1958?. En la segunda parte de la película
vemos la razón de su melancolía en el momento en el que Michael
descubre que su antigua amada es una criminal de guerra. El problema
es que, al contrario que en la primera, esta segunda historia sí
necesitaba una explicación, y no la tiene o al menos no lo suficiente
para mí. No hablo ya de que se desconozcan las razones por las que
Hanna decidiera entrar en las SS, también el motivo de su
comportamiento a propósito de las acusaciones que le formula el
tribunal resultan bastante oscuras, lo mismo que el propio
comportamiento de Michael o todo el debate académico que se hace sobre
la culpabilidad colectiva alemana ante el Holocausto. Todo es
demasiado superficial, demasiado vago, como si estuviéramos de nuevo
ante el eterno caso de adaptación de una obra literaria que se presume
ha sido ya leída previamente por el espectador.

En el último segmento de la película se recupera algo del buen tono
del comienzo gracias quizás a que Kate Winslet vuelve a tener más
presencia aunque por desgracia Ralph Fiennes también la tiene (es un
gran actor pero aquí lo hace de pena aunque supongo que lo que me pasa
es que sigo reprochándole que no asesinara a su hermano Joseph cuando
ambos eran niños).

En resumen, aunque el amor no necesita más discurso que la imagen el
resto de la historia sí de manera que, como dije antes, de todo lo que
me han contado me quedo con ese verano del 58.

Espero que le den el oscar a Kate, sólo por esa escena en la que
atisba detrás de una cortina las redondeces del chico que está a punto
de llevarse al huerto se lo merecería.

Thursday, February 12, 2009

My funny Valentine

Hace un año, con motivo de la festividad de San Valentín, planteábamos una lista de diez películas que trataban sobre lo que se celebra ese día. En aquella ocasión me costó bastante seleccionar solamente diez y tuve que dejar fuera suficiente material como para hacer otra lista completa.

Para este año quería hacer lo mismo pero con canciones aunque en esta ocasión he tenido el problema contrario, esto es, conseguir diez títulos que me dejaran medianamente contento. ¿Por qué razón? Pues desde luego no por falta de variedad, es irrebatible que el 98% de las canciones que se han escrito, que se escriben y que se escribirán en el futuro giran alrededor del gran tema, con todas las variantes posibles. Lo mismo que ocurría en el cine vamos pero la verdad es que por algún motivo las representaciones románticas que nos ofrece el séptimo arte resultan mas soportables que las ofrecidas por el mundo de la música. Es decir que aunque no falten millones de canciones alusivas a la celebración de hoy casi todas ellas (incluidas las de grandes interpretes) no me parecen otra cosa que un montón de bobochorreces y babas sólo tolerables cuando uno mismo está enamorado. De hecho en mi opinión una de las señales inequívocas de que uno ha contraído la fiebre es precisamente cuando empiezan a cobrar sentido todas esas sinsorgadas.

De manera que, tal y como se hizo hace un, año se ha intentado buscar diez títulos que se aparten un poco del tópico. Veamos si se ha conseguido.



THERE IS A LIGHT THAT NEVER GOES OUT (The Smiths)



La idea del amor como una vía de escape a todas las miserias de la vida cotidiana, la ultima salvación, algo tan puro que no pueda ser tocado por la vulgaridad de todo lo demás.

Paseando en tu coche
Nunca quiero volver a casa
Porque no tengo ya
Ninguna casa a la que volver


Curiosamente Morrisey, que escribió algunas de las canciones de amor más desgarradas de su época, no sólo no había tenido nunca novia (o novio) sino que era prácticamente célibe. Quizás esta paradoja se deba a que en muchas ocasiones el amor es sólo un ideal que ni siquiera necesita ser sustentando por la realidad. Esta canción contiene por añadidura una de las declaraciones románticas más hermosas y terribles que se hayan escrito durante el siglo pasado.

Y si un autobús de dos pisos
choca contra nosotros
morir a tu lado
será una forma celestial de morir.





FRIDAY IM IN LOVE (The Cure)




Una canción que trata el mismo tema que la anterior aunque quizás de una forma más optimista y también más cotidiana, el protagonista de esta canción no es una adolescente atormentado por el horror de la vida que busca refugio en el coche de su amante, a mí se me asemeja más bien a un oficinista de veinticinco años que soporta con paciencia que pase la larga y aburrida semana hasta que llegue lo bueno. Siempre me han gustado esas canciones inglesas que juegan con los día de la semana y el lunes el martes, el miércoles y el jueves pueden ser un asco pero ¡ah! el viernes estoy enamorado.




LES AMOREUX DES BANC PUBLIC (George Brassens)



Cambiamos de idioma, de década y de estilo. Brassens escribe esta canción abonándose a la idea de que los primeros episodios del amor (que para los que gustan de sistematizarlo todo se suele denominar “enamoramiento”) son los únicos que realmente valen la pena, luego termina la química y empiezan las hipotecas y puede que toda aquella primera poesía se transforme en separación de bienes pero ¡ah! siempre quedará el recuerdo del amor en los bancos públicos. Como presumo que se defienden peor en la lengua de Moliere que en la de Shakespeare les traduzco la letra.

Las gentes que miran con malas ideas
piensan que los bancos verdes
que se ven sobre las aceras
están hechos para los impotentes o los barrigones
pero es un absurdo
pues a decir verdad
están ahí, está bien claro,
para acoger durante algún tiempo a los amores que comienzan

Los enamorados que se besuquean en los bancos públicos
pasando cantidad de las miradas de reojo
de los paseantes honestos
los enamorados que se besuquean en los bancos públicos
diciéndose “Te quiero” patéticos
tienen unas caras muy simpáticas.

Ellos se cogen de la mano
hablan del mañana
del papel azul celeste
que recubrirán los muros de su dormitorio.
Ellos se ven ya dulcemente
Ella cosiendo, el fumando
en un bienestar seguro
y eligen el nombre de su primer bebé.


Cuando la santa familia en bloque
se cruza en su camino
dos de esos maleducados
les lanzan duramente palabras envenenadas;
pero eso no impide que toda la familia
el padre, la madre, la hija,
el hijo, el Espíritu Santo
quiera de vez en cuando poder hacer lo mismo que ellos.


Cuando los meses hayan pasado
cuando se hayan apaciguado
sus bonitos sueños ardientes
cuando el cielo se cubra de grandes nubes pesadas
Ellos se darán cuenta, conmovidos,
que ha sido al azar de las calles
sobre uno de esos famosos bancos
donde han vivido la mejor época de su amor.

Los enamorados que se besuquean en los bancos públicos
pasando cantidad de las miradas de reojos
de los paseantes honestos
los enamorados que se besuquean en los bancos públicos
diciéndose “Te quiero” patéticos
tienen unas caras muy simpáticas
.



LA TORMENTA (George Brassens)





Seguimos con Brassens pero esta vez adaptado y traducido al español por La Mandrágora, un grupo de cantautores de principios de los ochenta en el que hacían sus pinitos los posteriormente famosos Javier Krahe y Joaquín Sabina junto con el mucho menos famoso Alberto Pérez que es precisamente el que canta esta canción. Aquí el amor aparece como un relámpago (nunca mejor dicho) que ilumina brevemente una vida, si no oscura, al menos gris, y que aunque no sea más que un breve recuerdo para uno de los dos amantes mantendrá para siempre atrapado al otro. Aunque el tono en el que está escrita esta canción es en apariencia jocoso lo cierto es que siempre me ha resultado muy triste esa imagen del hombre perpetuamente asomado al balcón esperando una gran tempestad “tras la cual no vendrá la calma”.



TATUAJE (Valerio/León/Quiroga)

Otro relámpago sobre el agua, en esta ocasión no de una tormenta sino del blanco faro sobre los veleros. El relámpago une por unas horas a una prostituta (No se decía a las claras por supuesto pero a ver qué mujer decente de aquella época se sentaba a tomar aguardiente sobre un manchado mostrador con un marinero. Probablemente ninguna mujer decente lo haría tampoco ahora) y un hermoso extranjero que busca desesperadamente a una mujer cuyo nombre lleva tatuado. El breve romance termina pero la maldición ha sido transmitida, el amante que ha sido olvidado será ahora el que olvide a otro amante que iniciará su propia búsqueda dejando quizás nuevas víctimas por el camino.

Cuando esta canción fue compuesta nadie se fijaba mucho en los autores que de todos modos rara vez interpretaban sus propios temas. Tatuaje se hizo inmortal en la voz de Concha Piquer, aunque por lo visto no lo suficiente como para poder encontrar su interpretación de este tema en ningún rincón legal o ilegal de la red. Así que tendrán que conformarse con un video de youtube de Sara Montiel. No se quejen, las alternativas eran Ana Belén o Rocío Jurado bailando con un puñado de fantoches vestidos de marinerito.






COPLAS DEL ICONOCLASTA ENAMORADO (Vainica Doble)



Seguimos con canciones en castellano dando paso al conjunto más psicodélico y marciano de la historia de la música española, una rareza sin precedentes y sin sucesores, lo que en cine equivaldría al “Arrebato” de Iván Zulueta (amigo del dúo por cierto). Sus canciones tenían la virtud de ir siempre bordeando el ridículo sin caer nunca en él y tenían el tono mitad ingenuo y mitad perverso de una siniestra canción infantil, un claro ejemplo es esta demoledora canción de amor que ilustra ese momento mágico y terrible de entrega absoluta en que le pasarías por encima a tu madre con un tanque si él te lo pidiera.




DE CARTÓN PIEDRA (Joan Manuel Serrat)




Seguimos en España y seguimos con una canción de amor fou . La historia de un hombre enamorado del maniquí de un escaparate. Posiblemente una forma de decir que las personas no nos enamoramos de otras personas sino de una determinada idea del amor o lo que es lo mismo en realidad no queremos enamorarnos de nadie sino simplemente estar enamorados. Y para eso vale lo mismo un ser humano que otro de cartón piedra, de hecho para el protagonista de esta historia enamorarse de un ser inanimado supone insospechadas ventajas, una forma de pensar que por cierto no creo que fuera muy bien apreciada por el feminismo de hoy. Más próximo a una canción desesperada que a un poema de amor el tema termina con una letanía inolvidable.

y me encerraron entre estas cuatro paredes blancas,
donde vienen a verme mis amigos
de mes en mes...,
de dos en dos...,
y de seis a siete...





CHELSEA HOTEL (Leonard Cohen)


Esta no es exactamente una canción de amor, esta es una canción sobre otra cosa distinta. El video que acompaña a estas letras corresponde a la película “I am a hotel” y trata sobre una joven pareja de amantes a la que se vuelve a mostrar muchos años más tarde. De hecho la canción desprende ese tono del hombre maduro cuyos recuerdos aparecen ya limpios de las fantasías amorosas y reconoce en este antiguo romance nada más que una pequeña historia de soledades compartidas o de simple camaradería sexual. Por lo visto Chelsea Hotel está dedicada precisamente a un affaire que tuvieron el propio Cohen y Janis Joplin en el susodicho establecimiento.

Leonard Cohen tiene tantas canciones de amor como para justificar un top ten particular pero siempre he sentido debilidad por este tema cantado en tono tan melancólico y sereno y que además está plagado de versos que se clavan en el cerebro para siempre.




we were running for the money and the flesh.
and that was called love for the workers in song
probably still is for those of them left.

Nos movíamos por el dinero y la carne
Y a eso le llamaban amor los obrero de la música
Probablemente siga siendo así para los que todavía quedan



you told me again you preferred handsome men
but for me you would make an exception.

Me dijiste que te gustaban los hombres guapos
Pero que conmigo harias una excepción


we are ugly but we have the music."

No importa somos feos pero tenemos la música.



I don't mean to suggest that i loved you the best,
i can't keep track of each fallen robin.
i remember you well in the chelsea hotel,
that's all, i don't even think of you that often.

No quiero decir que seas la que más he querido
No puedo estar pendiente de cada petirrojo caído
Pero te recuerdo bien en el Hotel Chelsea, eso es todo,
Aunque tampoco pienso en ti demasiado a menudo.






LOVING YOU (Minnie Riperton)



De acuerdo, no hace falta que me recuerden lo que yo mismo he dicho en el prólogo de esta lista. Pero uno también tiene su corazoncito y su lado hortera que cultiva en los rincones más inescrutables de su alma. Y uno de ellos es esta canción que contiene todos y cada uno de los tópicos de los que he renegado antes, empezando por la misma melodía que parece perfecta para una agradable noche de ligoteo en el bar del crucero de “Vacaciones en el mar”, siguiendo por esa letra que reproducimos más abajo y que podría haber compuesto cualquier fan de “Crepúsculo” (libro y película) y terminando por este horror de video setentero con sus peinados imposibles, sus pajaritos trinando dentro su jaula y su guitarrista barbudo y presumiblemente enganchado a la heroína. Tráguense esto y consuélense sabiendo que el Annie´s Song de John Denver era la otra cursilada que tenía previsto poner en esta categoría.

Lovin' you is easy 'cause you're beautiful
makin' love with you is all i want to do
lovin' you is more than just a dream come true
everything that i do is out of lovin' you

No one else can make me feel the colors that you bring
stay with me while we grow old
and we will live each day in springtime

Lovin' you has made my life so beautiful
and every day of my life is filled with lovin' you
lovin' you i see your soul come shining through
and every time that we ooooh i'm more in love with you






Pues nada, hasta aquí hemos llegado. Como habrán podido comprobar, suponiendo que se hayan tomado esa molestia, es un top ten compuesto de nueve canciones. Como he dicho me ha costado horrores encontrar esas nueve y cuando estaba atascado pensando en cual sería la número diez decidí que lo mejor era dejarlo así, y para hacer esto un poco interactivo proponerles a ustedes que cada uno ponga la canción que debería ir en ese puesto. Yo ya no puedo hacer más. A ver que se nos ocurre el año que viene.









Tuesday, February 10, 2009

El asesinato de Richard Nixon



El comentario de hace unos días sobre “Valkiria” viene al pelo para hablar de “Frost/Nixon”. Al igual que en aquella ocasión nos encontramos con una película que trata sobre sucesos y personajes históricos pero que requiere de cierto conocimiento básico sobre dichos sucesos y personajes, me refiero a saber al menos quien fue Nixon y qué fue el Watergate por más que (como es mi caso) no se hubiera oído hablar, hasta el estreno de esta película, de la entrevista entre el ex presidente y el periodista David Frost.

Otra similitud entre ambos filmes es el esquema clásico con el que está narrada la trama, en este caso se usa el del típico argumento en el que dos contendientes de fuerza desigual se enfrentan en un combate moral que se resuelve a favor del que parecía más débil.

Así pues el hecho de que “Frost/Nixon” sea un producto infinitamente mucho más interesante que “Valkiria”, tratando temas tan semejantes en el fondo y la forma, habría que buscarlo en la diferente pericia con la que los diferentes realizadores han abordado sus proyectos. Y no es que Ron Howard me parezca mejor director que Bryan Singer, de hecho considero “Sospechosos habituales” más valiosa que toda la carrera de Howard junta, pero en esta ocasión a Howard le ha salido una película mucho más interesante que la de su colega. Incluso en el aspecto artístico es necesario señalar que tanto la sobrehumana interpretación de Frank Langella (que esperemos sea premiada como merece) como la del resto del reparto de “Frost/Nixon” (con Michael Sheen a la cabeza secundado por Oliver Platt, Sam Rockwell y Kevin Bacon) sale también ganadora respecto a las rutinarios, acartonados y tópicos caracteres hollywodienses de “Valkiria”.



Como decíamos “Frost/Nixon”, con su reedición del eterno mito de David contra Goliat, desprende un aire a territorio ya visitado muchas veces antes. De hecho mientras la veía no podía evitar compararla con el argumento de “Rocky”, el gran éxito de los setenta”, por extravagante que pueda parecer la idea. Al igual que en la película de Stallone aquí tenemos la historia de un hombre, el periodista británico David Frost, que ocupa los estratos menos prestigiosos de su profesión, un showman televisivo que lo mismo presenta un espectáculo de escapismo que produce una ñoña versión musical de “La cenicienta”. Frost trata de recuperar el status de estrella televisiva que tuvo en el pasado y además obtener el prestigio que nunca ha tenido y lo hace desafiando a un monstruo de la política, Nixon el presidente forzado a dimitir por el escándalo del Watergate que aún así se niega a reconocer su derrota y trata de servirse a su vez de la entrevista que le proponen para hacer una reentrada decente en la política y de paso para ganar algo de dinero.




La sensación de “película de boxeo” prosigue con la larga preparación previa a la entrevista (incluido un primer tanteo entre los dos contendientes, en la reunión previa a la entrevista, que se salda con ventaja para “Tricky Dick”) y luego se desarrolla exactamente como un combate a varios asaltos en los que el chico malo va ganando por puntos usando todos los trucos de su larga experiencia de político ladino hasta que un giro inesperado (en el que por cierto tengo la sensación de que el argumento pasa de la estricta realidad a la fabulación dicho esto siempre desde el desconocimiento de las circunstancias en las que se produjeron los hechos) revela algunas de las peculiaridades, que hasta ese momento sólo habían aparecido de forma velada, de la compleja personalidad del ex presidente y de las motivaciones que guiaron su comportamiento en la crisis que le obligó a abandonar la Casa Blanca.

Después de estas revelaciones el ultimo asalto transforma un simple ejercicio de reivindicación de una figura política en decadencia en un doloroso ejercicio de auto catarsis y en una honda reflexión sobre la corrupción del poder. Y es destacable que tanto en esta película como en el biopic dirigido hace algunos años por Oliver Stone se arroje una cierta mirada comprensiva (e incluso piadosa) por la figura de un hombre tan denostado en su tiempo señalándole como alguien que buscó en la política una suerte de redención a una serie de mortificantes conflictos personales. Algo que recuerda al pasado de cierto ex presidente bigotudo cuyo mesiánico mandato termino igualmente en medio de la ignominia aunque me temo que esta es una historia que nadie nos contará jamás.

Friday, February 06, 2009

Valkiria



Película dirigida por Bryan Singer e interpretada por Tom Cruise junto a un puñado de buenos actores británicos y el actor alemán Christian Berkel, que tendrá siempre el futuro asegurado ya que parece imprescindible acudir a él cuando algún director necesita de alguien al que le siente bien el uniforme de la Whermatch (por lo visto también aparecerá en Inglourious Bastards).




La historia es bien conocida para alguien con un mínimo de conocimientos históricos: en 1944 un grupo de militares planeó el asesinato de Hitler y el derrocamiento de su régimen pero fracasó en el intento. De este modo se da por hecho que, en circunstancias culturales normales, el espectador entrará a ver “Valkiria” sabiendo de antemano todo lo que va a suceder en el filme. Algunos consideran esto un handicap pero yo no lo veo así y hay abundantes ejemplos de ello aunque mi preferido es el de “United 93”, película en la que el conocimiento previo de lo que se va a narrar no consigue restar un ápice de interés (e incluso de suspense) al drama que se representa siendo este su mayor acierto.

De este modo el poco entusiasmo que genera el visionado de “Valkiria” no hay que achacarlo a este aspecto ajeno al espectáculo cinematográfico sino a la poca pericia de sus realizadores. Por poner otro ejemplo en una antigua película biográfica sobre Erwin Rommel se narran, en una pieza separada, los mismos hechos que en “Valkiria” (algo lógico ya que el zorro del desierto fue una de las victimas colaterales del fallido golpe de estado) y hay que decir que la escena del atentado resulta también mucho más emocionante que en el filme dirigido por Bryan Singer.

“Valkiria” es una película correcta filmada de un modo bastante clásico y que usa, con la eficiencia de un burócrata del séptimo arte, los recursos habituales del drama, los mismos que se pueden ver en multitud de producciones -ya hablemos de “Pearl Harbor” o de “Leyendas de pasión”- y que por consiguiente causa los mismos efecto que el visionado de cualquiera de esas películas.

No es algo que me moleste excesivamente porque no me esperaba otra cosa, sabía más menos que la estrella Tom Cruise interpretaría al clásico héroe impecable e infalible en todos sus actos (y que cuando falla nunca es por culpa suya) y que el guión se desarrollaría con el habitual ciclo de principio, nudo y desenlace enriquecido por escenas de suspense y momentos trascendentes que sabemos que lo son porque aumenta bruscamente el volumen de la banda sonora y porque se congela la imagen de los actores (un recurso que puede servir tanto para una gran producción de Hollywood como para un culebrón venezolano). De todos modos incluso en ese desarrollo clásico se aprecia un cierto desequilibrio entre una introducción demasiado brusca y unas explicaciones demasiado superficiales de los motivos de la conjura, dos secciones de la película que quizás se sacrificaron en post de un largo clímax que llega a resultar un tanto empalagoso en su búsqueda (fallida por añadidura) de la tensión permanente.

Me ha llamado la atención de forma especial el hecho de que, en esas mencionadas explicaciones superficiales de los motivos de la traición, se mencionaran ciertos ideales marcadamente humanistas. Se habla por ejemplo de “salvar Europa” o “cerrar los campos de concentración” e incluso se hace alguna referencia a la condición de católico de Stauffenberg (el personaje que interpreta Cruise). No conozco en profundidad la verdadera historia del coronel tuerto y de cuales eran sus verdaderas intenciones aunque no hay que dejar de señalar que este hombre, al igual que muchos de los otros que participaron en la intentona, pertenecían a una élite militar que miraba con desprecio a Hitler (“ese cabo de Bohemia”) y a sus ideales. Una élite militar y política que había tolerado (cuando no habían colaborado en ella) la subida al poder de los nazis que se les presentaban como la solución menos mala a la desastrosa situación económica y social de la Alemania de entre guerras. Se diría que cuando el desastre militar era ya inevitable (los más avispados incluso intuían ya que la guerra estaba perdida nada más comenzar) decidieron tratar de salvar Alemania -y de paso sus propios pellejos- tratando de aniquilar al régimen que habían tolerado, alentado o, cuanto menos, al que habían prestado juramento.

De todos modos el hecho de que esta motivación pudiera resultar demasiado cínica y deba ser edulcorada con elevados ideales resulta perfectamente coherente con el tono de esta producción cuya visionado no recomiendo a los que habían decidido no verla pero que tampoco desaconsejo a los que ya tenían previsto hacerlo.

Monday, February 02, 2009

El nombre de la cosa

Mi amigo El Impetinente me encargó hace unos días (en su blog) que elaborara dos listas sobre títulos de películas que eran cambiados en la versión española. Una de las listas iría sobre títulos que salían perdiendo con el cambio y la otra sobre títulos que salían ganando.

Es un tema interesante y estoy encantado de hacer esas listas aunque me temo que habrá que eliminar una de esas listas porque a nivel personal yo no admito el concepto de que un título cambiado pueda mejorar el ideado originalmente .

Lo mismo me pasa con el doblaje: no hay doblajes buenos ni malos, el concepto de doblaje es de por sí erróneo y sólo cabe hablar de doblajes tolerables e intolerables. Si estamos de acuerdo (o yo al menos lo estoy) en calificar una película como una obra de arte como cualquier otra, tenemos que considerar su título como algo que forma parte de dicha obra de arte, y la verdad no tengo noticia de que esa costumbre de cambiar los títulos se de en otras manifestaciones artísticas. Vamos que nunca he visto que a nadie se le ocurriera cambiar el “Ulises” de James Joyce y llamarlo por ejemplo “Todo en un día” o pensar que “Persiguiendo a María” resulta un título con más gancho para “El Túnel” de Ernesto Sábato o que eso de “La vuelta de tuerca” suena demasiado a manual para mecánicos navales y es mejor llamar al libro en España “Los fantasmas atacan a la Tata”.

Queda por supuesto el tema de los títulos formados por expresiones o frases intraducibles, en ese caso opino que simplemente habría que dejarlos en su idioma original y basta. De esta manera si consideramos que “Die hard” es un título intraducible (aunque supongo que se podría entender como “Duro de matar” o algo por el estilo) siempre será mejor no tocarlo antes que rebautizarlo como “La jungla de cristal” lo que puede tener su injustificable justificación en la primera entrega de la serie pero no en las siguientes donde no hay jungla ni cristal que valga. Pero ya no hay escapatoria. Si el siguiente capítulo de la saga tuviera lugar en medio del desierto de Gobi sin más atrezzo que la calva de Bruce Willis tendría que seguir llamándose “La jungla de cristal #” y así por los siglos de los siglos amen.

Así pues me gustaría proponer, en lugar de las solicitadas originalmente, otras dos nuevas categorías para los títulos en versión española: los perjudiciales y los meramente sonrojantes.

Empecemos por la segunda categoría a la que corresponden aquellos títulos que han sido cambiados con motivos comerciales, esto es, porque algún eslabón de la larga cadena de individuos que meten las manos en una película durante su fase de distribución ha decidido que un determinado título puede atraer más gente a la sala que el que los responsables originales de la película habían concebido. La identidad de tal individuo, y el mecanismo cerebral por medio del cual se llega a tan sorprendentes ocurrencias es por el momento un misterio. Vamos con la lista.

TÍTULOS SONROJANTES

Original (Traducido como...)

Ice Princess (Soñando soñando triunfé patinando)

A funny thing happened in the way to the forum (Golfus de Roma)

Le Magnifique (Como matar al agente secreto más
famoso del mundo)

Avanti (¿Qué pasó mi padre y tu
madre?)

North by northwest (Con la muerte en los talones)

Scrooged (Los fantasmas atacan al jefe)

West side story (Amor sin barreras)

Water (Loca juerga tropical)

Estos son los ocho títulos más llamativos que he encontrado y que están en el nivel mas alto en el factor estupidez, pueden añadir el que quieran a la lista que seguro que les habrá venido a la cabeza alguno más mientras leían esto, aunque dudo mucho que nada pueda superar al primero, ese que parece la sintonía de un nuevo anuncio de la muñeca “Romina Patina”. Escalofriante.

Antes de terminar con esta categoría una especial mención a la forma de traducir películas en algunos países de habla hispana del continente americano en el que también existe esta perniciosa costumbre aunque en este caso lo cierto es que el nivel de horterismo es tan elevado que hasta resulta entrañable. Tal es el caso de “Yo confieso” que es conocida por allí con el folletinesco título de “Mi secreto me condena”.

En la segunda categoría, como se ha dicho, entrarían los títulos que además de ser estúpidos son claramente perjudiciales y ello por dos motivos. En primer lugar porque algunos de ellos contienen un lamentable spoiler como es el caso de “El invisible Harvey” que es precisamente el ejemplo que ponía El Impenitente en su entrada sobre el asunto. Aunque el caso más sangrante es sin duda el de “Rosemary´s Baby” criminalmente traducida en España como “La semilla del diablo”. Vale que hoy en día incluso los espectadores noveles se acercan a esta película estando más o menos al corriente de su argumento pero me imagino que en su día este spoilerazo de título debió ser una faena equivalente a retitular el “El imperio contraataca” como “Mi padre mi enemigo” o “El juego de lagrimas” como “Sorpresa bajo los calzones”. A este respecto mencionar otro desternillante título sudamericano, el que se dio a “Vértigo” estrenada por aquellos lares como “La mujer que vi dos veces”.

La segunda variante del título perjudicial es aquel que conduce a equívocos sobre el autentico sentido de una película con lo que a la indignidad se une el engaño. Así ocurrió con “Eternal sunshine of the spotless mind” renombrada en España con el alegre título de “Olvídate de mí” lo que, unido a su condición de película protagonizada por el conocido actor de comedia Jim Carrey, a buen seguro empujó a muchos espectadores a entrar a verla pensando que era algo que sabemos que no era. Algo parecido se podría decir de “Alter hours” la horrenda pesadilla urbana dirigida por Martin Scorcese que fue conocida aquí con el también festivo título de “¡Jo que noche!”.

Por último mencionar una categoría extra a la que corresponden aquellas películas a las que se ha cambiado el título por motivos indescifrables. Como ejemplo dos dirigidas por M. Night Shyamalan: se trata de “Unbreakable” y “The village” rebautizadas en España como “El Protegido” y “El bosque” ¿Por qué? Sólo Dios lo sabe.

Y así termina este encargo entre blogueros. He mencionado sólo algunos títulos que siempre me han parecido muy reveladores de este nefasta costumbre de la distribución cinematográfica en España y que son también los que me han venido primero a la cabeza pero seguro que hay miles de ejemplos más. Siguiendo mi costumbre no designo a nadie específicamente para que continúe la cadena de manera que el que lo desee puede hacer su propia lista en su casa o simplemente darnos algunos de sus ejemplos favoritos en los comentarios de este post. Ahí queda eso.